14 junio 2015
Es una
falsedad que la
Conferencia de paz en la Asamblea Nacional
de París diera “voz a ETA”
Varios
eurodiputados españoles y un periódico dijeron que la Jornada era un acto a
favor de etarras.
¿Cómo habría
podido llamarles delincuentes y asesinos ,y recibir el aplauso de toda la sala?"
¿ES SIMPLE DESINFORMACION O ES MALA INTENCION?
Los organizadores franceses de la Jornada bajo el título
“Conferencia humanitaria por la paz en el País Vasco” solicitaron mi presencia
para hablar sobre los 28 años de experiencia en la asistencia a víctimas del
terrorismo. No dudé ni un momento en aceptar porque se presentaba la
oportunidad de explicar en la Asamblea Nacional en París la realidad social
que, desgraciadamente, no interesa demasiado en algunos puntos de España. Sobre
todo desde principios de siglo, cuando la temática relacionada con víctimas del
terrorismo se ha mezclado en demasiadas ocasiones con los intereses
partidistas, usando o permitiendo usar el dolor ajeno para conseguir intereses políticos
e incluso personales.
Avanzo que nadie me marcó ni me insinuó una sola
palabra de lo que pudiera transmitir. Libertad total para decir cuanto quisiera
y como quisiera. Entendiendo que la ocasión era muy oportuna, acepté la
propuesta. Una vez en París, mientras preparaba cuatro frases como guión de lo
que pensaba decir, observé un revuelo en la zona donde ubicaron a los medios,
justo detrás de mi asiento. No quise darle mayor importancia y cuando me tocó
el turno, subí al estrado y dije lo que creí conveniente.
Tras un par de minutos explicando
mi experiencia personal y familiar de lo vivido desde aquel 19 de junio de
1987, dediqué el resto del tiempo a hablar de todas esas víctimas con las que
he compartido miles de horas de conversación de proyectos, de fracasos, de
realidades. Exigí respeto a la pluralidad ideológica que existe en el colectivo.
Hablé que es obligatorio acatar la legislación y que los Códigos Penales,
aunque puedan no gustar, marcan la línea. Expliqué que el (mal) llamado
“conflicto vasco” ha causado muchas más víctimas civiles en Cataluña que no en
el País Vasco. Caras de asombro entre los asistentes. Hice un recordatorio
expreso de todas las víctimas del terrorismo que no lo fueron a causa de las
acciones de la banda terrorista ETA, sino por culpa de otras bandas y grupos.
Recordé que justo el día siguiente se cumplían tres años del encuentro con uno
de los autores del atentado en Hipercor, de “mi” atentado. Dado que el título
escogido por los organizadores para mi sección era “el papel de las víctimas
dentro del proceso de paz”, comenté que bajo mi personal y humilde punto de
vista, no debo marcar la línea de ningún gobierno, pero sí tengo la obligación
moral de exigir el cumplimiento estricto de la ley, lo cual impide amnistías y
salidas de terroristas a la calle antes de cumplir sus condenas.
Y llegó el momento que esperaba
especialmente. Poder decir, por si alguien aún tuviera dudas, que los miembros
de ETA “son delincuentes, asesinos, terroristas, porque es lo que son”. Y acabé
recordando que el mayor objetivo vital de muchas víctimas es que nadie sufra lo
que ya hemos sufrido nosotros. Terminé recordando que “no estamos todos, faltan
mil muertos”, “no hi som tots, ens faltan mil morts”, “ez gaude denok, milla
hildako faltadira”.
La sorpresa vino después, cuando al
bajar del estrado me explicaron el motivo del revuelo previo a mi intervención.
Varios eurodiputados españoles habían mostrado su protesta formalmente ante la
realización de esa Jornada bajo el argumento de que era un acto “a favor de la
banda terrorista” y “de reivindicación de ETA y en defensa de sus presos”, que
era incluso “un insulto a las víctimas y a sus familias”.
Pues creo que se equivocan. En
ningún momento se oyó una sola frase que pudiera, ni de lejos, hacer sospechar
que el acto se había preparado con esas intenciones. No entiendo cómo se puede
hablar, sin estar presente, de lo que se va a decir en una Jornada preparada
por siete entidades diferentes y en la que participaban, por ejemplo,
magistrados, diputados y exministros franceses o incluso el Presidente
Honorario de la Croix
Rouge (Cruz Roja). Huelga decir que si algo así hubiera
ocurrido, el primero en denunciarlo habría sido un servidor. Pero si el acto
hubiera sido organizado para lo que decían los cuatro eurodiputados ¿cómo
habría podido llamar “delincuentes, asesinos, terroristas, porque es lo que
son” a los miembros de la banda terrorista ETA y recibir el aplauso de toda la
sala? Es más, fuimos varios los ponentes que exigimos a ETA el desarme
inmediato. Y nadie protestó ni levantó la voz.
Aunque lo peor estaba por llegar.
Un periódico tituló “La
Asamblea Nacional de Francia da voz a los etarras”… y lo
publicaba antes de realizarse el acto en cuestión. Por ello considero un
insulto que un medio de comunicación diga que “se da la voz a los etarras”
cuando quien habló en ese acto fue un servidor. Y que algún otro ignorante
tuviera como único objetivo llamar a ciertos medios e incluso (decían) que
también a la Embajada
española en París para advertir que un servidor no representa a las víctimas,
cuando lo primero que dije es que estaba allí absolutamente a título personal
aunque conociendo la opinión de cientos de víctimas que compartimos el mismo
objetivo. Víctimas de diferentes ideologías. O de ninguna. Pero 28 años de
conversaciones, de horas compartidas, dan para conocer a muchas víctimas anónimas.
¿Con cuántas víctimas han hablado estos señores en los últimos 28 años? ¿Dónde
estaban cuando cierto ministro de Interior dijo en enero de 2000 la frase
“estaría dispuesto a sentarme con ETA”? ¿O cuándo el titular de un periódico en
1996 decía que “Fraga contradice al PP y acepta el diálogo con ETA”?
Y para terminar… desconozco si la
razón para DESinformar es voluntaria o simplemente es debida al
desconocimiento. Pero sí puedo afirmar que somos muchas, muchísimas, las
víctimas que pensamos por libre y que solo deseamos que, con el cumplimiento
estricto de la legislación, el final de la banda terrorista ETA sea efectivo.
Que nadie mas sufre lo mismo que nosotros. Y reitero que respaldaré todo cuanto
se haga dentro de la ley para conseguir ese objetivo. Incluso explicar que hay
quienes hablan de lo que no saben y, lo que es peor, faltan a la verdad sin
respetar las opiniones ajenas.
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