07 noviembre 2016
«Se ha reído de
nosotros y de nuestros muertos»
Irene Villa dijo no
sentirse ofendida por el tuit del concejal Guillermo Zapata y el presidente de la AVT aceptó sus disculpas, pero
varias víctimas aseguran a LA
RAZÓN que sí se sintieron humilladas por el comentario
«Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos». Ésa fue la ofensa a las víctimas del terrorismo en 140 caracteres del concejal de Ahora Madrid Guilleromo Zapata que hoy le sentará en el banquillo de
Zapata esgrimirá hoy en la vista oral la carta que le
remitió el pasado julio el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT),
Alfonso Sánchez, aceptando sus disculpas por unos comentarios de 2011 que
califica de «desacertados». Asimismo, el presidente del colectivo de víctimas
agradeció «el impulso y buena disposición» que mostró Zapata respaldando una
propuesta del PP de colocar en el madrileño distrito de Villaverde un monolito
en recuerdo de tres víctimas de ETA.
Pero no todas las víctimas del terrorismo piensan
igual. LA RAZÓN
se ha puesto en contacto con varias de ellas que no dudan en expresar que sí se
sintieron ofendidas por el tuit de Zapata.
El presidente de la Asociación de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado Víctimas del Terrorismo (ACFSEVT), Francisco Zaragoza, destaca que aunque Irene Villa quisiera restarle importancia, dicha
ofensa repercutía en las 858 personas que fueron asesinadas, además de las que
quedaron heridas, por los atentados de ETA. «Los insultos que profirió el
concejal de Podemos en las redes sociales contra una víctima del terrorismo son
algo que constituye una serie de insultos generales a las víctimas», asegura. Y
advierte de que «el perdón que conceda una sola no es extensible al resto de
víctimas». Zaragoza recuerda que cuando leyó el tuit de Zapata sintió
«indignación», porque «son tantas las humillaciones recibidas por parte de
tanta gente que una más, viniendo de un individuo que está en las instituciones
públicas, produce más indignación». «Yo no perdono ni olvido –añade–. Me es
indiferente lo que les pase a los que intentaron asesinarme».
Por su parte, Antonio Salvá, padre de la última víctima de
ETA, el guardia civil Carlos Salvá, asegura: «Me sentí ofendido, es una clara
humillación a las víctimas». «Yo fui a ver a mi hijo el pasado día 1 al
cementerio, a su tumba, de donde dice este señor que las víctimas ¿tendrían que
hacer qué? Se ha reído de nosotros, de nuestras familias y de nuestros muertos.
Y eso es algo que no puede hacer. Una figura pública, con la repercusión que
tiene, no puede decir algo así. Este señor tendría que estar inhabilitado para
ocupar un cargo público y en la cárcel. No puede ir de matón por la vida riéndose
del dolor de nuestras familias».
«No es libertad de
expresión»
La presidenta de COVITE, el colectivo de víctimas del País
Vasco, Consuelo Ordóñez, lo tiene claro: «Los delitos de enaltecimiento del
terrorismo y de humillación a las víctimas son delitos de terrorismo y, como
tales, son delitos públicos y cualquiera puede perseguirlos, no sólo la persona
afectada. Aunque Irene Villa no considere que se la está
humillando, ese delito se puede perseguir».
Por su parte, la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo,Mari Mar Blanco, también coincide en que el tuit de Zapata «humilla a las
víctimas». «Tuits como al que hacemos referencia son ofensivos para las víctimas del terrorismo. Suponen una indudable humillación a quienes han sufrido
en primera persona la sinrazón terrorista y, por ello, tal y como se desprende
de una reciente sentencia del Tribunal Supremo, podrían tener cabida dentro del
tipo penal del enaltecimiento del terrorismo».
«Nadie puede considerar como libertad de expresión un tuit
que hace escarnio de las víctimas del terrorismo, ridiculizando e ignorando el enorme sufrimiento que hay
detrás de todas y cada una de las víctimas. No es adecuado el uso de las redes
sociales para lanzar mensajes que incitan al odio o suponen una humillación
para las víctimas, como es el caso que ahora va a ser juzgado», añade.
Asimismo, Blanco se mostró convencida de que, aunque mencione a Irene Villa, este tipo de delitos afectan a todo el colectivo, con independencia de que la
víctima directamente aludida «opte por ser más o menos generosa con quien la
afrenta directamente».
Además, subraya que en el caso de Zapata «no creo que por
haber pedido perdón uno quede eximido de cumplir la Ley. El daño está causado
a todas las víctimas del terrorismo desde la
publicación del tuit, y desde ese preciso momento sólo queda aplicar el
artículo 578 del Código Penal, que recoge como delito las ofensas y
humillaciones a las víctimas del terrorismo».
De la misma opinión es el presidente de la Asociación Catalana
de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), José Vargas, quien asegura
que «decir ese tipo de barbaridades no constituye libertad de expresión. Todos
estos comentarios de personajes públicos influyen en las víctimas y en su
estado de ánimo. Es humillante, aunque solo haya una víctima a la que se
refiera, porque con ello denigra a todo el colectivo de víctimas». Vargas
destaca que «el daño ya está hecho y por ello debe responder» al igual que «los
terroristas responden por sus delitos». «¿O acaso porque una víctima considere
que no es tan importante no se le juzgaría por el delito cometido?», se
pregunta el presidente de ACVOT.
Cuando leyó los tuits, dice, sintió «rabia» y denuncia que
la libertad de expresión no ampara que alguien «pueda humillar a las víctimas».
Además, asegura que lamentaría que las víctimas sean difamadas sin que quien lo
hace cumpla una condena, porque eso haría que hechos similares «vuelvan a
ocurrir».
Opinión:
Hay ocasiones en las que leer algunas declaraciones
demuestra el cinismo que impera en parte del mundillo de “las” víctimas el
terrorismo. Gente que durante años han mostrado en petit comité su repulsa por
los favores que, según su opinión, recibían ciertas víctimas se transforman
ahora en defensores de no se qué dignidad. Gente que jamás ha pisado un
hospital ni un cementerio, que se han curado de sus “lesiones” a los cuatro días
o que están en un listado de víctimas porque fueron a una comisaría a explicarle
una milonga a un policía se transforman ahora en garantes de la opinión de “las”
víctimas.
Sinceramente, si Irene Villa no se siente ofendida por lo
que dijo el concejal Guillermo Zapata, no soy nadie para darle lecciones a la víctima.
Ni a Irene ni a ninguna otra. Eso es una cuestión entre Irene Villa y Guillermo
Zapata.
Pero si hablamos de memoria hay que usarla para todo y no
recuerdo a algunos de los que ahora opinan protestando lo más mínimo cuando,
refiriéndose a las víctimas del 11M, ciertos miembros de otro partido decían
aquello de “meteros a vuestros muertos por el culo” o “eres una puta zorra oportunista
que brinda con cava con los que desmembraron a tu hijo” o “lo de Pilar Manjón es
infame. Cada día dudo más que el hijo de esa tipeja fuese l 11M en un tren.
Deplorable su actitud” o “a Pilar Manjón le tocó la lotería cuando le
reventaron al hijo. Menuda puta”.
Por cierto, también recuerdo que cuando se ganó un juicio
por incapacidad de alguien que 20 años después de “su” atentado” empezó a tener
dolor de oídos, la reacción de una víctima con un importante cargo fue decirme
que “todas las putas tienen suerte”.
Poco tiempo después de aquello decidí cesar mis actividades
en el mundo asociativo porque era imposible trabajar en aquellas circunstancias
y, además, la hipocresía no ha sido nunca una de mis virtudes.
Para terminar, recordar que pronto hará un año de los
atentados en París. Mientras más de cien ciudadanos estaban siendo asesinados
en Francia, algunos estaban de fiesta flamenca en España.
¿Dignidad? ¿Memoria?
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