11 febrero 2015
Grietas en el
Grupo Socialista por el apoyo a la prisión permanente
Madina cuestiona que se haya
cruzado esa “línea roja” en el pacto alcanzado con el PP.
El intento de la dirección del PSOE de explicar que
el partido no ha dado cobertura a la prisión permanente revisable en el pacto
contra el yihadismo firmado con el PP ha sido baldío. Ni sus propios diputados
lo creen. La
reunión de ayer del Grupo Socialista en el Congreso certificó la oposición de
muchos parlamentarios a un acuerdo donde se consagra que “a los delitos de
terrorismo con resultado de muerte les será siempre aplicable la máxima pena
privativa de libertad recogida en el Código Penal”. Y esta
pena, en unas semanas, cuando el nuevo Código Penal concluya su tramitación
parlamentaria, será la prisión permanente revisable o cadena perpetua.
El diputado Eduardo
Madina, callado
desde que en julio del año pasado perdiera la carrera interna para liderar el
PSOE, capitaneó las críticas. Es cierto que acompañado de otros parlamentarios
que le respaldaron en su competición con Pedro Sánchez por la Secretaría General.
Pero su resurrección y la de los suyos dista mucho de ser un nuevo renacer del
madinismo, por mucho que el partido tenga querencia por las teorías
conspirativas. El
malestar interno en este asunto es transversal.
Abrió fuego en la reunión el secretario de
Organización del partido, César Luena, intentando convencer a los suyos
–todavía 10 días después– de las bondades del acuerdo. “Somos un partido
responsable y de gobierno y hemos dejado muy clara la oposición a la cadena
permanente revisable”, señaló. “Este
pacto forma parte de la identidad del PSOE, de un partido responsable, leal y
de gobierno y que siempre ha defendido la unidad contra el terrorismo”,
añadió.
Sus palabras produjeron una catarata de reacciones.
Madina tomó la palabra para apoyar el acuerdo con el PP porque la política antiterrorista
–defendió– es un “tema de Estado”, pero también para apuntar que no comparte el
aval dado a la pena de prisión permanente revisable. En su opinión, el PSOE ha
cruzado una “línea roja”. Nunca, recordó, se había introducido “carga punitiva”
en un pacto.
Tras él, diputados
de su entorno como Laura Seara, José María Barreda y Odón Elorza respaldaron
esta posición.
Frente a ellos, en 11 intervenciones más se defendió el pacto. En este grupo
estaban José Enrique Serrano –uno de los muñidores del acuerdo–, Manuel Chaves,
Trinidad Jiménez, Jesús Caldera, Antonio Trevín, Juan Moscoso, Diego López
Garrido, Rafael Simancas, Herick Campos, José Segura y Manuel de la Rocha.
El número de alocuciones convirtió el debate
posterior, tras concluir las tres horas de reunión a puerta cerrada, en una
discusión matemática. Si 11 lo respaldaron y cuatro lo cuestionaron, la
conclusión, según la dirección del partido, es que el acuerdo goza del concurso
del grupo parlamentario. Sin embargo, fuentes cercanas a Madina aseguraron ayer
que no hubo más intervenciones porque muchos diputados vieron reflejada su
postura en la actuación del parlamentario vasco. Estas mismas fuentes señalaron
que existe una «aplastante mayoría» de diputados en contra de que se haya
avalado la prisión permanente revisable. “Hay un 80% del grupo que está en
contra”, sostienen, aunque admiten que nadie romperá la disciplina de voto.
A esa silenciosa mayoría no se le dio ayer
respuesta. Ni ellos ni Madina lograron una contestación. El portavoz
parlamentario, Antonio Hernando, cerró el encuentro sin mencionar el peliagudo
asunto de la cadena perpetua. Su balance fue que “el PSOE siempre ha defendido
la unidad contra el terrorismo, incluso en los tiempos en que el PP acusaba a
Zapatero de traicionar a los muertos mientras eran asesinados concejales
socialistas”. Hernando recibió muchos aplausos, pero la inquietud se mantiene.
Por la falta de debate previo en el grupo y de una explicación clara que se
pueda trasladar a la militancia, y por el procedimiento, ya que la proposición
de ley se tramitará por vía de urgencia.
Ayer superó su primer trámite en el Congreso, con el
apoyo de PP, PSOE, CC, Foro, UPN y una sorprendente Unió, que se separó de sus
socios de Convergència para respaldar la tramitación de la iniciativa.
Opinión:
Al contrario que otras víctimas, yo no milito en partido alguno y por ello tengo la libertad personal de apoyar o rechazar lo que cualquier sigla proponga o decida. Por esta razón, decir públicamente que coincido de pleno con la opinión de Eduardo Madina. El ya lo sabe...
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