21 julio 2019
Las
víctimas de segunda del imán de Alcanar: dos años pidiendo ser afectados por
terrorismo
Son en
su mayoría jubilados franceses que se retiraron en Cataluña. Llevan dos años
pidiendo que se les reconozca que sufrieron un atentado terrorista.
No quieren volver a Alcanar (Tarragona). Son un grupo de
jubilados franceses que decidieron retirarse en la costa española, comprarse
una casita cerca de la playa y pasar allí la jubilación con tranquilidad.
Ninguno de ellos imaginaba que, el 16 de agosto de 2017, una de las casas de su
urbanización iba a explotar. Literalmente. Medio centenar de bombonas de butano
reventando de forma simultánea. Todos esos jubilados galos sufrieron daños de
uno u otro modo. Físicos, psicológicos o materiales. No quieren volver a
Alcanar, pero tampoco quieren ser víctimas de segunda. Sufrieron un atentado
terrorista, aunque ahora la justicia se lo niegue.
Son los olvidados de los ataques yihadistas perpetrados
ahora hará dos años en Cataluña. El 17 de agosto de 2017, un joven marroquí
llamado Younes Abouyaaqoub se metió con una furgoneta por la Rambla de Barcelona,
matando a 15 personas e hiriendo a otras 132. Todas ellas han sido reconocidas
como víctimas de un atentado terrorista. En su huida, mató a un joven llamado
Pau Pérez, que también ha sido calificado con la misma categoría. Casi al mismo
tiempo, en Cambrils (Tarragona), otros 5 yihadistas marroquíes y residentes en
Ripoll (Girona) mataban a una mujer a puñaladas. Ella también es oficialmente
víctima de un atentado terrorista.
Pero el día de antes aconteció un extraño suceso en
Alcanar, un pueblo de 10.000 habitantes de la provincia de Tarragona. En un chalet
ocupado se producía una potente deflagración. El motivo fue la explosión de 40
bombonas de butano que, en ese momento, nadie sabia por qué estaban almacenadas
en ese inmueble. ¿Explosión fortuïta? Cada vez hay más dudas, aunque en breve
comenzará el juicio por aquellos sucesos, que debe arrojar luz sobre el mayor
ataque yiohadista de la historia de Cataluña.
En el de Alcanara murió uno de los moradores ilegales de
aquella casa: Abdelbaki Es Satty. Un imán marroquí y residente en Ripoll al que
identificaron como el cerebro y organizador de la célula que cometió los
atentados del día siguiente. Un nombre que lleva varios días en la palestra,
desde que se reveló que había actuado como confidente del CNI. A la espera de
que se dilucide la relación de Es Satty con los servicios secretos españoles
(si es que se llega a desvelar), de lo que nadie tiene duda es de que aquellas
bombonas de butano iban a ser empleadas posteriormente en el ataque de
Barcelona.
Sagrada Familia
De hecho, tal y como adelantó EL ESPAÑOL, el principal
objetivo de los terroristas era volar la Sagrada Familia.
Para ello se necesitaba algo más que una furgoneta vacía como la que conducía
Younes. Hacía falta que estuviese repleta de explosivos. La idea era llenarla
con aquellas bombonas que se habían estado acumulando en Alcanar durante mucho
tiempo. Concretamente durante tres meses.
La casa de Alcanar era la base en la que la célula
yihadista ideó el atentado de Barcelona. Allí se reunían sus miembros y
diseñaban una matanza que finalmente se les truncó. Bien por azar, bien por
alguna oscura cuestión que la justicia deberá determinar, los explosivos
detonaron antes de tiempo, truncando así la idea original del atentado. Pero lo
que parece evidente es que el suceso de Alcanar estaba directamente ligado a
las matanzas del día siguiente.
¿Evidente? No para la justicia ni para las aseguradoras
francesas. La casa en la que se produjo la explosión está rodeada por otros
chalets. En ellos residente pensionistas franceses. Jubilados que veían en este
pueblo catalán el escenario perfecto para un retiro dorado. La tarde del 16 de
agosto todo se truncó. La deflagración fue enorme y se llevó por delante todo
lo que se encontró a su paso: coches, paredes, puertas, tejados, gente…
Gente que ahora está viviendo un tercer infierno. El
primero fue el atentado. El segundo, las secuelas psicológicas que todavía hoy,
dos años después, se esfuerzan por superar. Y el tercero es el de ser
considerados víctimas de segunda. El Ministerio Fiscal considera que lo de Alcanar
no fue un atentado terrorista, sino un accidente. El hecho de que se produjeses
mientras los terroristas manipulaban los explosivos con los que pretendían
reventar Barcelona al día siguiente parece no ser suficiente. Con lo que se
queda el fiscal es con que no fue un ataque contra nadie. Que fue un accidente,
un desliz, una suerte de casualidad
Dos años de espera
Esa lectura del suceso ha provocado que las aseguradoras de
la víctimas se aferren a ello. Son, en su mayoría, aseguradoras francesas. “La
mayor parte de la gente afectada proceden de allí y gestionaron los seguros de
los hogares en su país, por comodidad”, explica Elisa Micciola, coordinadora de
la Unitat de
Atencio i Valoracio a Afectats per Terrorisme (UAVAT). La entidad está tratando
de ayudar a todas las víctimas que padecieron de algún modo aquel ataque. Y con
las víctimas de Alcanar llevan casi dos años de pelea. "Son personas
mayores, que se han vuelto a Francia y no quieren hablar del tema con los
medios".
“No les han pagado nada. Ni las casas, ni los medicamentos
que han tenido que tomar después y algunos todavía siguen tomando, ni los
coches, ni nada. Las aseguradoras se aferran a que la explosión no ha sido
considerada atentado terrorista. Ellos también son víctimas pero están desamparados”,
prosigue Miccola.
¿Cuántas personas hay exactamente en esa situación? Han
pasado dos años y todavía no se ha clarificado. “Esto se debe a que el recuento
realizado por el Ministerio del Interior y el del Ministerio de Justicia no
coinciden. En uno salen víctimas que en el otro no aparecen y viceversa.
Contando que ambos son ministerios del mismo gobierno, tal vez lo más fácil
sería cruzar los datos. Pero no se ha llevado a cabo y estas personas lo están
padeciendo. Nosotros llevamos a tres familias que se encuentran en esa
situación”.
Incongruencias
Es una de las tantas incongruencias de la explosión de
Alcanar, clave para entender los atentados del día siguiente, pero cada vez más
envuelta en una nube de incógnitas. Máxime tras la confirmación de que Es
Satty, el presunto cerebro de la célula, colaboró con el CNI, tal y como ha
revelado Público esta misma semana. Los servicios de espionaje españoles
mantenían relación con el imán que murió en la explosión de Alcanar. Lo hacían
sin dejar rastro, mediante una técnica conocida como ‘buzón muerto’. Consiste
en abrir una dirección de email, proporcionar a la otra persona con la que se
quiere comunicar la contraseña, y dejar los mensajes escritos pero sin enviar,
en la carpeta ‘borradores’. Así, miembros del CNI mantuvieron contacto con el
imán yihadista para establecer una supuesta colaboración y evitar así un
atentado.
Es aquí donde se abre una infinidad de interrogantes.
¿Quién se puso en contacto con quién, el CNI con Es Satty o viceversa? Si fue
el imán el que acudió al CNI con la idea de ejercer de confidente, ¿qué sentido
tiene informar de un atentado que él mismo estaba diseñando? Si fue el servicio
español de espionaje el que reclamó a Es Satty, ¿no tenían información
suficiente como para interpretar que estaba preparando una masacre?
3 meses de bombas
Del mismo modo, también ha quedado confirmado en el auto de
procesamiento del juez Andreu que los terroristas estuvieron preparando el
arsenal de explosivos durante tres largos meses. 90 días fabricando bombas. Ahí
no acaba todo: las autoridades tenían controlada a la célula yihadista y
estuvieron escuchando sus conversaciones durante todo ese tiempo. ¿Sabían
entonces cuándo y cómo se iba a producir dicho ataque?
Del mismo modo, hay quien duda que el accidente de Alcanar
fuese fortuito. Tres meses preparando bombas y precisamente explotan de forma
accidental el día de antes. ¿Fue la explosión de Alcanar provocada? ¿Fue la
forma en la que las autoridades pretendieron abortar la misión y les salió rana?
Incógnitas que todavía no se han resuelto.
A esta y a otras muchas preguntas se le pretende dar
respuesta en el juicio que está a punto de comenzar. Sin embargo, aquellos
vecinos franceses de Alcanar siguen al margen de todo. Los sucesos del 16 de
agosto son una parte fundamental en la más negra historia de terrorismo
islámico de Cataluña y como tal van a ser tratado en la vista. Pero sus
damnificados, por contra, siguen siendo víctimas de segunda.
Opinión:
Que la administración competente comete errores está claro
pero que quede constancia de esa actitud en algún medio de comunicación ya es
más difícil. Por ello solo espero que esta información le llegue al señor
Ministro Grande-Marlaska para que otro día no me repita aquello de que “la
oficina de apoyo a víctimas funciona per-fec-ta-men-te”… a ver si se entera de
que no todo es como le cuentan.
Por otro lado, agradecer a David López la rápida corrección
tras un error cometido en la primera edición digital, en la que se decía que
Elisa Micciola era coordinadora de la
Acvot.
Evidentemente, es coordinadora de la Unitat de Atenció i
Valoració a Afectats per Terrorisme (UAVAT). Es curioso que todavía hay quien
habla con un servidor y relaciona a mis compañeros con mi etapa en la anterior
asociación mencionada de la que, como mucha gente ya sabe, cesé mis actividades
en septiembre de 2009.
Pronto hará diez años… cómo pasa el tiempo y qué bien
invertido está cuando te rodeas de excelentes profesionales…
No hay comentarios:
Publicar un comentario