09 noviembre 2016
Iker Usón, Coordinador de Baketik
Uson: «La gente
empieza a abrir los ojos y se pregunta: ¿En serio celebrábamos antes la muerte
de una persona?»
«Si diferenciamos los
'tipos de víctimas' realimentamos la teoría de guerra y de conflicto. Hay que
hablar de violación de derechos humanos», asegura
Baketik nació hace diez años con el fiel convencimiento de
crear condiciones para alcanzar la paz y la convivencia en Euskadi a través de
la ética. Una filosofía de consenso para «acabar» con la teoría de bandos en un
País Vasco azotado por el terrorismo de ETA. Su coordinador, Iker Uson,
encabeza un sinfín de actividades divulgativas -«y mucho trabajo discreto»-
para promover la reflexión individual y que la sociedad vasca no vuelva a
sufrir una Euskadi atemorizada por una violencia injustificable.
-¿Esto que vivimos
ahora es la paz?
-Más del 65% de los vascos, según
el Deustobarómetro, entienden que sí. Nosotros, sin embargo, no lo creemos.
Esto es una situación de no violencia, con una banda terrorista, ETA, que ha
desaparecido de manera irreversible. Pero la paz no es sólo que las armas se
silencien, hay otras muchas cosas que cambiar, como la mentalidad y la manera
de entender que vivimos entre diferentes.
-¿Hay que seguir trabajando entonces para alcanzar una paz plena?
-Por supuesto. Tenemos que
recuperar lo que se nos rompió, que fue la convivencia en plazas, frontones y
bares. Y se nos rompió porque entendíamos que el que pensaba diferente nos
sobraba, por eso se excluía, insultaba, perseguía y, en mayor medida, se
asesinaba o se torturaba. Ahora se han normalizado muchas situaciones, pero aún
es necesario responder qué es lo que nos pasó, por qué, y qué tenemos que hacer
ahora para que en el futuro no se repita un conflicto de este calado.
-¿Desde Baketik se
habla de un conflicto vasco?
-Somos conscientes de que la propia palabra genera mucha
animadversión, pero sí. Entendemos que un conflicto se da cuando hay varias
partes que no están de acuerdo y tienen puntos de vista diferentes, y eso
existe en la sociedad vasca. Obviar la palabra 'conflicto' es eliminar uno de
los factores más importantes de nuestra historia, y es que las sociedades
chocan. Sin embargo, definir que aquí ha habido un conflicto y que sigue
habiendo un conflicto social y político no debería abonar la teoría de que la
única manera de solventarlo es usando la violencia.
-Baketik se
constituyó como una escuela para la paz para intentar sanar, entre otras, las
heridas provocadas por la violencia en el País Vasco. ¿Han cicatrizado las
heridas tras cinco años sin ETA o aún queda mucho camino por recorrer?
-Las heridas están cicatrizándose,
pero a ritmos diferentes. La clase política, por ejemplo, vive en un ambiente
de mayor normalización. Sin embargo, aún hay un gran grupo de personas, las
víctimas, que sigue sufriendo muchísimo.
-Según las encuestas,
una gran parte de la sociedad, sobre todo los más jóvenes, han pasado página.
¿Qué sensación le produce oír eso?
-Si es así, se ha pasado demasiado
rápido, entre otras cosas porque uno de los grandes retos que tenemos todavía
por delante es escribir precisamente la página.
-¿Hace falta una
mayor reflexión antes de dar por finiquitado el capítulo de la violencia en
Euskadi?
-Sí, por eso es importante trabajar
en el ámbito educativo. El reto que tenemos con la gente joven es que sepan lo
que pasó, mientras que los adultos tenemos el deber de transmitirles qué es lo
que nos sucedió.
-Y en este ámbito
educativo, ¿se ha trasladado ya el 'nunca más' para que se transmita de
generación en generación?
-Es difícil medirlo, pero la
filosofía de los derechos humanos y que el respeto a las personas es
fundamental está cada vez más integrado.
-¿Cómo explica
entonces que menores de dos institutos guipuzcoanos ensalcen a presos de ETA
como si fuesen héroes?
-Creo que es un hecho desagradable,
incluso preocupante, aunque no generalizado. ¿Cómo ha podido darse? La
respuesta debería ser educativa, porque una respuesta de carácter punitivo
sería como matar moscas a cañonazos. Sin embargo, creo que estamos
especialmente vacunados como para no volver a meter la pata, aunque, insisto,
para evitar este tipo de sucesos es importante trabajar en el ámbito educativo.
Si conseguimos trasladarles un relato consensuado sobre lo ocurrido estaremos
cerrando una etapa negra en la sociedad vasca y no daremos pie a que aún siga habiendo
personas que no se sienten reconocidas.
-Precisamente, una de
las mayores discrepancias es consensuar lo ocurrido en Euskadi.
-Sí, porque todavía se mantiene el
esquema de ganadores y perdedores. Pero en la sociedad vasca hay un carril
central. Un consenso no tiene por qué ser perfecto ni ideal, porque eso nos
llevaría a la frustración. Hay que buscar elementos comunes que respondan a una
idea de justicia, memoria y reconocimiento para todas las personas que han
sufrido.
-¿Y hasta qué punto
equiparar a las víctimas es beneficioso para alcanzar ese consenso?
-Desde Baketik intentamos no hablar
tanto de 'tipo de víctimas', menos aún de bandos, sino que hablamos de
violación de derechos humanos. Si hablamos en estos términos ahí deberían de
empezar a entrar todas, porque cuando marcamos bandos realimentamos esa teoría
de guerra y de conflicto. Obviamente, no todas las violaciones de derechos
humanos son equiparables y están en el mismo nivel, -no es lo mismo extorsionar
que asesinar-, pero cualquier víctima de los dos grupos (ETA y los GAL, por
ejemplo), tienen derecho a la memoria, al reconocimiento y a la reparación.
-¿Y es posible que en
Euskadi exista una convivencia plena con posiciones, a priori, tan alejadas?
-Ha habido situaciones muy tensas
que hicieron que la gente se posicionase en los extremos, pero en los últimos
diez años ha habido un canal central que dijo que así no se podía seguir y que
teníamos que intentar convivir juntos. Y ese el es gran reto: vivir juntos con
pensamientos tan distintos.
-¿Qué condiciones
hacen falta entonces para alcanzar la verdadera reconciliación?
-Es un proceso que supone algo tan sencillo, pero tan
complicado de hacer, como aceptar y respetar al otro aunque sea diferente. Si
se trabaja esto, ahí sí estaremos sembrando la auténtica semilla de la
convivencia.
-¿Dentro de ese
proceso de reconciliación también entran los encuentros entre víctimas y
victimarios?
-La reconciliación afecta sobre
todo a la sociedad, cargar encima de las víctimas este proceso es cargar sobre
una mochila que está ya muy llena, y las víctimas tienen que ser las
beneficiarias del proceso. Es cierto que contamos con personas que han dado el
paso de reunirse con el asesino de su ser querido, y es muy beneficioso para la
sociedad que lo hayan hecho, pero exigirles que den este tipo de pasos me
parece irresponsable.
-¿Y cuánto tiempo
cree que soportará la sociedad sin que ETA se desarme?
-Hay a gente que ya le da igual, y
eso me preocupa. Un grupo terrorista como ETA, por mucho que hace cinco años tomase
la decisión de cesar en su violencia, requiere más que unas palabras. Tenemos
que darle un final ordenado y que el desarme de ETA no quede en puntos
suspensivos. Ya han pasado años suficientes como para dar ese paso.
-Y en todos estos
años, ¿cómo ha cambiado la sociedad vasca?
-Hace 10 años vivíamos en un
ambiente de máxima tensión, con la presencia permanente de la violencia. Sin
embargo, nadie en el escenario político actual puede decir que Euskadi no vive
en un nuevo ciclo.
-¿Y le sorprenden
situaciones que antes se asumían con normalidad y ahora son impensables de
aceptar?
-Antes era habitual ver a gente que
vivía perseguida y escoltada, y lo tomábamos como algo normal. Incluso veíamos
a personas ensalzando que alguien fuese asesinado. Ver a alguien celebrando la
muerte de un ser humano lo vivíamos como parte de nuestro contexto. Ahora, sin
embargo, la gente ya abre los ojos, reflexiona y se pregunta: '¿En serio
celebrábamos la muerte de alguien?'. Hoy en inconcebible alegrarse por algo
malo que le pasa a otra persona, el problema es que es difícil decirlo en
público, porque supondría reconocer que hicieron mal.
-Cinco años después
las víctimas siguen esperando un perdón por parte de sus victimarios. ¿Sería
suficiente para superar rencores?
-Tenemos muchísima gente
esperando... Las víctimas de ETA y quienes hoy siguen sufriendo la legislación
penitenciaria, sin equiparar situaciones. Sin embargo, creo que pedir perdón es
un simulacro moral que no es real. Nadie quiere que le pidan perdón de manera obligada.
Lo que tienen que hacer las personas que han cometido un delito es
comprometerse a no volver a repetirlo. Esto sería mucho más constructivo.
Opinión:
Nuevamente se habla de “las” víctimas del terrorismo como
si fuéramos un colectivo de pensamiento único. Hay víctimas con diferentes
opiniones: las que perdonan desde el minuto uno tras el atentado, las que prefieren
no hablar nunca más sobre el tema, las que deciden no perdonar nunca, las que
no quieren perdonar ni olvidar, las que…..
Por eso, decir que “nadie quiere que le pidan perdón de
manera obligada” es demasiado arriesgado por no decir incorrecto.
Tampoco creo que se exija a “las” víctimas a que demos
ciertos pasos…. cada una es libre de decidir por su cuenta. El problema es que
no se pregunta individualmente lo que cada una decide sino que, en muchas
ocasiones, los estudios se fundamentan en las opiniones de ciertos “representantes”
que hablan sin haber consultado antes la opinión a los demás.
Y un detalle para terminar: lo de “conflicto vasco” ya
cansa… porque, de ser así ¿para qué destrozarnos la vida a tantas personas
fuera del territorio vasco? Al fin y al cabo, parece que para algunos ese
detalle no es importante.
Dicho todo esto... todo lo que sea trabajar para que la banda terrorista ETA no vuelva a destrozar familias y poder continuar el camino que lleve a mejorar la vida diaria de tantas personas afectadas es provechoso. Las iniciativas privadas que lleva a cabo la sociedad civil están muy por delante de los planteamientos de ciertos miembros de la clase política.
Un saludo a los amigos de Baketik.
Dicho todo esto... todo lo que sea trabajar para que la banda terrorista ETA no vuelva a destrozar familias y poder continuar el camino que lleve a mejorar la vida diaria de tantas personas afectadas es provechoso. Las iniciativas privadas que lleva a cabo la sociedad civil están muy por delante de los planteamientos de ciertos miembros de la clase política.
Un saludo a los amigos de Baketik.
No hay comentarios:
Publicar un comentario