11 junio 2015
Un centenar
de personalidades se cita en la Asamblea Nacional francesa para pedir una
posición menos inmovilista
El más de un centenar de firmantes del Manifiesto por la Paz en Euskal Herria,
presentado ayer en la
Asamblea Nacional de París, reclama a ETA que prosiga con su
desarme, se suma a la “petición de la comunidad internacional de que los
Estados español y francés se impliquen en este proceso”, reivindicó el final de
la dispersión de los reos y la puesta en libertad de los gravemente enfermos, y
tomar las medidas necesarias para garantizar la asistencia y el reconocimiento
de todas las víctimas y sufrimientos.
El texto fue leído en la Cámara baja del Estado
francés por el magistrado de la
Corte de Apelación de Versalles Serge Portelli durante una
jornada que sirvió de debate de los aspectos pendientes tras el anuncio de ETA
hace cuatro años de cese definitivo de su actividad armada. El documento,
disponible en la web bakebidea.com, ha sido apoyado entre otros por el exprimer
ministro galo y mentor de Manuel Valls, Michel Rocard; accionista de referencia
y presidente del consejo de supervisión del diario Libération, Bruno Ledoux; el
exministro de Exteriores Bernard Kouchner; alcaldes de Iparralde como el de
Biarritz, Michel Veunac, y el de Baiona, Jean-René Etchegaray; diputados,
senadores y eurodiputados galos, entre otros.
Tras los cinco puntos de la Declaración de Aiete
de octubre de 2011, la
Declaración de París se ciñó a los compromisos que quedan
pendientes una vez ETA declaró aquellos días el cese definitivo de su actividad
armada. Así, quedan al margen el primer punto, donde Kofi Annan, Bertie Ahern,
Pierre Joxe, Gerry Adams, Gro Harlem Brundtland y Jonathan Powell reclamaron a
la organización armada que pusiera fin a su actividad armada y el cuarto, en el
que solicitaron a los agentes no violentos “reunirse y discutir cuestiones
políticas así como otras relacionadas al respecto, con consulta a la
ciudadanía, lo cual podría contribuir a una nueva era sin conflicto”.
En la cita de ayer, auspiciada por Bake Bidea
-asociación de Iparralde impulsora del Foro Social junto a la extinta Lokarri-
y que contrastó con otra sobre distintas víctimas prohibida hace dos semanas en
el Congreso español, se encontraron políticos de Iparralde, miembros del Grupo
Internacional de Contacto (GIC), damnificados de ETA y de los GAL, expresos y
dos de los seis firmantes de la
Declaración de Aiete.
La convivencia
Durante la mañana hubo al menos tres “indispensables”, a entender de
los ponentes y que luego se trasladaron al Manifiesto.
El reconocimiento del sufrimiento de todas las víctimas, la situación
penitenciaria, y la implicación de los Estados en el desarme -en palabras del
exsecretario general de la
Interpol Ray Kendall- y en el propio proceso. “La cuestión de
la paz en el País Vasco afecta a Francia”, arrancó Joxe, que aseguró que quedan
dos cuestiones que resolver: “los hombres y las armas”. En esta línea,
consideró que puede ser “un elemento esencial” avanzar en la cuestión de los
presos “para consolidar la paz”.
Axun Lasa, hermana de Joxean, asesinado por los GAL,
explicó su dolor y su participación en experiencias como Glencree y en aquellas
que buscan el reconocimiento de todos los damnificados: “Las víctimas de ETA
han sido aceptadas, pero es hora de que otras víctimas seamos reconocidas”.
Junto a ella compareció Robert Manrique, que aseguró no entender “por qué las
víctimas de los GAL no ha tenido el mismo reconocimiento que las de ETA”. El
expresidente de la asociación de víctimas de Catalunya advirtió de que “no
estamos todos. Faltan los mil muertos”. Víctima del atentado de ETA en el supermercado de
Hipercor en 1987, también trasladó a la audiencia de unas 300 personas, entre
ellas muchos electos de Iparralde, cómo se encontró con uno de los miembros del
comando que puso aquella bomba. Ambas intervenciones, inusuales en una capital
como la parisina, que ha sufrido mucho menos que Madrid la violencia de ETA,
fueron reconocidas y muy aplaudidas.
Tras este primer panel en el que el tema central fue
la convivencia, se abrió una segunda mesa que se centró en la cuestión
penitenciaria, donde el expreso Gabi Mouesca denunció “la represión” contra los
colectivos de abogados y médicos y reafirmó la voluntad del Colectivo de Presos
EPPK de continuar con el proceso de pacificación. El abogado sudafricano e
impulsor del GIC Brian Currin, con el ejemplo de Irlanda del Norte -desde donde
acudió el exmiembro del IRA y miembro de la Ejecutiva del Sinn Fèin
Gerry Kelly-, propuso la creación de una comisión independiente que decida
sobre el caso de cada preso. Especificó que él no defendía la puesta en
libertad de todos los presos, puesto que sus víctimas tienen el derecho a la
justicia, si bien llamó a revisar la situación penitenciaria.
La última palabra de la jornada, de la que el
Gobierno socialista francés se desvinculó, aunque tampoco puso trabas -de
hecho, entre el público se encontraban algunos cargos intermedios del
Ejecutivo-, corrió a cargo del segundo de los firmantes de Aiete presente en la
sala Víctor Hugo de la
Asamblea Nacional , Bertie Ahern. Para el exprimer ministro
irlandés, la resolución del desarme -entendido como destrucción y no mera entrega
de armas- y de los presos es clave.
Fue una idea que estuvo presente en la intervención
de Ahern, en ambos paneles, y también en la introducción y en el cierre, la
interpelación directa a ambos estados, tanto para contribuir al desarme
ordenado de ETA, como para abordar el futuro de los presos -en referencia
concreta a la dispersión y a los enfermos-, así como para que ambos gobiernos
se impliquen en el final de ETA. “La sordera de los dos estados tras cuatro
años desde la Conferencia
de Aiete es inaceptable”, clamó el centrista Jean-Jacques Lasserre. El
conservador Max Brisson (UMP) aseguró que “la cuestión de las armas y de los
presos no pueden resolverse sin la involucración del Estado francés. El País
Vasco merece una solución política, el diálogo debe llevar a una paz duradera”.
Los cargos políticos que intervinieron durante la
jornada reclamaron, de una u otra manera, la implicación del Gobierno francés
en el final de ETA, una petición que salvo un distanciamiento de François
Hollande y Manuel Valls con respecto a La Moncloa , no parece factible a corto plazo. Aun
así, uno de los objetivos de ayer era trasladar “los problemas” pendientes
vinculados con el final de ETA y explicar a la opinión pública gala, como hizo
Joxe, que “la paz en el País Vasco afecta a Francia”.
Opinión:
Puestos a destacar algo novedoso en esta información
en comparación con otras publicadas en entradas anteriores, destaco esta: “el
expreso Gabi Mouesca denunció “la represión” contra los colectivos de abogados
y médicos y reafirmó la voluntad del Colectivo de Presos EPPK de continuar con
el proceso de pacificación”. Me quedo con la segunda parte en especial...
A buen entendedor...
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