17 agosto 2018
El encuentro de las víctimas que sólo se conocían por
WhatsApp
Testimonios de un año después. «Todo esto se ha
politizado», recuerda un superviviente
Un año después, las heridas no han cicatrizado en el corazón
de las Ramblas de Barcelona. La imagen de la furgoneta blanca
homicida conducida por el terrorista Younes Aboyaaqoub sigue persiguiendo a
muchas víctimas de un atentado que dejó tras de sí 16 muertos y 130 heridos.
Ayer algunos constataron que hay heridas que no han cicatrizado todavía porque
el recuerdo de esa tragedia pervive en aquellos que la vivieron en primera
persona.
Fernando Julián de Mier no puede olvidar lo que
vio aquel 17 de agosto de 2017. Él trabajaba para una empresa de seguridad
privada y ese día estaba destinado en el popular mercado de la Boqueria. «Estaba de
servicio. Habían robado a un hombre y estábamos enseñando las imágenes a la Guardia Urbana.
Fue entonces cuando vi que todo el mundo corría hacia la entrada principal de la Boqueria. Vi que por La Rambla bajaba una furgoneta
a toda velocidad y pude escuchar el ruido provocado por los golpes de los
cuerpos que chocaban contra ella», recordaba ayer en declaraciones a este
diario. Fernando salió inmediatamente hacia el escenario de la tragedia «porque
quería ayudar. Empezamos a tapar cuerpos y a socorrer a personas que estaban
con las piernas rotas. Yo subí hasta la fuente de Canaletes
donde había un chico de unos 18 años con la piel con un tono amarillento. Ya
estaba muerto».
El guardia de la Boqueria admite hoy que
ese día «corrí riesgo porque mi única arma era una porra. Me quedé 24 horas en
el mercado porque después del ataque no podíamos entrar o salir de esa zona. Se
hablaba de la posibilidad de más terroristas allí. Yo me quedé vigilando porque
algunos de los puestos de la
Boqueria quedaron abiertos y era posible que hubiera robos en
mitad de ese caos. El colapso era total». Al día siguiente pudo irse a
descansar, pero no por mucho tiempo porque «me volvieron a llamar porque se
tenían que revisar las cámaras del mercado».
Fernando ya no está destinado en el mercado barcelonés,
aunque sigue dedicándose a la seguridad privada tras haber sido condecorado por
su trabajo. Un año más tarde, «me siento afectado por la melancolía. También
estoy enfadado porque está muy bien que se recuerde a las víctimas, pero se
pone el foco en la seguridad pública, en los bomberos, pero no en la seguridad
privada, en aquellos que estuvimos aquel día trabajando. No me gusta que no nos
llamen para estos actos. Nos han tratado como si no fuéramos nada, solo unos
simples “seguratas”». Por todo ello, tras contemplar los actos del día de ayer
cree que «todo esto se ha politizado. A mí
no me gusta porque ha acabado siendo un paripé».
Ese 17 de agosto de 2017, frente a la Boqueria , Yolanda Ortiz
paseaba por las Ramblas acompañada de su madre y de sus dos hijos Iván y
Daniela, de diez y cuatro años, respectivamente. «Vimos dos atropellos ante
nosotros porque la furgoneta nos pasó por delante», explicó en conversación con
este diario. Un año después ella y su hijo están en tratamiento psicológico.
Yolanda comentó que su hijo tiene pesadillas, duerme mal desde ese fatídico
día.
En este tiempo sí
que ha habido comunicación entre las víctimas, aunque muchas se conocieron en
persona ayer en el acto organizado en la plaza Cataluña de Barcelona. «Tenemos contacto por
WhatsApp y hemos hablado mucho de esta manera, pero no nos habíamos visto
ahora», subraya esta víctima.
Ayer no solamente coincidieron en la plaza
Cataluña sino que comieron todos juntos en un almuerzo privado organizado en el
Palacete Albéniz. «Ha habido mucho silencio. Ya sabe usted eso de que una
imagen vale más que mil palabras. Pues aquí ha sido lo mismo porque no nos
hacía falta hablar: con la mirada nos lo hemos dicho todo para hablar del
atentado», concluyó.
Opinión:
Coincido plenamente con el señor Fernando
Julian de Mier, hay muchos mas colectivos que merecen un homenaje… igual que lo
merece la ciudadanía anónima que colaboró sin pensar en ningún momento en las
consecuencias de quedarse allí ayudando. Podría poner muchos ejemplos pero me
quedo con el del hijo de Miguel Lopez… un honor conocerles y ayudarles…
En cuanto al tema del wasap de víctimas, todo
un honor ser el administrador del mismo y que, oh casualidad, también se llama
igual que este humilde blog… esa es la manera de poder poner en contacto a muchísimas
víctimas entre ellas para intercambiar experiencias y opiniones… ya se que
alguien dirá que es mejor facebook pero en el wasap entra quien permite el
administrador… en facebook hay algunos que otros impostores que tiene que ir
reinterpretando y repitiendo historias que jamás han vivido para seguir
viviendo del dolor ajeno.
Una sutil diferencia…
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