27 noviembre 2016
Uno de
los 'cerebros' del atentado del 11-M cumple pena en Albocàsser
Rachid
Aglif, alias 'El Conejo', lleva un mes en la prisión del Alt Maestrat concebida
como cárcel 'blanda'
Recibió la condena más
alta tras las impuestas a Jamal Zougam, Suárez Trashorras y Otman El Gnaoui
La que debía ser una cárcel 'blanda', la de
Albocàsser, tiene desde hace aproximadamente un mes en una de sus celdas a uno
de los islamistas radicales del atentado del 11-M en los trenes de Madrid que
causó la muerte a 191 personas en el año 2004.
El marroquí Rachid Aglif, alias 'El Conejo', cumple en Albocàsser desde hace
un mes los 18 años de condena que le impuso la Audiencia Nacional y posteriormente corroboró el Tribunal
Supremo.
El preso interno en la cárcel de Albocàsser no es una figura
accesoria dentro de la estructura que causó en Madrid la mayor tragedia en la
historia del terrorismo en España.
'El Conejo' fue condenado con la mayor pena de prisión después
de las impuestas a los tres grandes responsables de la matanza, Jamal Zougam,
Otman El Gnaoui, ambos condenados a más de 42.000 años de prisión -sólo
cumplirán 40 desde su ingreso en la cárcel- y Suárez Trashorras, con una pena
de 34.715 años.
Después de los tres, 'El Conejo' fue el que asumió la condena más
elevada, 18 años de prisión, por los delitos de colaboración con
organización terrorista y tráfico de explosivos desde Asturias hasta Madrid para la elaboración de los explosivos
posteriormente ocultados en el interior de los trenes.
El resto de los que se sentaron en el banquillo de los acusados en
el macrosumario del 11-M recibieron condenas inferiores a la de 'El Conejo'.
Su presencia en la red que provocó la pérdida de 191 vidas
inocentes empezó mucho tiempo antes de que estallaran los trenes.
El preso interno en Albocàsser tomó parte en octubre de 2003 en
una reunión en una hamburguesería de Carabanchel donde se encontraron Suárez
Trashorras, Rafá Zouhier y Jamal Ahmidam, conocido como 'El Chino'.
En ese encuentro se acordó la adquisición de explosivos utilizados para la
minería y que suministraría Trashorras a cambio de hachís.
El nombre de 'El Conejo' también aparece en otros dos episodios
muy representativos que permitieron a la Justicia acorralar a los acusados. En concreto,
también estuvo presente en el momento en que Rafá Zouhier sufrió lesiones en
una mano mientras manipulaba material explosivo para preparar la posterior
masacre en las vías ferroviarias. La presión judicial contra 'El
Conejo' se completó cuando se comprobó que también estuvo en el chalé de Morata
de Tajuña
Concretamente, el 26 de febrero de 2004 el nuevo interno de
Albocàsser se vio con Jamal Ahmidan, Rafá Zouhier, Mohamed Oulad y Suárez
Trashorras en un encuentro que se resolvió con la decisión de anticipar la
llegada de la dinamita para la preparación de los artefactos que en marzo
estallarían dentro de los trenes.
La cita de Morata de Tajuña en la que estuvo 'El Conejo' también
sirvió para alterar la vía de llegada del explosivo hasta Madrid procedente de
Asturias. En vez de trasladarlo en autobús, los promotores de los atentados
decidieron utilizar vehículos particulares.
Por el contrario, el nuevo interno de Albocàsser no
formó parte del grupo que colocó las bombas en los trenes. La
mayoría de los yihadistas que perpetraron el atentado se inmolaron en el
interior de un piso de Leganés donde la Policía Nacional
estaba apostada. Para evitar su detención, optaron por volar el inmueble.
Opinión:
La información publicada podría tomarse como
una novedad pero, siendo sinceros, ya se conocía… quizás no el nuevo destino
pero sí la duración de la condena del terrorista en cuestión.
Y podrá molestar a alguna gente pero hay que
recordar todas aquellas horas invertidas (gastadas no, en absoluto… invertidas)
en atender las consultas jurídicas que tantas víctimas nos hicieron llegar tras
la publicación de las sentencias.
Aunque si algo hay que reconocer, fue la
excelente actitud del Juez Gómez Bermúdez quien, tras la lectura de la
sentencia. Tuve el honor de hablar con el para pedirle que acudiera a la sala
del sótano donde se encontraban casi 300 víctimas de los atentados de aquel
maldito jueves 11 de marzo de 2004 y procediera a contestar a las numerosas
preguntas que aquellas víctimas deseaban plantear, incluyendo el asunto de las
condenas a cumplir de forma efectiva. El Juez contestó todas y cada una de las
preguntas.
Y las que surgieron con el tiempo ya nos
encargamos de explicarlas y contestarlas otras víctimas. Fue un honor.
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