13 julio 2019
«No podemos poner
alfombras rojas a quienes jamás han pedido perdón»
Los populares vascos rindieron honores a Miguel Ángel
Blanco con motivo del 22º aniversario de su asesinato a manos de ETA
Ha pasado un año más. Y ya van 22. La herida
de los familiares y compañeros de Miguel Angel Blanco, sin embargo, sangra
todavía por la pérdida de aquel
joven «sencillo, alegre y con valores» al que ETA asesinó de dos disparos en la
cabeza la tarde del 12 de julio de 1997. Esa acción, apuntó ayer su hermana
Marimar, fue «el comienzo del fin» de la banda, pero no supuso la erradicación
de su proyecto. Los populares advirtieron que las víctimas del terrorismo están
siendo olvidadas, «y lo que les pasó, también».
La plana mayor del PP vasco, con su presidente
Alfonso Alonso a la cabeza, acompañó la mañana de ayer a Marimar Blanco en el
sentido acto organizado por el partido en honor al concejal de Ermua, de cuyo
asesinato se cumplen 22 años. Los asistentes, algunos de ellos excompañeros del
joven edil, depositaron tres
coronas de flores junto a la escultura en homenaje a las víctimas que se
erige en el municipio vizcaíno.
El mismo escenario en el que se
congregaron el pasado jueves representantes de todos los partidos del
consistorio ermuarra. Por punzante que pueda parecer, también asistieron
dirigentes de EH Bildu, que volvieron a eludir la condena a la actuación de
ETA. Su objetivo es otro, destacó ayer la hermana del concejal, ahora diputada
por el PP en el Congreso, que advirtió de que el nacionalismo radical trata de
“correr un tupido velo” para esconder las vergüenzas de los asesinos.
Rosas y espinas
Los ayer presentes en el homenaje a
Blanco comentaban, no sin cierto tedio, las últimas novedades que llegaban de
las Juntas Generales de Guipúzcoa, que el pasado jueves entregaron la presidencia de la
comisión de Derechos Humanos a los batasunos. El problema,
señalaban algunos dirigentes del partido, es la significación política de la
elección de Joxemari Carrere como máximo exponente de una mesa destinada a
abordar asuntos tan sensibles como la convivencia de los ciudadanos a raíz del
fin de la violencia etarra.
Tanto los populares como las
asociaciones de víctimas consultadas por este periódico coinciden en que la designación de un dirigente de
Bildu «no es sorprendente» por sí misma, sino que se enmarca
dentro del proyecto del nacionalismo radical para «blanquear» la actuación de
la organización terrorista.
Un juego en el que ha entrado el propio
Gobierno vasco y, por ende, el PNV, denunció la presidenta del PP de Vizcaya,
Raquel González, que hizo mención a la polémica unidad didáctica sobre la
historia reciente del País Vasco que se impartirá el próximo año en los
institutos del territorio y que avala la teoría de un conflicto entre dos bandos.
«El Gobierno vasco quiere explicar a nuestros hijos su propia versión -afirmó durante su intervención en el
homenaje-, su visión interesada de lo que sucedió en nuestras calles durante
los 40 años del terrorismo de ETA». Un «reparto nauseabundo de culpas», añadió,
que «deja la conciencia nacionalista tranquila».
Alfonso Alonso, líder de los populares
vascos, señaló a la Ponencia
de Memoria que se celebra en el Parlamento de Vitoria, donde se estudian formas
de impulsar la convivencia en la Comunidad Autónoma vasca. Un órgano que, a juicio
del conservador, «contextualiza y comprende la acción de ETA», algo «mucho peor
que el olvido», porque «encuentra un cuadro de justificación de aquellos
tiempos del pasado». «Engaña a la gente», sentenció.
«La memoria es muy incómoda para muchos, y además un
inconveniente para los propósitos de algunos -añadió Alonso-. Es incómoda
porque algunos miran para atrás y se preguntan dónde estaban. Estaban mirando
para otro lado, justificando un crimen». En este sentido, aseveró que para el
nacionalismo radical cada persona asesinada era «una estadística, un número».
Por eso «no vale cualquier memoria», reiteró el popular, que recriminó la
ruindad de quienes «vienen a poner una rosa y solo ponen las espinas».
Sin condena
El homenaje al edil conservador se
produjo en un contexto de crispación política motivada, entre otras causas, por
el creciente papel de los radicales en las principales instituciones de España.
En Navarra, EH Bildu se postula
como un partido clave para dar la presidencia a María Chivite y
desplazar así a la derecha del Gobierno. Algo parecido puede suceder en el
Congreso de los Diputados, con un Pedro Sánchez necesitado de los votos de los
nacionalistas y los independentistas para ser investido.
«Eso es lo que no podemos permitir,
porque no podemos dar como interlocutores válidos a quienes jamás han condenado
el terrorismo», advirtió Marimar Blanco, que aludió también al hecho de que a
Arnaldo Otegi, «ese personaje» que «decía que el día del asesinato de Miguel Ángel
fue uno normal y corriente de playa», se le permita blanquear la actuación de
la organización criminal en la televisión pública. En este sentido, la diputada
insistió en que no se pueden poner «altavoces» ni «alfombras rojas» a aquellos
«terroristas que muestren orgullo de su pasado» y que nunca «han pedido perdón
a las víctimas».
La hermana del concejal asesinado puso
fin a su discurso con un llamamiento al «legado de dignidad» que dejaron tras
de sí todas las víctimas del terrorismo y que ahora, dijo, es necesario
recuperar para derribar el discurso del odio. Convino Alfonso
Alonso en que hoy «no es más fácil revelarse, pero sigue siendo igual de
necesario». «Como
hizo Miguel Ángel -subrayó-. Un joven rebelde que arriesgó su vida para
defender la libertad». «Eso es lo que necesitamos hacer todos los años»,
sentenció.
Visita de Casado
No hubo representación de la ejecutiva
nacional en el acto de ayer, en contraste con el del año pasado, que contó con
la intervención de Soraya Sáenz de Santamaría. Sí acudió la plana mayor de la
formación en el País Vasco, como su secretaria general, Amaya Fernández; el
presidente de los populares de Guipúzcoa, Borja Sémper; y la portavoz en el
Ayuntamiento de Vitoria, Leticia Comerón. También fue el presidente de Nuevas Generaciones,
el gallego Diego Gago. Precisamente, su organización ha anunciado para la próxima semana un nuevo
homenaje a la figura de Miguel Ángel Blanco que
tendrá lugar en la capital alavesa. Se espera la presencia del presidente del
Partido Popular, Pablo Casado.
Opinión:
Ya han sido muchas las voces que han aparecido para dejar
bien clara la postura de muchas víctimas: 39 actos por una y cero por otros
cientos dan a entender que, desgraciadamente, el terrorismo y algunos atentados
son una excelente oportunidad para hacer partidismo.
Lo que no puedo comprender es que se diga que “los populares advirtieron que las víctimas del
terrorismo están siendo olvidadas, «y lo que les pasó, también»… mientras fue
el gobierno del mismo partido quien mostró un nulo interés en localizar y
asesorar a casi 280 víctimas del terrorismo en Cataluña en marzo de 2014… entre
otras muchas pruebas del pasotismo que, cínicamente, intentan negar y que de
paso. Se olviden.
Por otra parte, hay muchas víctimas que
ya les decimos alto y claro que no se preocupen de hablar en nuestro nombre,
que para denunciar el olvido ya estamos presentes… aunque sin caer en el
partidismo ideológico ni permitir que nos usen como mercancía electoral.
Y eso, a toda esa gente, no les gusta…
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