01
marzo 2016
Otegi, bajo la vigilancia de la Ertzaintza , la Policía y la Guardia Civil
El juez permite los actos de recibimiento al líder
abertzale, pero ordena medidas para evitar que se alabe a ETA o humille a las
víctimas
El juez Eloy Velasco rechazó ayer prohibir los actos de
bienvenida a Arnaldo Otegi, que este martes ha
salido de la prisión de Logroño tras ser condenado por pertenencia
a ETA, pero pidió que la
Policía vigile el recibimiento al líder abertzale para que no
se ensalce a ETA ni se humille a las víctimas del terror.
Como también había pedido la Fiscalía de la Audiencia Nacional ,
el juez solicitó a la
Ertzaintza y a la Delegación del Gobierno del País Vasco y de La Rioja que tomen las «medidas
necesarias para evitar que se realicen actos que pudieran ser constitutivos de delito de
enaltecimiento o justificación de delitos terroristas o de humillación a las víctimas». La Fiscalía también pidió
prevenir cualquier delito.
Esto significa que la Policía y la Guardia Civil ,
además de la Ertzaintza ,
vigilarán los tres actos previstos por la izquierda abertzale para dar la
bienvenida a Otegi, que fue elegido secretario general de Sortu mientras leía
novelas en prisión. El primero de ellos tendrá lugar nada más salir de la
cárcel, en una campa a escasos metros.
Detención si hay delito
En caso de que se alabe a ETA en
los recibimientos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado deben «proceder
a la identificación y detención de sus autores», según la petición del
magistrado. El fiscal jefe de la Audiencia Nacional ,
Javier Zaragoza, también pidió que los cuerpos policiales
informen de forma inmediata al Ministerio Público sobre cualquier «novedad o
incidencia» en relación a ello.
El juez rechazó prohibir los
eventos -como le había pedido la Asociación de Víctimas del
Terrorismo (AVT)- porque «nadie ha manifestado la intención de
convertir el acto público en un acto que ensalze o recuerde actividades
terroristas de miembros de ETA ni la humillación de sus víctimas, sino actos
festivos o políticos». Esta última estancia en prisión se debe a una condena a
seis años por intentar reconstruir en 2009 Batasuna, el brazo político de ETA,
entonces ilegalizada, bajo las órdenes de la banda terrorista.
Hoy, además del recibimiento
organizado por Sortu a las puertas de la prisión de Logroño, sus simpatizantes
le esperan a las 18:30 en su pueblo natal, Elgoibar, en Guizpuzcóa. En Logroño
se encontrará con la plana mayor de Sortu, entre ellos su presidente Hasier
Arraiz o históricos líderes abertzales como Rufi Etxeberría y Pernando Barrena.
Este último reconoció en la Audiencia Nacional hace mes y medio que perteneció
a ETA como jefe de Batasuna, junto a otros 34 exdirigentes, algo que siempre
habían negado.
El tercer acto será el próximo
sábado, 5 de marzo, en el Velódromo de Anoeta en San Sebastián, un recinto
utilizado históricamente por Batasuna, donde Otegi dará un discurso político
entre personalidades abertzales.
«Hombre de paz», según Zapatero
No es la primera vez que Otegi sale
de la cárcel. El dirigente abertzale entró en prisión por primera vez en España
en 1987, tras ser entregado por Francia. Otegi, que rechazó colgar las armas
como sus colegas de ETA político-militar, a la que pertenecía desde 1977, se
integró entonces en ETA militar. Por su carrera terrorista de aquellos años, el
líder abertzale al que José Luis Rodríguez Zapatero calificó
como un «hombre de paz» fue condenado a seis años de prisión por el secuestro
en 1979 del director de la fábrica de Michelín de Vitoria Luis Abaitua,
a quien retuvieron en un monte cercano a Elgoibar, el pueblo de Otegi.
Más adelante, fue absuelto de los
secuestros de los entonces diputados de UCD Javier Rupérez y Gabriel Cisneros,
con los que se le relacionó.
Pasado el tiempo desde su salida de
prisión en 1993 por el secuestro de Abaitua, Otegi afrontó diversas causas por
su actividad en la izquierda abertzale, como varios juicios por enaltecer a
ETA. Fue condenado a quince meses por un homenaje al histórico etarra José
Miguel Beñarán, alias «Argala», que cumplió entre 2006 y 2007.
También pasó dos días en prisión
preventiva en mayo de 2005 en la causa que investigó la financiación de ETA en las «herriko
tabernas» Salió
al pagar 400.000 euros. En 2009, entró en prisión por el encargo de ETA de
reconstruir Batasuna, antes de
que la banda dejara las armas. Hasta hoy.
Opinión:
Creo que a algún medio de comunicación no le ha gustado mi
opinión sobre el tema. Parece que hay algunos que o bien les dices lo que
quieren oír o resulta que ya te colocan en el bando de los del “síndrome de Estocolmo”.
Después de 28 años creo que no tengo que demostrar nada a nadie pero para
aclarar los conceptos y dejar muy clara mi postura sobre la puesta en libertad
de Arnaldo Otegi, esta es mi opinión que cualquiera puede utilizar para lo que
crea conveniente.
Otegi ha cumplido en prisión los seis años a los que fue
condenado. Que ahora quiera dedicarse a la política o a la cría del mejillón-cebra
es su problema. Hay quien compara la salida de prisión de Otegi con la de
Urrusolo, curiosamente hay quien lo hace mientras no han abierto la boca cuando
han salido mas de 400 etarras en los últimos años. A Otegi se le condenó por el
Código Penal vigente cuando cometió el delito del que fue acusado en 2009.
Urrusolo y otros muchos han salido por el Código Penal vigente desde 1973 hasta
1995 al haber cometido los atentados entre esos años. Evidentemente, los Códigos
Penales son distintos y para opinar sobre ellos primero hay que conocerlos.
Dicho lo cual, si Otegi está en la calle desde hoy es
porque la legislación, preparada por los políticos y aplicada por los jueces,
permite esa puesta en libertad. Desde que tengo uso de razón he acatado la
legislación aunque no me gustara lo que ésta legisla.
Y evidentemente, en los actos que tienen preparados sus
amigos y compañeros espero que no se cometa ningún acto que pueda ser constitutivo de delito de exaltación o de
apología del terrorismo. De lo contrario, también deberá aplicarse la legislación.
En cuanto a la militancia de otros terroristas en otras
siglas políticas prefiero no opinar.
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