25
abril 2024
El
hijo de Josu Ternera niega haber pertenecido a ETA al ser juzgado en París
Egoitz
Urrutikoetxea, hijo del histórico exdirigente etarra Josu Ternera, negó este
jueves haber pertenecido nunca a la organización terrorista ni haber estado en
la clandestinidad, al ser juzgado este jueves en París por alquilar en 2005 un
piso franco en Vichy que utilizaron miembros de la banda.
“Contesto
mi pertenencia a ETA”, afirmó Urrutikoetxea Laskibar, que insistió en que
“nunca” había estado en la clandestinidad, durante su comparecencia ante el
Tribunal de Apelación de París, que lo juzgó por su presunta pertenencia a ETA
al haber alquilado el 24 de abril de 2005 un piso en Vichy y una semana después
una plaza de aparcamiento con una identidad falsa.
La
fiscal, sin embargo, reclamó su condena por considerar que “hay vínculos
asentados” entre Urrutikotexea y otros etarras ya condenados por su actividad
terrorista que pasaron por el piso de Vichy como él, que dejó allí huellas
dactilares y su ADN.
La
representante del Ministerio Público pidió una pena de dos años exentos de
cumplimiento (sólo iría a la cárcel en caso de reincidencia) teniendo en cuenta
que los hechos ocurrieron hace ya 19 años y que está insertado socialmente.
La
fiscal reprochó al encausado que no haya hecho “una verdadera crítica” a las
acciones de ETA, puesto que en la audiencia se empeñó en hablar de “una
violencia recíproca” y de “minimizar sus actos”.
El
hijo de Josu Urrutikoetxea reconoció que había utilizado documentación falsa
para alquilar el apartamento y el aparcamiento porque se lo había pedido ETA,
pero insistió en que lo hizo “en el marco de las negociaciones” que estaba
llevando a cabo entonces la banda con el Gobierno español.
“Era
importante que las personas de esa organización clandestina pudieran reunirse”
con ese objetivo, señaló, sin dar la identidad de los activistas con los que
estuvo en contacto.
Hizo
hincapié en que puso “a disposición (de ETA) ese apartamento en un marco bien
preciso” y en que, aunque pasó por allí un par de veces, no supo las razones
por las que fue abandonado meses después por los miembros de la banda que lo
ocuparon.
La
presidenta del tribunal, que le recordó de que el meollo del proceso es
determinar si en 2005 participaba en la estrategia etarra para preparar
acciones terroristas, recordó que la policía encontró sus huellas y ADN en
diversos objetos que se requisaron en varios pisos y vehículos utilizados por
miembros de la organización terrorista, como el entonces responsable del
aparato militar, Peio Esquisábel.
Egoitz
Urrutikoetxea subrayó que todos los objetos en los que se encontraron sus
huellas eran móviles, de forma que eso no demuestra que él los dejara en esos
pisos francos ni en esos vehículos utilizados por ETA.
Explicó
la presencia de esos objetos por la relación con su padre, que en esa etapa,
según sus propias palabras, “participaba en la búsqueda de vías para buscar una
solución” al “conflicto” vasco y, que como también indicó en otro momento, fue
quien puso voz al mensaje en el que ETA anunció su disolución en mayo de 2018.
Josu
Ternera, que asistió entre el público al proceso de su hijo, está a su vez
pendiente de otro juicio ante el mismo Tribunal de Apelación de París, que
podría celebrarse en octubre de 2024 o en enero de 2025, y cuya finalización es
la condición para que puedan cursarse las euroórdenes que tiene pendientes
contra él la Audiencia Nacional de Madrid.
Egoitz
Urrutikoetxea, que cumplirá 50 años en junio y tiene la nacionalidad francesa,
estuvo en busca y captura durante varios años hasta que fue detenido el 6 de
octubre de 2015 en Saint Denis, una ciudad del extrarradio de París donde vivía
bajo su propia identidad.
Antes
de eso, había sido condenado en rebeldía tres veces por su pertenencia a ETA.
Pero como era su derecho, pidió que se repitieran los juicios en su presencia.
Como
consecuencia de eso, fue condenado una primera vez en noviembre de 2021 a dos
años de cárcel exentos de cumplimiento, pero no por haber sido miembro de ETA,
sino por sus vínculos con la organización terrorista entre 2003 y 2005, y en
concreto por sus relaciones con “miembros eminentes”, sobre todo del aparato
militar.
Este
jueves, ante el Tribunal de Apelación de París que dictará sentencia en su caso
el próximo 30 de mayo, dijo que durante su vida el “delito de filiación (le) ha
perseguido.
Opinión:
Primero, agradecer el envío de esta información a una
víctima de la banda terrorista ETA que reside en Galicia.
Segundo, hacer constar que cuando este energúmeno se
fotografiaba tan contento y sonriente entregando a su padre un objeto emulando
el símbolo (creo recordar que tallado en madera) de la banda terrorista ETA…
parecía cualquier cosa menos alguien que no tuviera relación con la banda.
Padre que, por cierto, también estaba en la misma fotografía.
Fue en aquel año 2000, cuando era representante de los DDHH en el Parlamento
Vasco. ¿Cuántas víctimas nos manifestamos en aquel momento contra aquel
nombramiento? ¿Dónde estaban las que ahora se creen con derecho a marcar la
opinión del colectivo hablando “en nuestro nombre” sin conocernos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario