18 febrero 2018
El ejemplo de las víctimas
Juan Ignacio Zoido, Ministro de
Interior
Hace ya seis meses que los brutales atentados terroristas de Barcelona y
Cambrils nos conmovieron a todos, dejando 16 asesinados, más de 150
heridos y un país roto de dolor como terribles consecuencias. Es imposible
comprender qué lleva a una persona a quitar la vida a otra, nadie puede
entender la razón de esta barbarie ni existe justificación alguna para ello.
Pero sí estamos obligados a honrar y proteger a las víctimas y también a poner
todos los medios para que no vuelva a haber más sangre derramada en nombre de
una causa tan irracional como injusta y cruel.
Como escribió Humberto Eco, «el fin del terrorismo
no es solamente matar ciegamente, sino lanzar un mensaje para desestabilizar» y
por eso la amenaza no puede hacernos cambiar nuestra forma de vida ni tenernos
asustados, porque entonces sería una victoria de quienes pretenden sembrar el
terror.
Ante ella, debemos confiar en el
trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que desde los dramáticos atentados
del 11-M de 2004 han detenido a 751 personas en operaciones contra el
terrorismo yihadista, y sobre todo estar unidos y mostrarnos firmes, porque
juntos somos más fuertes y porque la unidad es uno de los elementos clave de la
eficacia antiterrorista. Y para ello es clave el trabajo dentro del «Acuerdo
para afianzar la unidad en defensa de las libertades y en la lucha contra el
terrorismo», conocido comúnmente como Pacto Antiyihadista. Por ello, me permito
animar a los partidos que aún no lo han suscrito a contribuir al Pacto con
mayor compromiso, como miembros de pleno derecho.
Tras los atentados, los expertos
antiterroristas recomendaron mantener el nivel de alerta 4, aunque con un
refuerzo de las medidas de seguridad en lugares o eventos de afluencia masiva
de personas, con la intensificación de la prevención en potenciales objetivos,
potenciando los dispositivos policiales de reacción y con una mayor implicación
de las policías locales.
Además, trabajamos en un paquete de
medidas legales que permitirá reforzar la prevención y fortalecer la lucha
contra este terrorismo, todas ellas encaminadas a garantizar los cuatro
objetivos estratégicos, que podríamos denominar las «4 P»: prevenir los brotes
de radicalismo, proteger a los ciudadanos, perseguir a los terroristas integral
y globalmente y preparar respuestas para dar apoyo inmediato y permanente a las
víctimas.
Porque las víctimas siempre deben estar
en el centro de nuestros desvelos, prestándoles una atención y apoyo integrales
y permanentes. Las particulares características de estos atentados, con
afectados de hasta 30 nacionalidades distintas, refuerzan el compromiso y la
apuesta del Gobierno de España de impulsar ante la Unión Europea la
adopción de una Carta Europea de Derechos de las Víctimas de Terrorismo, en la
que todos los Estados miembros se comprometan a brindarles una asistencia y
protección integrales.
Decía Claudio Magris que «no se puede
hacer de los miedos una ideología», y por eso no sólo hay que proteger los
derechos de las víctimas, sino otorgarles el reconocimiento público y social
que merecen como instrumento fundamental para la deslegitimación de la
violencia y el discurso terrorista. Por eso siempre debemos recordarlas,
reconocerlas y ayudarlas, para que su ejemplo nos muestre el camino.
Opinión:
No voy a opinar sobre las palabras de los filósofos y
escritores en los que se basa el artículo del señor Ministro Zoido, porque mis
conocimientos sobre palabrería que disimule las carencias de un trabajo mal
realizado no llegan a su nivel.
Pero sí voy a decir bien alto y bien claro que lo que
escribe el señor Ministro me demuestra que tiene un enorme desconocimiento de
la realidad en lo que respecta a las vivencias de la infinita mayoría de
víctimas del terrorismo, absolutamente anónimas todas ellas.
Si sus asesores le hicieran bien el trabajo y le remitieran
unas cuantas declaraciones, solo unas cuantas, de las muestras de desamparo que
se explican constantemente en algunos medios y/o en este humilde blog, creo que
el señor Ministro se plantearía muy mucho lo que luego escribe… porque supongo
que es el mismo Ministro quien lo escribe y no otra persona.
Lo que sí puedo afirmar es que si se les ocurre llevar
cualquier tipo de propuesta a Europa o a cualquier otro lugar del planeta
estaré dispuesto a denunciar las mentiras y las inexactitudes en las que pueda
basar esas propuestas. Si el señor Ministro se dedica a leer algunas de las
últimas entradas en este blog entenderá a qué me refiero, a no ser que esté más
pendiente de pensar a qué amigo le va a dar la próxima medalla en lugar de
pensar a qué víctima hay que atender urgentemente.
Y si no, que revise las cartas que (supongo) llegan desde la
Casa Real al Ministerio que dirige.
Es solo una humilde propuesta.
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