01 abril 2024 (23.02.24)
La amenaza permanente del terrorismo islámico
Silente tras la derrota de Daesh en su intento de montar un califato terrorista en Oriente Próximo, el yihadismo ha reaparecido en Moscú con toda la extrema crueldad que define su criminal devenir a lo largo del presente siglo. Las imágenes del ataque en Moscú son espeluznantes y dan buena medida de la peligrosidad extrema de un movimiento que se ha convertido en una amenaza permanente para la civilización. Daesh tomó como excusa para sembrar de muerte Moscú la implantación de Rusia en el Sahel. Los servicios de Inteligencia de EE.UU. habían alertado de la posibilidad de que el Estado Islámico-Jorasán, la rama del grupo basada en Afganistán, planeaba un ataque en la capital rusa, aviso que el Kremlin atribuyó a una maniobra de Occidente para «intimidar y desestabilizar nuestra sociedad». Desgraciadamente el aviso estaba justificado. El yihadismo sigue ahí, es el elefante en la habitación que nunca debimos dejar de vigilar, sobre todo tras la desastrosa retirada de Afganistán, y que trata de aprovechar la inestabilidad bélica del momento para irrumpir con fuerza en ese río revuelto.
Opinión:
Desgraciadamente las noticias no son demasiado positivas en este aspecto. El terrorismo, del tipo que sea, siempre ha sido una amenaza aunque desde los sucesos del 11 de septiembre de 2001 en EEUU, esas amenazas se han acrecentado en cualquier lugar del mundo.
Y más cuando los autores son terroristas que no tienen ningún tipo de miedo a su más que posible muerte mientras realizan sus actividades asesinas.
Por ello, solo queda aumentar los recursos para lo que `podríamos llamar “prevención del terrorismo”.
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