20 noviembre 2016
Joseba Sarrionandia:
“Me sorprende que digan que vivo escondido. He hecho una vida normal en La Habana ”
Joseba Sarrionandia reaparece
tras más de 30 años de ausencia de la vida pública, después de aceptar el
encargo de dirigir un lectorado sobre lengua y cultura vasca que el Instituto
Etxepare inaugurará en la
Universidad de La Habana. El Grupo Noticias publica las primeras
imágenes del escritor vasco que aparecen en la prensa en las tres últimas
décadas y una entrevista del periodista de Iparralde Jose Goitia, que lleva 25
años viviendo en Cuba, en la que el escritor, poeta y ensayista vasco habla
desde La Habana
de su vida, de su obra y de la situación política.
-Hace años que vivo en La Habana , haciendo vida
normal. Me sorprende que la prensa diga que vivo escondido y que no dejo que me
saquen fotos. Hace bastantes años que no vivo escondido, aunque nunca he tenido
ningún interés en salir en la prensa.
Hace 16 años que no
tienes problemas con los tribunales en España. ¿Por qué vives tan
discretamente?
-Es que yo me dedico a escribir,
que es un trabajo para el que por suerte uno se sienta solo en la esquina de un
cuarto y ya está, escribe. Eso es lo que me gusta hacer, además de conversar
con los amigos, o mirar la luna. Pero no entiendo para qué tengo que salir en
la prensa salvo que haya publicado un libro.
A Milan Kundera
tampoco le gusta salir en la prensa, pero manda de vez en cuando una foto.
Salman Rushdie, que está amenazado por los islamistas, se deja ver también en
los medios. De ti no ha aparecido foto en 30 años.
-Agradezco a los que tienen fotos
mías que no las hayan publicado, por el respeto humano que implica. Y tengo que
agradecerte a ti por compararme con escritores que aparecen en Babelia y en el New York Times, aunque no creo
que tenga mucho que ver con esas eminencias. Soy un humilde escribidor de una
lengua del monte, y no me veo en los medios audiovisuales. Lo que espero, con
la foto que me vas a sacar ahora, es pagar el tributo a la sociedad del
espectáculo, que no se diga que no hay fotos mías, y ya, que me dejen trabajar.
Sácame por lo menos tres, para que no venga algún idiota a sacarme treinta.
Hubo escándalo cuando
te dieron el Premio Euskadi con el Gobierno de Patxi López y retuvieron el
dinero. Luego se habló cuando programó una conferencia tuya en la Universidad de
Mondragón, y ahora cuando te han nombrado profesor de la Cátedra de Lengua y
Cultura Vasca en La Habana.
-Me parece que fueron globos
periodísticos propios de la prensa amarilla, y de la política amarilla, porque
la política es también muy amarilla en relación a ciertos temas. Yellow, en
inglés, además de amarillo significaba cruel y cobarde: el tergiversar la voz
del otro, los titulares sensacionalistas, las falsedades normalizadas de tanto
repetirlas. Se trata de hablar de la basura. Hace siglo y pico se hacía
referencia a la manera de actuar de William Randolph Hearst, pero hace tiempo
que casi todos los medios se mueven de esa manera hearst.
Una pregunta que
despierta curiosidad, ¿dónde has vivido antes?
-Pues, en diversos lugares,
habitados por muchas personas, como yo, o diferentes. No me gusta contar las
cosas a todo el mundo, por eso prefiero escribir, porque es como hablar a una
persona. Quien lea con un poco de atención mis libros se dará cuenta en donde
he andado.
¿Qué es este trabajo
en La Habana ?
¿Cómo te lo dieron?
-Se convocó la plaza de lector en La Habana por parte del
Instituto Etxepare y, simplemente, me presenté a las oposiciones. Se
presentaron 39 personas, según me dijeron y, mediante una selección por puntos,
eligieron a tres. La
Universidad de La
Habana eligió a una de esas tres personas, y en julio me
avisaron que debía acudir a trabajar.
¿Qué vais a hacer?
-La asignatura de Lengua y Cultura
Vasca va a ser asignatura optativa a partir del tercer año en la carrera de
Lengua y literatura, y en la de Historia del Arte. También son optativos el
gallego, el catalán y el turco, mientras la lengua inglesa es obligatoria.
Además, espero organizar algunas actividades culturales y publicar cosas.
¿Qué vais a publicar?
-Tenemos la idea de publicar, por
ejemplo, una revista que se llamará Kokuioa, o sea, El Cocuyo, que es un coleóptero
que vuela de noche dando una luz verde. La luciérnaga tiene la luz en el culo,
pues el cocuyo la tiene en la cabeza, ¿verdad? (se ríe). Espero que la revista
ilumine un poco algunos temas lingüísticos, literarios o históricos poco
explorados.
¿Vais a organizar
conferencias?
-Espero que sí, por ejemplo sobre Blas
de Otero, que vivió en La
Habana más de tres años entre el 64 y el 68, un periodo de su
vida interesante con momentos muy tormentosos sobre el que se ha publicado
poco. Quisiéramos reunir en un conversatorio a gente que lo conoció en La Habana de aquel tiempo.
Como usas el
nosotros, ¿trabajas con más gente?
-Estoy solo en nómina, pero no creo
que debo usar el plural por los colaboradores voluntarios que he tenido en
estos tres meses. Me han ayudado profesores de la facultad o vascos que viven
aquí, gracias a los cuales ya tenemos un buen local con su pequeña biblioteca.
He acumulado ilusión hacer cosas con la solidaridad y la generosidad, o como se
quiera llamar, que he visto en bastantes personas.
Acaba de publicarse
la traducción al castellano de ‘Será colosal’, que yo leí en euskera.
-Es un relato desde el punto de
vista de un niño de la guerra civil en una población imaginaria de la costa
entre Ondarroa y Mutriku: la inocencia frente al desastre. El título se refiere
al triunfalismo de los vencedores y a lo que se preparaba acabados los combates
en el 37, porque lo que iba a venir de Alemania era más colosal todavía.
Ahora estás dando los
últimas correcciones a una antología de poesía, ¿cómo se titula?
-Se publicará en la editorial
Pamiela, de Pamplona, y se llamará La
poesía está muerta. Pero no pienses que fui yo, ¿eh?
Yo leí el libro de
los moros, que me asombró por la investigación que implica. ¿Cómo te pusiste a
escribir un libro así?
-Porque tenía tiempo y curiosidad
por conocer cómo se desplegaron desde mediados del siglo XIX las relaciones de
poder que se llamaron colonialismo. Y una gramática rifeña escrita en español
me proporcionó un hilo para ir investigando sobre la ocupación y la
resistencia, la economía y la religión, las lenguas y la política,
especialmente en el norte de África, pero lo que pasa en el Rif sucede en todo
el mundo. Moro es siempre el otro, pero somos nosotros los verdaderos moros.
Las relaciones de poder se establecen en todas partes, y tuve esa obsesión por
tratar de entender el desastre sobre el que se asienta la sociedad nuestra.
El año pasado
publicaste ‘Lapur banden etika ala politika’, que todavía no se ha traducido,
pero tiene un título que dice bastante: La ética de la banda de ladrones o la
política.
-La idea de que la organización
política funciona con la ética de una banda de ladrones atraviesa toda la
filosofía política: es una de las ideas básicas de Platón en su República. San
Agustín glosó la idea con aquella conversación entre Alejandro Magno y el
pirata. El capitalismo, desde Adam Smith hasta Friedrich Hayek, piensa que esa
ética de la banda de ladrones estimula el crecimiento económico. Y lo peor es
que parece cierto, porque por ejemplo la destrucción de Libia viene ser una
gran oportunidad para las empresas americanas y europeas, para crecer y crear
puestos de trabajo, como dicen ellos. Todas las organizaciones políticas tienen
algo de Cosa Nostra, el
socialismo real naufragó en esas contradicciones. Y bueno, ese es uno de los
temas del libro, donde también hay autocrítica. La cuestión fundamental es ver
si se puede hacer política de otra manera.
Tu padre murió este
último verano, ¿cuándo tiempo hacía que no lo veías?
-31 años y unos días, y me dejó con
una gran deuda con él por todo ese tiempo. Tengo todavía allí a mi madre, y un
montón de sobrinos.
¿Por qué no vuelves
al País Vasco?
-Por un motivo, se puede decir que
político, que espero que se resuelva pronto.
¿Qué opinas sobre el
proceso de pacificación? Te lo pregunto porque la gente, sobre todo en España,
te vincula a ETA.
-Yo fui de ETA a finales de los 70,
como algunos de los que me criminalizan ahora. Después anduve de la ceca a la
meca no porque fuera de ETA, sino porque me perseguía la policía española. En
cuanto a tu pregunta, claro que estoy de acuerdo con el proceso, incluso me
parece que debía haberse negociado veinte años antes y se hubieran ahorrado
muchas desgracias.
¿Y por qué no hiciste
entonces declaraciones públicas desvinculándote de ETA?
-¡Qué iba a decir yo frente a la Inquisición Española
y con el sambenito puesto en el cuello, si me perseguían como a una bruja del
siglo XVII! Además, ¿qué es eso de recondenar a los condenados? Yo no voy a
ponerme a servir a los inquisidores. Perseguían a los de ETA y, de paso, a los
que no eran de ETA, y hace cinco años que no tienen el pretexto de ETA, pero
siguen igual. A los catalanes, que nunca han disparado un chícharo, ya han
procesado a centenares de representantes políticos por defender la libre
decisión de la ciudadanía. Hablan de violencia, cuando los únicos que usan la
violencia son ellos. Tienen un presupuesto policial y militar impresionante y
asumen tan alegremente el monopolio de la violencia que hasta se sienten con
derecho a bombardear Afganistán e Irak. Y quien duda que, tras cargarse un poco
de motivos como quien recarga una pila, estarían dispuestos a bombardear de
nuevo Barcelona o Gernika. Ni se plantean por qué muchos vascos, muchos
catalanes y bastantes gallegos queremos la independencia. “Mi mundo no es de
ese reino”, decía José Bergamín, a pesar de que era profundamente español. A mí
me seguirán criminalizando mientras no hable bien de la Constitución , de la Guardia Civil y de
lo bien que nos sentimos los vascos en España, pero es algo que no está entre
mis planes.
Me ha sorprendido,
buscando en Internet, encontrar una foto tuya, publicada en ‘El Correo’ el 7 de
julio de 1985, en la que apareces visiblemente torturado.
-La foto es de noviembre de 1980,
del segundo o tercer día de detención, y siguieron torturándome durante otros
seis días. En aquel tiempo me parece que torturaban a la mayoría de los
detenidos por el tema nuestro. Hay gente que dice que no sabía que sucedía,
pero cómo no iba a saber, ¡si publicaban las caras de los torturados en la
prensa! Era lo normal, fue lo normal durante décadas y me parece que siguen
torturando, aunque ahora se cuidan de que no haya fotos. Hace unos días la
policía mató a un senegalés en una comisaría de Pamplona. La gente que dice que
no sabe que sucede, lo sabría si sucediera al revés, ¿no?
¿Cómo se podria
solucionar el problema de los presos?
-Cuando se acaba una guerra o un
conflicto político hay una justicia transicional. Pero el Estado español no
quiere ninguna paz, como no quiere ninguna libre decisión de la ciudadanía, y
entonces el proceso de paz será como andar con una pierna. Los presos deberían
quedar libres en el proceso de paz y, mientras tanto, en mi opinión, son
secuestrados políticos. Es verdad que ha habido muchos desastres, pero los
presos vascos deberían quedar libres aunque solo fuera por la injusticia
comparativa que supone que la violencia del Estado ha quedado impune. Porque,
en términos individuales, quién ha matado más gente que Enrique Rodríguez
Galindo, que hizo unos meses de cárcel, o Felipe González, que ni ha sido
procesado… No es que espere ni que suelten a los presos vascos y que el Estado
español se procese a sí mismo por asesinatos, por torturas y por miles de
abusos. No sé cómo se puede resolver el problema, pero en la década de los 70
se consiguió con mucha solidaridad, muchas actuaciones unitarias a partir de
diversas sensibilidades y mucha insistencia hasta conseguir abrir los muros.
Has pasado 30 años
sin fotos y sin un trabajo público. ¿Un nuevo modo de vida?
-Yo seguiré igual, me parece. Las
fotos en las que aparezco no me entusiasman. Y continuaré escribiendo, que
pienso que es en lo que puedo aportar algo.
Opinión:
No habría colgado esta entrevista si se hubiera tratado,
exclusivamente, de hablar sobre la historia cultural de alguien que fue miembro
de la banda terrorista ETA a finales de los 70.
Pero hay dos razones que me mueven a mostrar mi opinión una
vez leída la información.
La primera… si fue miembro de ETA ¿podría explicar algo
sobre alguno o algunos de los 300 atentados que todavía están sin aclarar?
La segunda. Dice que “a los catalanes, que nunca han
disparado un chícharo”… bueno, a ver esa memoria…
Cuando dice “los catalanes” me imagino que se refiere a los
que vivimos en Catalunya. Es evidente que “los” catalanes no hemos disparado
pero se olvida de que “algunos” sí lo hicieron… EPOCA o Terra Lliure son
algunos ejemplos de la utilización de disparos (o mejor dicho, artefactos
explosivos) con víctimas mortales y heridos de diversa consideración.
Otra cosa es que la sociedad civil catalana ni mirara hacia
otro lado ni excusara ni mucho menos ayudara a los que realizaran esas
actividades terroristas. Por lo tanto, la diferencia entre los catalanes, que nunca
hemos disparado un chícharo y los demás es que aquí existe algo llamado “seny”.
Es lo que tiene ser fenicios, que preferimos negociar,
dialogar y pactar en lugar de imponer y machacar.
Ah, se me olvidaba: que una banda terrorista deje de
destrozarnos la vida al resto de la humanidad no implica que los autores de esos crímenes deban salir a la calle… existe una legislación que aporta beneficios para los terroristas y ninguna víctima nos hemos tomado la justicia
por nuestra mano. Por lo tanto, la justicia debe cumplirse con tod@s.
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