04 febrero 2015
Pedro Sánchez
se apunta a la utilización del terrorismo como arma electoral
Resulta incomprensible que ahora el PSOE, que ya ha
anunciado que presentará un recurso de inconstitucionalidad contra la prisión
permanente revisable, cruce la línea roja que ellos mismos habían trazado
Las medidas oportunistas, que solo buscan
aprovecharse de una situación, en este caso el atentado yihadista a
Charlie Hebdo, para sacar réditos electorales y endurecer las leyes a costa de
limitar la libertad de los ciudadanos, son propias de la derecha española, y de
ello tenemos numerosos ejemplos en los últimos años. Por eso resulta desconcertante
que el Partido Socialista se deje arrastrar y “convencer”, por temor a ser
criticado por no apoyar el pacto antiterrorista propuesto por el Gobierno, y
entre por el aro admitiendo un endurecimiento que resulta claramente
inconstitucional.
La cadena perpetua, que para
disimularla el Partido Popular la ha bautizado como “prisión permanente
revisable”, nudo gordiano del pacto antiterrorista, no respeta nuestra
Constitución, por cuanto crea una innecesaria inseguridad jurídica, al permitir
que caprichosamente las penas se puedan alargar de forma indefinida, sin
que el reo pueda conocer en ningún momento su duración real. Y en especial
infringe los artículos 15 y 25 de nuestra Carta Magna, al ser contraria a la
dignidad de la persona, por inhumana y degradante, y contravenir la finalidad
de la pena de privación de libertad, que no es otra que la reeducación y
reinserción social de los condenados.
La inclusión de la pena de prisión
permanente revisable en el nuevo Código Penal, a punto de ser definitivamente
aprobado, fue uno de los motivos de que el PP se quedase solo en el Congreso de
los Diputados al momento de su votación. Por eso resulta incomprensible que
ahora el PSOE, que ya ha anunciado que presentará un recurso de
inconstitucionalidad, cruce la línea roja que ellos mismos habían trazado, y se
pliegue a las exigencias del Gobierno, bajo la excusa de que la derogará cuando
puedan hacerlo. Los socialistas se han equivocado porque no pueden estar en dos
sitios al mismo tiempo, y las contradicciones se pagan en las urnas, como ya
ocurrió con la reforma exprés del art. 135 de nuestra Constitución.
Pero en el fondo lo que ha primado
en este pacto no es otra cosa que un intento de recuperar desesperadamente la
fuerza del bipartidismo de siempre, claramente cuestionado en las encuestas,
escenificando un solemne pacto de Estado, forzado por las circunstancias
adversas de quienes se sienten dueños del poder alternativo, sin darse cuenta
de que su época ya es historia. Populismo puro y duro, de esos que tanto
critican a los demás. Si quieren de verdad luchar contra el terrorismo
yihadista deben orientar sus esfuerzos en adoptar medidas preventivas, porque
la represión no evita atentados.
Antes del salvaje crimen de París
existía el mismo temor que ahora a un atentado yihadista. Las circunstancias no
han cambiado, pero han aprovechado un execrable acto terrorista en
nuestro país vecino para cambiar las leyes por motivos puramente emocionales, y
claramente ideológicos en el caso del Partido Popular. Y Pedro Sánchez se ha
apuntado a la foto, a costa de incurrir en una manifiesta contradicción e
incoherencia política, cometiendo un grave error, y con ello una
definitiva pérdida de credibilidad, que los pocos votantes que aún le quedan no
le van a perdonar tan fácilmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario