24 junio 2015
Todo sigue igual, salvo que todos un poco más viejos.
Hoy, 24 de junio de 2015, he
asistido como público al juicio que contra Santi Potros se ha celebrado en la Audiencia Nac ional
en San Fernando de Henares. Llevaba ya muchos años sin asistir a estos juicios
que tan presentes estuvieron en mi vida entre los años 1992 y 2001, durante los
que tuve el honor de dirigir el Departamento Psicológico de la AVT. Han pasado ya casi
15 años desde entonces, el motivo de mi asistencia no ha sido la curiosidad de
ver si algo había cambiado desde entonces, ni mi actividad profesional, ha sido
simplemente acompañar a mi querido y admirado amigo Juan Antonio Corredor que
acudía como abogado de la acusación particular.
Jesús se llama el hombre al que
representaba hoy mi amigo, Jesús era el hermano de Juan Fructuoso Gómez. al que
el comando Barcelona asesinó el 2 de abril de 1987 a la edad de 29 años,
Jesús era poco mayor que él, Jesús estaba cerca de su hermano cuando lo
asesinaron, Jesús estuvo junto al cuerpo de su hermano muerto nada más
cometerse el atentado. Jesús es hoy un hombre de 60 años, un hombre que durante
el juicio de hoy ha tenido que revivir el terrible sentimiento de rabia,
impotencia, desolación y sin sentido que le embargó hace ya 28 años y del que
todavía no puede del todo recuperarse.
Los terroristas que asesinaron a su
hermano, Troitiño, Caride y Emaga se han paseado libre y tranquilamente hoy por
la Audiencia
Nacional , han venido a declarar como testigos. Son libres,
tienen buen aspecto, solo están un poco más viejos. ¿Arrepentidos? NO.
¿Colaboran con la justicia? NO. ¿Se avergüenzan ante la presencia de Jesús? NO.
Se comportan desafiantes, chulescos, hablan en vasco al Tribunal, se pasean por
delante de Jesús como si fuera invisible, no reconocen sus declaraciones del
pasado, insisten en decir que aquellas declaraciones fueron hechas bajo tortura
o maltrato policial. En definitiva, solo les importa ayudar a su compañero de
andanzas asesinas.
¡Qué barbaridad! ¡Qué horror! Ver a un hombre como Jesús teniendo
que volver a revivir tan destructivo momento. La misma rabia, la misma
impotencia, la misma desolación al ver como los asesinos de su hermano se
pasean tranquila y libremente por delante de sus narices, saludando a Santi
Potros con complicidad y alegría cuando se ven en la sala. ¿Le habrá merecido
la pena a Jesús enfrentar semejante horror? Solo él lo sabe. Han pasado muchos
años desde que asistí al último juicio contra terroristas de ETA pero
desgraciadamente he vuelto a tener la misma sensación de horror, todo sigue
igual para las víctimas, solo que todos estamos un poco más viejos.
Fdo: Mª Luisa Cabanas Arrate
Opinión:
Qué tiempos
aquellos en los que tantos amigos, una verdadera familia, trabajábamos tanto
por tanta gente. Aquella época en los 80 y 90, fue la que puso los fundamentos para que luego,
tiempo más tarde, otros se vayan colgando los méritos del trabajo ya realizado
como si fuera propio.
Pero siempre
estaremos aquellos y aquellas que, aunque sea de vez en cuando, seguiremos
homenajeando a los que tanto trabajo llevaron adelante.
Y ya puestos,
también denunciaremos lo que se haga mal sin importarnos qué siglas políticas
sean las responsables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario