10 enero 2018
Guerra total PP-Cs: fuga de cargos, Cataluña e incluso las
víctimas del terrorismo
Rivera ve “en riesgo” la legislatura y Rajoy se declara
“muy tranquilo”. PP y Cs se pelean a diario, por el FLA o por la prisión
permanente revisable.
Octubre de 2016. Se ponía fin a diez meses de bloqueo,
inédito en la historia de España y casi sin parangón fuera de nuestro país, con
la investidura de Mariano Rajoy. Respaldado por un sí de
Ciudadanos y una desgarradora abstención del PSOE, el líder del PP daba las gracias
desde la tribuna de oradores a Albert Rivera z, con su tono habitual, celebraba el
acuerdo porque "en la vida es bueno ir haciendo amigos, de vez en
cuando". El aludido sonrió desde su escaño.
Ha pasado poco más de un año, pero la escena suena muy
lejana en este inicio de 2018 en el que, por sintetizar, populares y naranjas
se han repartido garrotazos por asuntos de lo más variado: la prisión
permanente revisable, la equiparación salarial entre cuerpos policiales, la
gestión del 1-O o el dinero del FLA que habría servido para financiar el golpe
secesionista. Para rematar, cargos locales y autonómicos del PP, preocupados
por su futuro político, están pensando en buscar refugio en Ciudadanos. En privado, las críticas suben
todavía más de tono.
Sobre Cataluña, han empezado las primeras grietas después
del respaldo de Ciudadanos a la aplicación del artículo 155. “No se equivoquen
de adversarios, le esptó Rajoy a Rivera este miércoles en la sesión de control,
después de que el líder naranja le preguntara por el FLA y su posible
utilización en el referéndum ilegal del 1 de octubre. "Si alguien me
demuestra una factura falsa pagada por el FLA, rectificaré", añadió el
presidente este jueves, todavía visiblemente molesto.
Una brecha que no es ajena a la dispar suerte de ambas
formaciones en las elecciones catalanas del 21-D. Si Inés Arrimadas lograba el hito de ganar por primera
vez, en votos y escaños, a los nacionalistas, Xavier García Albiol hundía
a su partido hasta última plaza del Parlamento de Cataluña, sin los diputados
suficientes para tener grupo propio. Desde entonces, el PP ha repetido hasta la
saciedad dos peticiones. Una, la de que Ciudadanos le ceda un escaño para
formar grupo, algo que ha encontrado siempre la negativa tajante de la formación naranja. Otra, la de
que Arrimadas, aun sin votos, opte a una investidura que permita, entre otras
cosas, que corra el plazo para llegar a la repetición de las elecciones
autonómicas.
Y todo ello sin acuerdo sobre los próximos Presupuestos
Generales del Estado, después de que hace unas semanas el secretario general de
Ciudadanos, José Manuel Villegas,
llamase al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro,
para cancelar una reunión entre los equipos negociadores. Los de Rivera
insisten una y otra vez en que si el PP no aparta a su senadora Pilar Barreiro,
imputada por la trama Púnica, no habrá un sí a las
cuentas públicas, mientras que el Ejecutivo ya está dejando entrever que
tampoco pasaría nada por mantener prorrogadas las cuentas públicas de 2017.
No se prevé tampoco acuerdo alguno sobre una posible
reforma electoral. De hecho, el PP aprovechó la sintonía entre Ciudadanos y Podemos para
intentar desgastar a los primeros. De "sospechosa" calificó dicha
relación Fernando
Martínez-Maillo, que zanjó: "La reforma -planteada por
dichas formaciones- dejaría sin voz a la España interior". El número tres del PP
reclamó que gobierne "la lista más votada", un extremo pactado con la
formación naranja.
Ni las víctimas se libran de la batalla
La pelea ha llegado, incluso, a una cuestión tan delicada
como la de las víctimas del terrorismo. La tensión se trasladó el pasado fin de
semana al homenaje anual a Gregorio Ordóñez en San Sebastián, en el que María Dolores de Cospedal remarcó que ellos
“estaban” allí como habían “estado siempre”. Como trasfondo, los
nervios por el rumor de que asistiría Rivera y se volvería a ver así con José María Aznar,
si bien finalmente el representante de la formación naranja fue Juan Carlos Girauta.
Para Génova, es fundamental no perder la bandera de la firmeza contra ETA.
Pocos días después, el PP rechazó en el pleno del
Congreso incorporar dos enmiendas parciales de Ciudadanos a su Proposición no
de Ley sobre la memoria de las víctimas, algo que indignó a los
diputados naranja. En una de ellas se abogaba por "vigilar la
responsabilidad de las instituciones a la hora de frenar la radicalización
violenta y actos de enaltecimiento del terrorismo" en clara referencia,
entre otras cosas, a los homenajes a etarras que se siguen realizando en
ayuntamientos del País Vasco.
Hay más cuestiones que están provocando el choque de ambas
formaciones. Por supuesto, la prisión permanente revisable. El PP llego a montar una convencion en su defensa mientras
en las redes sociales ponían de manifiesto las contradicciones del partido
naranja en este sentido. "Ciudadanos no tiene las ideas claras ni los
principios firmes", alertó el
propio Rajoy.
Rivera, por su parte, intentará sacudir al Gobierno la
próxima semana por su relación con el PNV. "¿Qué opinión le merece al
Gobierno el desafío a la democracia planteado por el PNV con su nueva propuesta
de un referéndum para la independencia", le planteará Girauta a Soraya Sáenz de Santamaría.
"Todos tendrán que hacer un esfuerzo para construir respetando
naturalmente los marcos y los procedimientos que nos hemos dado entre
todo", se limitó a decir esta semana Rajoy, no sin dejar clara su sintonía
con los nacionalistas vascos. Además, Cs llevará de nuevo la "politización
de la Justicia "
a las Cortes.
El PP minimiza la fuga de cargos a Cs
Y luego está la fuga de cargos del PP a Ciudadanos. En
Génova la minimizan. "Nosotros no le damos ninguna importancia, estamos
muy tranquilos", en palabras de Fernando Martínez-Maillo.
Hasta la fecha, la dirección nacional asegura que se trata de dirigentes de
salida o de segunda fila, principalmente en Andalucía y Extremadura. Si bien,
preocupa la posibilidad de fichajes con cierto impacto como el de José Ramón Bauzá,
que "tal vez nos haría más daño a nivel nacional que en Baleares
propiamente dicho". Dicho esto, tanto Alberto Núñez Feijóo como
Maillo afirmaron recientemente en tono burlón que, lo que es seguro, es que el PP
no lanzará el lazo a algún cargo del partido naranja.
Tal y como publicó en su día Pablo Coello, varios alcaldes
del PP de Jaén se han marchado del partido y sopesan concurrir en las próximas
elecciones como candidatos de Ciudadanos. Algo similar ha ocurrido en
Extremadura. En Cáceres, se ha ido José Antonio Villalba,
su expresidente. La que fuera consejera de Sanidad de la comunidad con José Antonio Monago,
Jerónima Sayagués, ya no es del partido. Existen casos
también en Galicia y en Cataluña.
Un contexto que, en palabras de Rivera, pone "en
riesgo" la legislatura. Rajoy, de momento, no es tan pesimista. "No
hay que ponerse en el peor de los escenario nunca", afirmó este jueves en
el Foro ABC mientras su equipo recordó que la
comunicación entre ambos sigue siendo fluida y se ven "cuando es
necesario". El presidente remató: "Estoy muy tranquilo".
Opinión:
Y luego seguirá habiendo alguien que dirá que con el
terrorismo y “las” víctimas no se hace partidismo ni política electoral… bueno,
perdón, con “las” víctimas no, sino con sectores o grupos de víctimas…
Ya quedó muy claro en la ponencia que Sara Bosch y un
servidor dimos el pasado sábado en el Colegio de Psicólogos de Girona y quedará
muy claro también el próximo martes en la mesa redonda “Víctimas y uso
partidista” que celebraremos en la Sala
Espai Zero de Fabra i Coats de Barcelona a las siete de la
tarde.
Lo peor de todo es que, aunque a veces no apetezca
demasiado hablar sobre todos estos líos políticos, es que hay algunos que lo
ponen “a huevo”…
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