22 noviembre 2016
SARE denuncia que el
Delegado del Gobierno quiere impedir unas jornadas en las que participan
víctimas de ETA
Desde la
Delegación del Gobierno puntualizan que no se han recurrido
las jornadas, sino las ayudas concedidas por el consistorio vitoriano a SARE,
sin tener en cuenta a qué fueron destinadas
El colectivo a favor de los derechos de los presos, SARE, ha
denunciado que el Delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo,
quiere impedir la celebración de unas mesas redondas organizadas para celebrar
en Vitoria a finales de mes y la devolución de las ayudas que les había concedido
el ayuntamiento de Gasteiz para esas jornadas convocadas bajo el título “Derechos
Humanos, Resolución, Paz”.
Desde la Delegación del Gobierno en el País Vasco se puntualiza: no se han recurrido las jornadas ni la
celebración de ninguna mesa redonda, sino las ayudas que el ayuntamiento
vitoriano concedió a SARE, sin tener en cuenta a qué han sido después
destinadas.
Por su parte, el portavoz de SARE, Joseba Akarraga, se
pregunta cómo se puede atentar contra la dignidad de las víctimas del
terrorismo cuándo son ellas mismas las que participan, aludiendo a la participación en esas
mesas redondas de víctimas de ETA como Sara Buesa, Presidenta
de la Fundación
Fernando Buesa, o Rosa Rodero. Además de víctimas de ETA, las
jornadas contarán también con la presencia de víctimas del GAL y de la
dispersión.
En esas
mesas, previstas para los tres últimos días de este mes de noviembre, están llamados
también a participar el magistrado J.Antonio Martín Pallín, el lehendakari Juan
José Ibarretxe o el abogado Iñigo Iruin
entre otros y está previsto que una de las mesas sea moderada por la Directora de Contenidos
de SER Euskadi, Eva Domaika.
Se suspende la vista para recuperar los 104.000 euros
Además,
SARE va a tener que seguir esperando para poder recuperar esos 104.000 euros
que recaudó durante la manifestación de Enero de 2015 y que fueron después
requisados durante una operación de la Guardia Civil.
Opinión:
A veces las cosas vienen por sí solas, sin siquiera
esperarlas o incluso cuando piensas que no llegarán. Nuevamnte se aprecia el
distinto rasero en el momento en el que alguna administración debe colaborar en
actos en los que participan víctimas, dependiendo DE QUE VICTIMAS SEAN. Algunos
piensan que si son “de las mías lo merecen todo” pero “si son de las que no se
dejan manipular”… para estas todos los contratiempos posibles.
Desde hace años conozco la labor de la Fundación Buesa
y es muy enriquecedor saber que su trabajo (al contrario que otras fundaciones)
no ha buscado nunca favorecer los partidismos. Por eso me ofende cuando se destinan recursos, sin problema alguno, a entidades que organizan actos con víctimas y "especialistas" que no acostumbran a tener voz propia sino la voz que les marcan.
Pero cuando se trata de dar voz a víctimas que no
comulgamos con la voz marcada desde las altas esferas gubernamentales, ahí empiezan
nuestros problemas.
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