12 julio 2019
Silvia Vidal Pinar es hermana de Marcos Vidal Pinar, asesinado
por el GRAPO en 1980
Carta de la hermana
de una víctima del GRAPO a Marimar Blanco: “Debería dimitir”
“Le falta mucho para ser la verdadera representante de las
víctimas de terrorismo porque no las considera a todas por igual”
Las últimas declaraciones de Mari Mar Blanco del día 8 de julio respecto a los
posibles pactos de EH Bildu con otras formaciones, califican de “error político y humillación a
las víctimas de terrorismo” cualquier intento de
entendimiento entre las dos formaciones.
Vayamos por partes.
Lo que resulta verdaderamente
humillante es que, una vez más, Blanco se erija en portavoz de las víctimas,
siendo diputada del PP en el Congreso y a la vez presidenta de la Fundación Víctimas
del Terrorismo, cargos que muchas víctimas consideran que son incompatibles.
Oponiéndose a EH Bildu no tiene en cuenta la existencia de víctimas de otras
bandas, y sigue aferrada a un discurso que, además de perpetuar el odio y el
rencor entre las partes, se
contradice con lo que su partido ha ido realizando a lo largo de los años a conveniencia
y que detallo a continuación con algunos ejemplos, extraído todo ello de
publicaciones en prensa de ámbito nacional.
En 1998, el entonces presidente Aznar,
del PP, fue el promotor del acercamiento y el dialogo entre ETA y el Estado. El
año 2013 el alcalde de Vitoria, Javier Maroto, del PP, defendía sus pactos con EH Bildu y pedia que "cundiera el ejemplo", para poder
aprobar los presupuestos. El mismo Javier Maroto en 2014 calificó los hechos
del 3 de marzo de 1976 como crimen y defendía la postura de las víctimas que en
los sumarios fueron calificadas como etarras. El 3 de marzo de 2006 el
Parlamento Vasco hizo una declaración institucional declarando víctimas de
terrorismo a los asesinados y heridos de Vitoria en los hechos antes citados,
instando al Estado español a que también les reconociese como víctimas. Esa
declaración la firmaron todos los representantes políticos del Parlamento
Vasco, incluido Leopoldo Barrera del PP. Durante las pasadas elecciones
municipales, el alcaldable del PP en Labastida, ofreció pactos de gobierno e
incluso dos concejalías a EH Bildu para no perder la alcaldía. Y en la última
legislatura, PP y EH
Bildu votaron lo mismo en casi el 50% de las votaciones llevadas a cabo en el
Parlamento Vasco. Según
Blanco, esos son errores y humillaciones a las víctimas. Parecen ser dos varas
de medir en las mismas manos.
Dice Mar Blanco que en democracia “no
se puede pactar con un partido que sigue sin condenar la violencia terrorista”.
¿Acaso Blanco ignora que la democracia ha dado legitimidad a ese partido? Nos
guste o no son representantes del pueblo igual que ella. Elegidos
democráticamente, igual que ella. Y como tales deben ser
escuchados y tienen la potestad de hablar en nombre de quienes les han votado.
Y gozan de la capacidad de pactar, como el partido que ella representa, con
quien se entiendan, esperemos que para beneficio de todos.
Todo ello sin olvidar el detalle de
que Blanco
pertenece a un partido que sigue sin condenar la violencia franquista fruto de un golpe de Estado en
1936. Pero eso ya es harina de otro costal.
En su papel de presidenta de la Fundación de Víctimas de
Terrorismo, olvida Mari Mar Blanco que también representa a los que sufrieron
el terrorismo por parte del Estado y que el propio Estado reconoce como
víctimas. La Ejecutiva
de su partido debería llamarla al orden si sigue calificando los posibles
pactos de error. Principalmente por lo que tiene de hipocresía, los pactos son
habituales en todo el estado y entre todos los partidos. Lo que no vale es
criticar unos pactos y omitir otros. Y mentir a los votantes por omisión,
cuesta los votos que tanto anhelan. Recordará sin duda que las mentiras del Gobierno del PP
respecto al atentado del 11M en
Madrid le costaron al partido ganar las elecciones generales.
Todo me lleva a pensar, repito, que el
único interés de Blanco es seguir azuzando rencor, que es su modus vivendi,
dicho sea de paso, desde el infame asesinato de su hermano, lanzándose entonces
a conseguir un escaño que
conserva legislatura tras legislatura, incluso a costa de
renuncias de sus compañeros y sin dimitir de su cargo de presidenta de la Fundación , alzándose
como representante política de las víctimas de terrorismo y obviando que cada
una de ellas tiene criterio propio suficiente para decidir sobre lo que
políticamente le conviene y sobre todo para separar los dos ámbitos. Cualquier
víctima podría ocupar ese cargo en la Fundación más dignamente de lo que ella lo hace.
Cualquier víctima podría ejercer de político sin aprovecharse de su condición
de víctima para meter cizaña en una sociedad que piensa en avanzar, mejorar y
convivir pacíficamente. Quizá a alguien no le convenga tal avance, ya que
cuando los ciudadanos toman conciencia de que hay que avanzar, ruedan cabezas.
Muchos saben que mi caso es similar al de Mari Mar
Blanco. Puedo hasta llegar a entender que sienta odio. Y
precisamente por ello no debería representar a un colectivo que aglutina a
muchos. Quienes me conocen saben que no guardo ninguna simpatía por EH BILDU,
como tampoco la tengo por ninguna banda terrorista. Pero el sentido común me
lleva a respetar
lo que un pueblo libremente elige. No hay otra opción. Y en
nombre de ese respeto me atrevo a manifestar mi opinión libre y sincera sobre
las declaraciones de Blanco.
No me cansaré de repetir, como muchos,
que la
utilización de las víctimas por parte de los políticos es indecente. Cabemos en la boca de todos ellos en
cuanto se olfatean votos. Pero me parece mucho más indecente que una víctima
utilice a las demás para beneficio propio. A Mari Mar Blanco le falta mucho
para ser la verdadera representante de las víctimas de terrorismo porque no las
considera a todas por igual. Debería dimitir de su puesto de presidenta de la Fundación de Víctimas y
así liberarnos a todas de la pesada carga que supone tener que enfrentarse a
propios y extraños cada vez que como diputada del PP hace manifestaciones fuera
de lugar.
Mari Mar Blanco, en su condición de
diputada, debe velar para que los acuerdos, los haga quien los haga, sean
beneficiosos para el conjunto de la sociedad. Debe dedicarse a velar por la
educación pública, por la sanidad pública, por proteger a las familias de
desahucios, por evitar las muertes en el Mediterráneo, por sanear las cuentas
del Estado, por recuperar la hucha de las pensiones, por proteger de la miseria
a ancianos y niños en riesgo de pobreza, por que todos los cuerpos
de seguridad del Estado dispongan de toda la información en materia
antiterrorista, para
evitar que otros sufran lo que ella padeció; y
por un sinfín de problemas que nos afectan a todos, víctimas y no víctimas. Y
dejar de nombrarnos
cada vez que le conviene para distraer a la sociedad de otros temas que le
incumben. Y así, de paso, beneficiaria a las víctimas que dice
representar, que también sufren la mala gestión de las instituciones además de
su drama personal.
Y si lo que quiere es representar a
las víctimas, que se aleje de la política, que las proteja, las ampare y luche
por ellas de verdad. Que vele por la reparación de los daños, que se preocupe
de que todos tengan la asistencia necesaria e imprescindible para llevar
adelante sus vidas marcadas por la tragedia. Si
quiere mantener el buen nombre de su hermano y que sea recordado por lo que le
hicieron, que lo dignifique en lugar de ensuciarlo. De
otro modo el apellido Blanco acabará asociado a la hipocresía y al mal hacer de
quien supo sacar partido de su muerte. Lamentable.
Opinión:
Pues parece que cada vez somos más las
victimas que tenemos criterio propio y que, además, lo manifestamos públicamente.
Si ya alguien se inventó el nombre
VICANTER para denominar a las víctimas que hace unos años exigimos la dimisión
de la señora Mari Mar Blanco como presidenta de la Fundación de Víctimas
del Terrorismo, si la
Asociación “11-M Afectados por Terrorismo” ya ha hecho pública
esa misma exigencia en diferentes ocasiones… ahora van apareciendo víctimas que
de modo personal (pero con el respaldo de otras muchas que luego contactan) nos
atrevemos a manifestar nuestras opiniones… pese a quien pese…
Cuando alguien se erige en representante de un colectivo al que ni conoce ni consulta, al que ni llama ni visita, del que solo le preocupa obtener un rédito político y partidista, es lo
más normal del mundo que haya quien se rebele a esas consignas que parecen ser
las comunes en el colectivo.
Y, evidentemente, por muchos actos
partidistas que se hagan en monumentos o calles dedicadas a “las” víctimas o
por muchos mensajes políticos que se lancen desde púlpitos oficiales y de alto
copete, siempre habrá quien pensará por libre y, lo más importante, se atreverá
a decirlo públicamente.
Lo que está cada día más claro, por mucho que pueda molestar a ciertos personajes, es que las hemerotecas existen y traen a la memoria y al presente el pasado que algunos nunca mencionan.
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