25 febrero 2018
Franquistas contra
proetaras
Juan Soto Ivars
Han empezado a difundir fotos
donde se ve al político que denunció a Valtonyc posando en el Valle de los Caídos. ¿No
estamos pulsando los mismos resortes que han dado con Valtonyc en prisión,
solo que sin un código penal detrás? El rapero escribió y publicó frases
horrendas, alabó a ETA, etc. Yo digo: libertad de expresión aunque me ofenda y
me piten los oídos. Pero lo que dice el sistema judicial es: no, guapo,
literalidad, te condenamos por las palabras que has usado, con ellas te
convertimos en algo objetivo, un delincuente.
Para mí, esa es la aberración legal del Código Penal que endureció Gallardón,
tanto en el artículo de alegatos proterroristas como en el de ofensas a colectivos (578
y 510).
Creo que, aunque alguien sienta que tendrían
que matar a otro y lo diga, ni siquiera ese sentimiento lo convierte en un
criminal. La gente se desahoga, muchas veces, con palabras violentas. Abogo por
la responsabilidad individual para callar ciertas cosas, pero también por
nuestra responsabilidad de relativizar lo que estamos recibiendo. Cuando la
mujer que insultó a Arrimadas pidió
disculpas fue muy clara: se moría de vergüenza al releer su propio mensaje,
escrito en un calentón. ¿Sentía realmente las cosas horrendas que dijo? Parece
que las sintió solo un momento. En este sentido, ¿quién no ha sentido
barbaridades? ¿Somos los buenos o tenemos la suerte de ser los que señalan a
otros?
Sobredosis de
literalidad
Entonces: ¿qué significan esas fotos del
político haciendo turismo en el Valle de los Caídos?
¿Con qué intención se difunden? Podríamos estar ante un nostálgico del
franquismo, es una posibilidad, pero no la única, como ocurre con Valtonyc:
podría ser un proterrorista o
simplemente un joven enfadado. Padecemos una sobredosis de
literalidad. Esta vagancia intelectual es la que arranca,
también, obras de arte de los museos y las galerías.
Somos más complejos de lo que parece cuando
decimos ciertas cosas. Hemos de ser condenados por nuestros actos, no por
nuestros pensamientos. Hay palabras que se convierten en actos, por ejemplo,
las calumnias. Me pregunto: ¿no se está calumniando ahora masiva y libremente
tanto al rapero como al político? Si la impunidad consiste en estar en el lado
correcto en cada caso, hay algo que está funcionando muy mal. Y es peligroso.
Opinión:
Qué lástima que los que tanto hablan sobre el
tema de los raperos, titiriteros y demás no hayan tenido la más mínima decencia
ni el más mínimo interés en tomar partido para defender a las víctimas que nos
hemos sentido atacadas tras el tuti de Alfonso Rojo.
Han pasado casi once meses y todavía espero una
sola llamada de interés preguntando sobre el mencionado tuit… aunque sabiendo
quién originó todo el desastre y quién dio pábulo a tanta estupidez, no me
extraña que hayan preferido mirar hacia otro lado y aprovecharse de la
situación para tomar fotografías en diversas manifestaciones y actos políticos
vendiendo la impresión de que “las” víctimas estamos de acuerdo.
Una de las ventajas de la exposición “La ferida
de Hipercor, Barcelona, 1987”
es poder hablar largo y tendido, sin prisas y con mucha calma, con muchos de los
visitantes que explican y aportan datos que confirman hasta qué punto existen
personajes que llevan décadas mintiendo y, al mismo tiempo, viviendo del dolor
ajeno. Lástima que el domingo 11 de marzo se cerrará la exposición.
Pero lo que no quedará cerrado será la
oportunidad de poder explicar todo lo adquirido en un próximo futuro.
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