16 julio 2019
El CNI escuchaba los
móviles de los asesinos de Las Ramblas cinco días antes de la matanza
NOTA: Adjunto link de
publico.es para la mejor cpomprension de la noticia, al encontrarse los documentos
que acreditan la información que se presenta.
https://www.publico.es/politica/iman-ripoll-2-exclusiva-cni-escuchaba-moviles-asesinos-ramblas-cinco-dias-matanza.html
'Público' aporta hoy una prueba
definitiva de que los servicios secretos españoles vigilaban estrechamente a
los asesinos de Las Ramblas y Cambrils en vísperas de los atentados: no sólo
tenían intervenidos los móviles de los jovencísimos discípulos del imán de
Ripoll, sino que escuchaban las conversaciones que mantenían entre ellos sin
participación de su líder Es Satty.
La evidencia definitiva que revela cuán estrechamente
vigilaba el CNI a los discípulos del imán yihadista de Ripoll, menos de una
semana antes de que cometieran los atentados de Barcelona y Cambrils, procede
de uno de los informes reservados que el propio Centro Nacional de Inteligencia
facilitó al amplio equipo de investigadores de los tres cuerpos policiales, y
de la Fiscalía ,
que trabajan en el esclarecimiento de los hechos. En realidad, esa prueba de
cargo se debe a un desliz de redacción por parte de los servicios secretos que
revela que en vísperas de la masacre de Las Ramblas los espías españoles
estaban escuchando y anotando todas las conversaciones que mantenían (a través
de sus móviles) quienes después cometerían la matanza.
Ese informe es
el que relata el viaje que efectuaron a París Omar Hichamy –el hermano pequeño,
con sólo 21 años, de Mohamed Hichamy, del que hablamos en el artículo anterior–
y el autor material de los 13 asesinatos por atropello en Las Ramblas, Younes
Abouyaaqoub. Como se puede ver en el fragmento reproducido más arriba de ese
informe supersecreto –al que Público ha
tenido acceso en su integridad–, ese viaje tuvo lugar “entre el 11 y el
12.08.2017”. Es decir, concluyó sólo cuatro días antes de que el cabecilla de
la célula, Abdelbaki es Satty, volase en pedazos mientras manipulaba el polvorín de los
terroristas en Alcanar, provocando el improvisado atentado del día siguiente en
la calle más famosa de Barcelona.
El relato
minuto a minuto que hace el informe del CNI de las andanzas de Omar y Younes en
su viaje relámpago a París ya demuestra que los servicios secretos españoles
estaban vigilando muy de cerca todos sus movimientos:
El último viaje de los asesinos a París, minuto a minuto
“…ambos salieron de España por el paso de
Aragnouet [por la A-138 que llega a Francia
desde Bielsa] el día 11.08.2017 a las 11:36 horas. Para
ello, utilizaron el mencionado A-3 [citado
en el artículo de ayer]”.
“El día 11.08.2017 llegaron a las 20.22 h a
París, donde se alojaron en el B&B Malakoff, sito en el barrio del mismo
nombre a las afueras de la capital francesa”.
Además, los
analistas de la inteligencia tenían intervenidos los teléfonos de los dos
jóvenes terroristas, ya que pueden ahora detallar las llamadas y
búsquedas por Internet que hicieron desde esos móviles; aparatos a los que el
CNI nunca llegó a tener acceso físico, pues fueron recuperados por los Mossos que abatieron a seis de los
terroristas, y depositados en el juzgado:
“Omar Hichamy buscó por internet ese mismo día
el Hotel Hibiscus (66 Rue de Malte, 75011 París), en el que no llegaron a
alojarse. Sin embargo, no se ha detectado una búsqueda similar para el B&B
Malakoff”.
“Dos comunicaciones realizadas por Mohamed
Hichamy señalan que este conocía los detalles del viaje, ya que hace una
llamada cuando Youness y Omar están en el hotel, y al día siguiente, antes de
cruzar la frontera franco-española. Además, espera su vuelta al día siguiente
para mantener un encuentro”.
Ahora bien, lo más habitual en caso de intervención
telefónica –siempre autorizada por un juez, aunque en el caso del CNI recibe
carta blanca para ello por parte del magistrado del Supremo asignado para
atender las demandas del servicio secreto– es que esa vigilancia de las
comunicaciones se limite a la geolocalización de los aparatos involucrados, el
registro de su tráfico de llamadas y la identificación de los accesos a
Internet desde esos terminales; controles conocidos en la jerga de
inteligencia como “tarificaciones telefónicas”. Y el relato que había hecho el informe
del CNI hasta ese punto parecía ceñirse a ese escenario, aunque no deja de ser
notable que la
Inteligencia de España estuviera siguiendo al dedillo cada
movimiento de unos veinteañeros sin antecedente policial ninguno.
Sin embargo, en el siguiente
párrafo los agentes del CNI que redactaron el informe cometieron un desliz
enormemente revelador [al inicio de esta próxima reproducción
se repite el final de la página anterior para ayudar a la comprensión del
lector]:
“Las conversaciones se realizan con los números
asociados a Omar y Youness (34600314111 y 34612526378), pero las conversaciones
acaban siendo, en las dos ocasiones, entre Mohamed Hichamy y Younes Abouyaaqoub, que corta las frases para no desvelar detalles de sus
actividades concretas”.
Es decir, el espionaje español no se limitaba a hacer
“tarificaciones telefónicas”, sino que se estaba dedicando a escuchar y
transcribir todas las conversaciones entre esos jovenzuelos musulmanes
supuestamente no relacionados todavía con trama yihadista ninguna, ejecutando
así el más exhaustivo control de inteligencia posible, para el que se requieren
importantes recursos materiales y humanos.
Además, el
cabecilla de la célula, Es Satty, no participó como interlocutor
en esas conversaciones, así que las escuchas no pudieron proceder de la
intervención total de su teléfono, sino que se estaban interviniendo
plenamente todos los móviles de sus novatos seguidores. Sólo puede concebirse
una explicación para ello: el propio imán, actuando como confidente del
servicio secreto, había informado a sus controladores del CNI sobre las
actividades del Ilamado “Comando Ripoll”, y por este motivo se había decidido
intervenir los teléfonos de todos ellos y escuchar atentamente sus llamadas.
La
estrechísima vigilancia desplegada por el espionaje español en torno a esa
célula yihadista –aún no identificada como tal, a sólo cinco días de la
matanza, en los ficheros policiales antiterroristas– queda más que patente en el
subsiguiente relato pormenorizado de ese viaje a París expuesto en el informe
reservado del Centro Nacional de Inteligencia:
"Se dirigieron a FNAC y compraron una cámara de fotos
modelo Canon, por importe de 129 €"
“Día 12.08.2017
Abouyaaqoub y Hichamy pagaron la factura
del hotel en efectivo y se desplazaron con el vehículo a la estación de
Haussman-St. Lazare, en el centro de París, donde estacionaron el coche. Se
dirigieron a FNAC y compraron una cámara de fotos modelo Canon, por importe de
129 €”.
“Sólo estuvieron
aparcados durante 21 minutos (entrada a las 10:41 – salida a las 11:02), lo que podría indicar un conocimiento previo de la zona y que
tenían decidido lo que iban a comprar”
“A las
11:02 h, el vehículo Audi A3 abandonó el parking, detectándose posteriormente
la presencia de Younes y Omar en la zona de la Torre Eiffel ”.
[…]
“Tras esta visita se dirigieron
a un bar-tabac entre las zonas de la Defense y Courbevoie y adquirieron dos tarjetas
SIM para navegar por internet:
"33753620618. Dan la identidad falsa Rachid Ezzouzi. Activada este mismo día a las
15:19 h en Francia, cerca
de la frontera con España".
"33751214021. Aportan la identidad falsa Hassan Lahmani.
Activada el 15.08.2017 en
Francia, cerca de la frontera con España".
En resumen, el CNI seguía paso a paso y dato a dato,
minuciosamente, todas las actividades de los terroristas al menos hasta sólo
unos pocos días antes de que cometieran los sangrientos atentados de Barcelona y Cambrils. Y eso sólo
podía deberse a que el servicio secreto contaba con Es Satty como confidente y
éste había ofrecido a su controlador los datos de sus discípulos como parte de
sus servicios de delator, aunque muy probablemente sin revelar sus propios
planes. Como admitió en privado un alto mando policial a este diario, “con los
confidentes de alto nivel, nunca sabes si ellos trabajan para ti o tú para
ellos”.
Pero, además
de todo lo anterior, Público tiene
conocimiento –sin que pueda aportar más datos porque debe proteger la identidad
de sus fuentes– de que no fue hasta la mañana del 18 de agosto de 2017 (al día
siguiente de la matanza de Las Ramblas) cuando se
borró definitivamente la ficha como informador de Es Satty de las bases de
datos deI CNI, algo que tan solo puede hacerse desde la sede central del
servicio secreto en Madrid.
Este diario ha
conseguido también reconstruir toda la carrera de Es Satty como confidente,
desde cómo y cuándo fue captado, y qué tramas yihadistas delató, hasta cómo fue
colocado en Ripoll.
Así que...
…CONTINUARÁ
Opinión:
De toda la excelente información que presenta Carlos Enrique
Bayo, quisiera destacar una frase en la que no había reparado en las diferentes
ocasiones que hemos conversado:
“aunque no deja de ser notable que la Inteligencia de
España estuviera siguiendo al dedillo cada movimiento de unos veinteañeros sin
antecedente policial ninguno”.
Es muy cierto que extraña que se sigan a unos jóvenes que
no tenían antecedentes… y más con la enorme cantidad de delincuentes con
antecedentes que pululan por nuestras calles, que deberían ser objeto de
vigilancia exhaustiva ¿no?
No hay comentarios:
Publicar un comentario