15
abril 2024
La
policía combate la propaganda yihadista a través de las redes sociales.
Los
islamistas tratan de crear un clima de miedo en grandes eventos.
Expertos
en la lucha antiterrorista han constatado que en los últimos días los
islamistas han extendido de forma masiva por las redes sociales su propaganda.
La
mecha prendió la semana pasada cuando comenzaron con las amenazas sobre los
partidos de la Champions en el Santiago Bernabéu y en el Cívitas Metropolitano.
Expertos
en la lucha antiterrorista han comprobado “atónitos” cómo en los últimos días
voluntarios yihadistas han logrado extender de manera masiva por las redes
sociales que más usan los españoles su propaganda gracias al “enorme altavoz”
de los medios de comunicación. La mecha prendió a mediados de la semana pasada
cuando comenzaron a copar titulares las amenazas sobre los partidos de la
Champions League en el Santiago Bernabéu y en el Civitas Metropolitano, que
habían difundido dos plataformas de medios afines al Estado Islámico, Al-Azaim
Foundation y Sarh al-Khilafah. Y en ese “trampolín” radica el éxito de estas
campañas propagandistas contra las que luchan los Cuerpos y Fuerzas de
Seguridad: generar una alarma social y un clima de terror.
Tanto
en la Comisaría General de Información de la Policía Nacional como en el
Servicio de Información de la Guardia Civil coinciden en señalar de manera
tajante que la amenaza terrorista no se ha incrementado en España en la última
semana. Los partidos de fútbol puestos en la diana se desarrollaron sin ningún
incidente de esta naturaleza. Pero antes, el Ministerio del Interior tuvo que
hacer un llamamiento a la tranquilidad y la Delegación del Gobierno en Madrid
anunció un refuerzo del dispositivo policial debido a la magnitud que adquirió
la campaña propagandística. Incluso se coló en el debate político: la
ultraderecha aprovechó para señalar “a los que abren fronteras” como los
“responsables” del “dolor que causarán los salvajes”.
Tras
la caída del califato del Estado Islámico en el 2019, la propaganda es lo que
ha servido a la organización para mantener la tensión terrorista en todo el
mundo. De hecho, pese a que el Estado Islámico pierde sus estructuras
centrales, “el fenómeno de la propaganda aumenta porque empieza a sustentarse
en voluntarios que participan de manera muy especializada”, apuntan desde el
servicio de inteligencia de la Guardia Civil. Además de las entidades que
llevan el sello oficial de la organización, como las revistas Dabiq y Rumiyah o
el periódico Al Naba –que solo suponen ahora la punta del iceberg– la verdadera
caja de resonancia del Estado Islámico la componen una especie de estructura
franquiciada encargada de crear y difundir la propaganda terrorista. “Que se
propague por canales no oficiales no supone una disminución del riesgo”, añaden
las fuentes.
Sin
embargo, tal y como apuntan desde la Policía Nacional, a la propaganda
“incesante” del Estado Islámico tiene acceso un público restringido para burlar
a las fuerzas de seguridad, que se ven con enormes dificultades para perseguir
a sus autores porque se esconden tras perfiles indetectables debido a la nula
información que ofrecen las plataformas sobre ellos. Telegram es el claro
ejemplo y por tanto una de las redes favoritas de los terroristas. Los
contenidos terroristas van saltando de canales más reducidos a otros más
amplios gracias al compromiso de los voluntarios yihadistas que se encargan de
traducir y hacer atractivo visualmente el material.
Los
contenidos terroristas van saltando de grupos reducidos hasta la sociedad
gracias al “altavoz” de los medios
En
la inmensa mayoría, la propaganda se queda en esos círculos con el objetivo de
captar adeptos a la causa terrorista. Ya sea para su traslado a zonas de
conflicto o para cometer un ataque en suelo occidental. Pero cuando los grandes
medios de comunicación se hacen eco –“haciéndole el juego de manera
involuntaria”, señalan desde la Policía–, se genera la alarma social, que
también buscan. Y, de paso, que le pueda llegar a algún sujeto que no consuma
los canales especializados, pero que se anime a atacar alentado por estas
incitaciones.
Fuentes
policiales aseguran que han detectado la presencia de periodistas freelance en
grupos reducidos de voluntarios yihadistas que “con el ánimo de informar o
saber cómo funciona el fenómeno terrorista” han captado las amenazas para “acto
seguido” publicarlas en medios de comunicación. Los agentes que tienen
intervenidos estos canales han comprobado que tras las publicaciones en medios,
los integrantes se han jactado de que las intimidaciones hayan tenido eco
mediático.
La
actividad propagandística
Se
incrementará en los próximos meses con los Juegos Olímpicos como telón de fondo
En
estos momentos, la lucha contra la propaganda se centra en prevenir que los
contenidos terroristas circulen libremente por internet, pero debido a la
propia naturaleza del medio resulta “altamente complicado” llegar a las
estructuras que facilitan y favorecen la difusión. “Es un reto enorme”,
reconocen los expertos. Las operaciones en España generalmente se centran en
neutralizar una amenaza desde un punto de vista táctico con la detención de
individuos que pudiesen llegar a cometer una acción tras el consumo de la
propaganda. Sin embargo, el éxito estratégico consistiría en dañar las
estructuras de propaganda a nivel global.
Las
fuerzas de seguridad pronostican que en los próximos meses, con los Juegos
Olímpicos de París como telón de fondo, se incrementará la propaganda con la
diana en eventos deportivos. Así ocurrió con el Mundial de Rusia del 2018,
donde se intensificó la actividad propagandística, aunque finalmente no hubo
ningún incidente terrorista.
Continúa
la intensa actividad desde octubre de 2023
La
lucha antiterrorista en España continúa con una intensa actividad desde el
punto de inflexión que supuso el ataque de Hamas contra Israel –y la posterior
ofensiva en la Franja de Gaza–. Tras cerrar un 2023 en el que se alcanzó la
mayor cifra de detenidos por terrorismo desde 2005, año posterior a la matanza
yihadista de Atocha, en 2024 se está manteniendo la estela iniciada en octubre
del pasado año. Hasta el 4 de abril, se han llevado a cabo 17 operaciones con
un saldo de 20 individuos arrestados por su relación con el yihadismo. Casi la
mitad de las detenciones (8), se han llevado a cabo en la provincia de
Barcelona: Centro Penitenciario de Brians (1), Sant Pere de Ribes (1),
Barcelona (5) y Terrassa (1). Otro arresto en Calonge i Sant Antoni (Girona)
completarían las nueve detenciones practicadas en Catalunya en lo que llevamos
de año.
Sin
embargo, la mayor amenaza neutralizada en este 2024 es la del menor detenido en
enero en Montellano (Sevilla), quien fue sorprendido por los agentes mientras
practicaba detonaciones antes de consumar supuestamente el ataque que tenía en
mente.
Y,
de paso, que le pueda llegar a algún sujeto que no consuma los canales
especializados, pero que se anime a atacar alentado por estas incitaciones.
Fuentes policiales aseguran que han detectado la presencia de periodistas
freelance en grupos reducidos de voluntarios yihadistas que "con el ánimo
de informar o saber cómo funciona el fenómeno terrorista" han captado las
amenazas para "acto seguido" publicarlas en medios de comunicación.
Los agentes que tienen intervenidos estos canales han comprobado que tras las
publicaciones en medios, los integrantes se han jactado de que las
intimidaciones hayan tenido eco mediático. En estos momentos, la lucha contra
la propaganda se centra en prevenir que los contenidos terroristas circulen
libremente por internet, pero debido a la propia naturaleza del medio resulta
"altamente complicado" llegar a las estructuras que facilitan y
favorecen la difusión.
"Es
un reto enorme", reconocen los expertos. Las operaciones en España
generalmente se centran en neutralizar una amenaza desde un punto de vista
táctico con la detención de individuos que pudiesen llegar a cometer una acción
tras el consumo de la propaganda. Sin embargo, el éxito estratégico consistiría
en dañar las estructuras de propaganda a nivel global. Las fuerzas de seguridad
pronostican que en los próximos meses, con los Juegos Olímpicos de París como
telón de fondo, se incrementará la propaganda con la diana en eventos
deportivos. Así ocurrió con el Mundial de Rusia del 2018, donde se intensificó
la actividad propagandística, aunque finalmente no hubo ningún incidente
terrorista.
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