22 febrero 2018 (21.02.18)
Las
cuentas del terrorismo etarra
Un grupo de expertos
evalúa en 25.000 millones su impacto y en más de 120 millones sus ingresos en
secuestros y atracos
ETA financió su actividad terrorista en sus más
de 50 años de actividad por tres vías. Recaudó 19,43 millones de euros por
atracos; entre 102,65 y 106,09 millones por secuestros; y un mínimo de 21,5
millones por la extorsión directa. Acompañaba su chantaje con ataques
terroristas para hacerlo más eficaz. El 40% de sus atentados y el 63% de la kale borroka tuvieron
objetivos empresariales. Extorsionó a unas 10.000 personas, aunque la mayoría
no cedió al chantaje. El presupuesto anual de ETA fue en sus años dorados, los
ochenta, de entre 5,01 y 6,68 millones de euros, inferior en una quinta parte
al del IRA. Intentó operaciones limitadas de inversión, aunque no se ha
constatado blanqueo de dinero. El costo directo del impacto del terrorismo
oscila entre 20.000 y 25.000 millones de euros.
Son algunas conclusiones de la investigación más completa
sobre el impacto y la financiación de ETA realizada por un grupo de expertos
vascos —Florencio Domínguez, José María Ruiz Soroa, Gaizka Fernández, Pablo
Díaz, Borja Sanz, Martín Alonso, Javier Merino y Doroteo Santos— coordinados
por Josu Ugarte, y recogida en el libro La bolsa y la vida. Ugarte recalca que la
investigación sigue: "Pudo haber un segundo centro de contabilidad. Falta
profundizar en la microextorsión (por ejemplo, en comercios), emparentada con
la mafia". Ugarte concede una importancia capital a la extorsión: "A
más capacidad de extorsión, más capacidad terrorista y viceversa. La extorsión
no solo afectó al empresariado. Agrietó nuestro tejido social".
Atracos. Fue el primer procedimiento de
financiación de ETA. Empezó en 1965. Su edad dorada fue a finales de los años
setenta. Acabó en 1986 cuando aumentó la seguridad bancaria. Recaudó por este método 19,43 millones de euros. Financió la
compra de armamento y el mantenimiento de sus liberados.
Secuestros. Fue su principal fuente financiera entre
mediados de los ochenta y finales de los noventa. Secuestró a 55 empresarios,
de los que cuatro fueron asesinados y cinco, liberados por la policía. 13 de
ellos fueron liberados tras tirotearles las piernas y el resto pagaron rescate.
ETA recaudó por este método entre 102,65 millones de euros y 106,09. Los
terroristas, gracias a este sistema, pudieron financiarse entre 15 y 21 años.
Extorsión. Se extiende a finales de los setenta, tras el secuestro y asesinato
de los empresarios Ángel Berazadi y Javier Ibarra, y vive su época dorada en
los ochenta. ETA atentó contra casi un centenar de empresas resistentes a la
extorsión y asesinó a 16 personas por esta causa. No hay datos globales sobre
los ingresos de ETA por extorsión. La documentación incautada en Sokoa revela
que entre 1980 y 1986 recaudó 21,5 millones de euros. Enviaba cartas y
concertaba citas en el País Vasco francés. Fueron 23 los puntos: el primero, el
domicilio de un sacerdote. En el momento de la incautación, ETA extorsionaba a
117 empresarios y su petición
media era de 7,8 millones de pesetas. Hay 68 casos acreditados de pagos a ETA,
de los que 44 pactaron la cantidad. La investigación deduce que existe un
segundo centro contable por la ausencia de grandes empresas en listados.
Reorganización y crisis de la extorsión. Avanzados los ochenta y tras la
presión de Francia, ETA traslada al País Vasco el aparato de extorsión. Al ser
desarticulado entre 1992 y 1993 expande
la extorsión a empresas fuera de Euskadi e incluso al cooperativismo de
Mondragón y dedica 35 colaboradores a ello. No logra sus objetivos y recurre
otra vez al secuestro para compensarlo. En el año 2000 la extorsión logra un
repunte por el temor provocado con el asesinato de José María Korta, presidente
de la patronal gipuzkoana. Pero en 2002 decae y en 2003 ETA se alarma porque
los ingresos —1,56 millones de euros— están por debajo de los gastos —1,92 millones—.
Entre 2001 y 2005 ingresó 6,153 millones de euros y entre 2006 y 2010 la media
anual fue de 625.000 euros. ETA reconoce que la caída de la recaudación incide
en su capacidad terrorista y viceversa. Trata de mantener el terror aumentando
los ataques a empresas, que alcanzan el 40% de sus atentados. El 63% de los
ataques de la kale borroka fueron
contra intereses empresariales.
Número de extorsionados. Los investigadores calculan en 10.000 los
extorsionados, empresarios y profesionales liberales. La mayoría no cedió al chantaje. En Navarra sucumbió un 5% y en Gipuzkoa hasta el
10%. La mayoría no pagaba, pero tampoco denunciaba al no disponer de garantías
de seguridad. Hasta avanzados los ochenta, las fuerzas de seguridad daban
prioridad a la detención de comandos y no prestaron atención a la extorsión.
Los presupuestos de ETA. Los investigadores señalan que ETA
ha funcionado siempre con un presupuesto "bastante limitado" en
comparación con otras organizaciones similares. A mediados de los ochenta, en
su mejor momento, su presupuesto anual oscilaba entre 5,01 y 6,68 millones de
euros, mientras que el del IRA lo multiplicaba por cinco. Los liberados de ETA
cobraban en esa época 24.720 pesetas (381,22 euros de 2016), que duplicaban si
estaban casados y tenían un hijo. En 2003 el salario era de 600 euros y
desaparecieron las ayudas familiares. Los presupuestos de ETA se resintieron
gravemente tras la detención en 2004 de Mikel Antza, su jefe político desde
1993. Documentos de 2008 señalan que, debido a la caída de la recaudación, los
presupuestos se redujeron a una cuarta parte. Mikel Karrera, el último jefe
operativo de ETA, reconoció que esa caída repercutió gravemente en su capacidad
de actuación.
Contribución a sus presos y entorno. De la documentación incautada a
la cúpula de ETA en Bidart se infiere que a finales de los ochenta y primeros
de los noventa ETA gastaba 270.000 euros anuales en sus presos encarcelados en
Francia. Las gestoras proamnistía, distribuidoras del dinero que donaba ETA a
los encarcelados en España, tenían, en 2001, un presupuesto de 3,28 millones de
euros anuales. En 1991 cada preso recibía mensualmente 10.000 pesetas. En 2000
se elevó a 20.000 pesetas y en 2005 se redujo a casi la mitad. De la
documentación de Sokoa se desprende, también, que ETA donó a Herri Batasuna 10
millones de pesetas entre mayo y junio de 1986, coincidiendo con las elecciones
generales, y otros 10 millones en julio de ese año, para las autonómicas.
Cuantificación económica del terrorismo. Los investigadores arriesgan la cifra de entre 20.000
y 25.000 millones de euros como costes directos de la existencia de ETA
perceptible en la deslocalización de empresas y huida de empresarios; la
pérdida de inversión foránea; la caída del turismo; la paralización de la
central nuclear de Lemóniz —supuso el 30% del coste directo atribuido a ETA— y
la ausencia de vocaciones empresariales. La estimación más respetada en
términos de PIB es una reducción del 10%. Pero los investigadores no la avalan
porque la desestabilización del terrorismo convivió con una crisis que afectó
gravemente a la siderurgia, sector clave de la industria vasca. "Fue
añadir desolación a la desolación", señala Ugarte, aunque la situación se
palió por el apoyo del Gobierno central a la reconversión industrial y por la
autonomía fiscal vasca.
Opinión:
La presente información ya apareció hace
unos días en algún que otro medio y repito lo que dije entonces: no me cuadran
las cifras, entre otras cuestiones porque hay atentados sin juicio (y por tanto
sin indemnizaciones declaradas), hay víctimas a las que el Ministerio de
Interior no se preocupa en absoluto de localizar y porque en 1999 se calcularon
en 60.000 millones de pesetas las indemnizaciones que los condenados por
terrorismo (y miembros de cualquier banda terrorista) debían a sus víctimas…
desde ese año hasta ahora y pese a los numerosos delitos cometidos, repito, las
cifras no me cuadran.
Otra cosa sería pensar que, son la excusa
del terrorismo y “las” víctimas, se hayan desviado recursos financieros y económicos, como pasar dietas a nombre y conceptos que no corresponden con la realidad o pasar gastos personales como derivados de la actividad antiterrorista pero ¿quién se atrevería a investigar si eso ha podido ocurrir?
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