08 febrero 2015
“¿Disparaste
tú a mi hermano?”
El 22 de junio de 2012, Consuelo Ordóñez, hermana
del concejal del PP Gregorio Ordóñez asesinado por ETA en 1995, se reunió cara
a cara en la prisión alavesa de Zaballa con el preso disidente de la banda
Valentín Lasarte, uno de los terroristas que participó en el atentado. Ordóñez
fue a la cárcel con un guión. Instituciones Penitenciarias le permitió acceder
al encuentro con sus papeles y allí tomó nota de todo lo que el recluso le
respondió. La transcripción, de la que bajo estas líneas figuran algunos
extractos, se incluye en el libro ‘Agujeros del Sistema’:
Consuelo Ordóñez: Creo que tienes algo que decirme,
que tienes que empezar tú…
Valentín Lasarte: Sí… Te pido perdón. Sé que lo que he hecho es irreparable. El daño que le he hecho a la mujer de Gregorio, a su hijo, a ti, a tus padres… Lo siento muchísimo
Valentín Lasarte: Sí… Te pido perdón. Sé que lo que he hecho es irreparable. El daño que le he hecho a la mujer de Gregorio, a su hijo, a ti, a tus padres… Lo siento muchísimo
C.O.: Por lo mismo que acabas de decir, porque es
algo irreparable, por ese motivo no te puedo perdonar. (…) El que te tiene que
perdonar es mi hermano y está muerto.
En otro momento de la conversación hablan de varios casos por esclarecer.
Te sigo de cerca porque no tengo más remedio. Voy a los juicios y veo que nunca quieres colaborar. Siempre encubres a tus compañeros y ese es el motivo que me ha movido a hacer lo más difícil que he hecho hasta ahora (…).
En otro momento de la conversación hablan de varios casos por esclarecer.
Te sigo de cerca porque no tengo más remedio. Voy a los juicios y veo que nunca quieres colaborar. Siempre encubres a tus compañeros y ese es el motivo que me ha movido a hacer lo más difícil que he hecho hasta ahora (…).
V.L.: Cuando me detuvieron y me llevaron a declarar
a la Audiencia
Nacional , se lo conté todo con detalles a Garzón (el juez
Baltasar Garzón). Le conté todo de todos los atentados en los que participé.
Eso es lo que sé.
C.O.: Entonces, ¿por qué se te olvida lo que
contaste a Garzón cuanto te preguntan en los juicios?
V.L.: (Silencio).
C.O.: ¿Sabes que hay más de trescientos atentados
sin resolver?
V.L.: No.
C.O.: Ese es el motivo por el que te vengo a ver.
¿Conocías a mi hermano?
V.L.: De vista. De San Sebastián, del bar (se
refiere al bar Lasarte de la
Calle Elcano , donde el preso trabajaba).
C.O.: ¿Le vigilabas?
V.L.: Sí
C.O.: ¿Le odiabas?
V.L.: No, no sentía odio.
C.O.: ¿Sabes que tienes la obligación legal de
colaborar en el esclarecimiento de todos los atentados en los que has
participado?
V.L.: No, no conozco esa obligación.
C.O.: ¿Alguna vez un funcionario te ha pedido que
colabores?
V.L.: No.
C.O.: ¿Disparaste tú a mi hermano Gregorio?
V.L.: No.
C.O.: ¿Disparaste tú a Alfonso Morcillo?
V.L.: (…) No sé quién disparó.
C.O.: ¿Sabes que por tu amnesia han absuelto a
Carasatorre?
V.L.: Me sorprendió mucho la sentencia. Pero dile a
Cati (se refiere a la viuda de Morcillo, Catalina Romero) que esté tranquila,
que Carasatorre ya está condenado por más asesinatos. Se quedará en la cárcel.
C.O.: Dile tú a Cati que esté tranquila. La víctima
quiere que se cumpla condena por su atentado, no por el de otros.
V.L.: (Silencio)
C.O: ¿Te arrepientes de haber asesinado a mi
hermano?
V.L.: Sí. No sólo me hago responsable de mis
asesinatos, sino de todos los de ETA, hasta el de la T-4 .
C.O.: ¿Conocías a Rufi Etxeberria?
V.L.: Sí, pero de vista.
C.O.: ¿Y la ponencia Oldartzen?
V.L.: En la época de tu hermano ETA militar quería
atentar contra políticos. Pero de los 22 de la mesa nacional (Herri Batasuna),
a 17 no les parecía bien.
C.O.: ¿Con quién os entrevistasteis para recibir la
orden de matar a mi hermano?
V.L.: Las órdenes se recibían por correos que
dejaban en zulos y que recogían los legales. La orden se recibió conjuntamente
para matar a Gregorio, a Enrique Nieto y a Alfonso Morcillo
Consuelo Ordóñez preguntó en el cara a cara por
diferentes asesinatos sin resolver que se produjeron en Gipuzkoa, en la época
en la que estuvo activo el comando de Lasarte. A todos ellos respondió con las
mismas palabras: “No sé nada”
V.L.: ¿Puedo darte la mano?
C.O.: No, no. No puedes. Adiós.
Opinión:
Una vez localizada la información
en el diario El Correo, una amiga me dice que entiende perfectamente que yo me
negara a darle la mano al miembro de ETA Rafael Caride, del mismo modo que ha
hecho Consuelo Ordóñez. Pero me pregunta las razones por las que no lo hice y
la respuesta es muy sencilla: ¿cómo iba a darle la mano al asesino de 24
personas y, quizás mañana o pasado mañana o la semana que viene, estrechar esa
misma mano con la de una viuda o un huérfano causado por Caride? ¿Qué se entiende
por dignidad?
Lo ha entendido perfectamente.
Luego me pregunta quién fue la víctima que sí estrechó la mano del asesino y le
regaló un libro... se perfectamente quién fue, pero no se lo digo.
Y de paso, a ver si el personaje
que me acusó de hacer un circo mediático tras el encuentro en junio de 2012 se
atreve a hablar ahora o a decir lo mismo de Consuelo Ordóñez.
El tiempo, como siempre, pone a
todos en su sitio. Sólo hay que tener la suficiente paciencia.
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