18
agosto 2018 (16.08.18)
Tributo
sin apenas política
Solo
una pancarta de rechazo enturbia la estancia de Felipe VI en la
capital catalana. El independentismo se aleja de Barcelona y lleva su
reivindicación de Forn y Trapero a Lledoners
El
primer aniversario del 17-A se zafó, sí, de la sombra del proceso
secesionista que empapa todo lo que rodea a una barbarie que se
cometió 40 días antes del mayor desafío constitucional vivido
desde 1978. Hubo tregua y se hizo lo imposible, unos más que otros,
por poner en el primer plano a las víctimas de los atentados, los
mismos que durante estos 365 se han sentido abandonados a su suerte.
Pero fue una tregua que se mostró siempre frágil y por la que se
temió varias veces a lo largo del día.
El
Gobierno catalán, tras el amago de boicot que lanzó hace unas
semanas, cuando se supo que Felipe VI acudiría al acto central de
homenaje, guardó las formas y la compostura. La declaración
institucional fue casi impoluta, el protocolo con la Casa Real,
recíprocamente de guante blanco. Ni un mal gesto cuando el president
Quim Torra presentó al Rey a Laura Masvidal, esposa de Joaquim Forn,
consejero de Interior y uno de los artífices de la pronta
desarticulación de la célula yihadista (con el mayor de los Mossos
entonces, Josep Lluís Trapero) y hoy encarcelado por el 1-O.
Pero
no todo contribuyó a la distensión. Carles Puigdemont, en una
entrevista en Catalunya Ràdio, volvió a situar las secuelas de la
tragedia en la arena política. Aseveró que es «indecente» con las
víctimas que, un año después de los atentados del 17-A, los
partidos políticos hayan impedido la constitución de una comisión
de investigación en el Congreso para dilucidar los vínculos entre
el CNI y el imán de Ripoll.
El
acto central
El
acto institucional de la plaza de Catalunya se celebró con la
emoción y el respeto esperable. Tan solo los gritos de un reducido
grupo, que lanzaron vivas al rey y a España, rompieron en alguna
ocasión el clima, lo que forzó a la mayoría a chistarles. Sin
éxito.
La
plaza no estaba abarrotada. Presentó un buen aspecto, pero la
multitud se situó de manera esponjada, lejos de las estrechesces del
minuto de silencio celebrado el 18 de agosto del año pasado, el día
después de la matanza.
El
independentismo mayoritario brilló por su ausencia. Como se
especuló, las organizaciones secesionistas optaron por hacer un
Tortosa, es decir, ningunear la presencia del monarca. Tan solo la
gran pancarta que, desde un edificio de la plaza, rezaba que el Rey
«no era bienvenido en los países catalanes» recordó la polémica
de las últimas semanas y el amago de boicot a la presencia de Felipe
VI. En el centro de la plaza, y en los aledaños, se vieron profusión
de banderas y símbolos rojigualdos. En las redes sociales se
constataron denuncias de requisos de ‘estelades’.
Las
pancartas fueron el motivo elegido por el nuevo PP de Pablo Casado
para llevar el debate a dónde, en otras ocasiones, les ha reportado
votos. Los populares culparon a Pedro Sánchez de la «humillación»
vivida. El hilo argumentativo es alambicado: estos «actos» son obra
de Torra, que es independentista. Y Sänchez se aupó a la Moncloa
con el voto de los partidos independentistas. Ergo…
No
muy lejos de la plaza, en el inicio de la Rambla, el paso de la
marcha en silencio de los Comités de Defensa de la República enervó
los ánimos de los decenas de monárquicos congregados en ese punto
para apoyar al Rey. Los republicanos portaban pancartas
antimilitaristas y banderas que los constitucionalistas, según ACN,
trataron de arrebatar por la fuerza. Ello originó empujones y
carreras e insultos cruzados de «nazis» y terroristas» hasta que
los Mossos separaron a ambos colectivos. La tensión continuó todo
el acto.
El
campo de juego elegido por los independentistas en este 17-A fue los
aledaños del Centro Penitenciario Lledoners, donde se halla parte
del Govern al frente el día de los atentados. Entre ellos, Forn. Con
Torra al frente, el secesionismo reivindicó la figura del
exconseller que estuvo tres meses al cargo y lleva nueve en prisión
y también la de Trapero, envuelto en el proceso judicial y que pidió
hace unos días que se le mantuviera alejado de todo protagonismo en
los actos de homenaje a las víctimas del 17-A.
Opinión:
Una
de las mejores descripciones de lo vivido en el acto de Plaça
Catalunya. Excelente trabajo de resumen de todo lo ocurrido, sin
manipulación partidista
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