23 marzo 2016
Multitudinaria
despedida a Carles Flavià
Joan Manuel Serrat y
Jaume Sisa cantaron ‘a capella’ en el funeral, donde también ‘intervino’ el
propio actor
El oratorio del tanatorio barcelonés de Sancho Dávila se
quedó pequeño, muy pequeño, a pesar de su buena amplitud. Pero el actor,
mánager (de la
Orquesta Platería , de Gato Pérez y de su inseparable Pepe
Rubianes), empresario y ex sacerdote Carles Flavià, fallecido el domingo a
causa de un cáncer a los 70 años, tenía innumerables amigos que quisieron darle
un último adiós en su funeral.
Sus amigos, el productor Rafael Moll y el actor Pep Molina,
le organizaron todo un montaje nada edulcorado. Con el director escénico Joan
Lluís Bozzo como maestro de ceremonias, habló primero el hermano de Flavià y a
continuación el periodista Manel Fuentes, quien, imitando la voz de Flavià con
acierto, leyó textos que le había grabado al actor desaparecido con el que
tenía el proyecto de un documental. Y era imposible no desternillarse ante sus
inteligentes burradas.
El cambio de tercio fue absoluto cuando el hermano del alma
de Flavià, el cantautor galáctico Jaume Sisa, interpretó, casi como un susurro,
su conocido tema El setè cel.
También actuó el propio Flavià, del que se proyectaron
algunos vídeos de actuaciones y se le pudo oír en su versión del poema de José
Agustín Goytisolo,Quiero todo esto,
que grabó en su día para el programa Tot es comedia, de la Cadena SER , y en el que
sostenía: “Quiero que follar sea más fácil. Quiero saber las cuentas de la Maratón de TV-3. Quiero que mis amigos se
mueran antes que yo y todos de golpe, no aguanto los tanatorios. Quiero vivir
sin turistas en la ciudad. Quiero que ejecuten a los de la autoayuda. Quiero
que no me torturen con lo de “España nos da por el culo”, ya lo sé, pero me
hace daño escucharlo. Quiero que derriben el monumento al tamborilero de El
Bruc y que le declaren catalánnon grato. Quiero
una ley de la memoria histórica que castigue a los que en 1714 apostaron por el
archiduque de Austria. Quiero envejecer molestando… Estosquieros se
resumen en dos: quiero tocar los huevos al prójimo y quiero que no me los
toquen a mí”.
Serrat, que al igual que Sisa cantó a
capella, eligió el tema que Flavià llevaba precisamente en su
teléfono móvil: Las malas compañías, donde se habla de lo atorrantes y
sinvergüenzas que son los amigos. El último en intervenir fue el conocido Pare
Manel, compañero de mil batallas desde la infancia de ambos.
Para homenajearle, no faltaron los comentarios de humor
negro, tan de Flavià. Entre aquellos se oía decir: “Este es el bolo [como llama
la gente de teatro a las representaciones en diferentes plazas] en el que ha
concentrado a más espectadores”.
Porque si bien Flavià trabajaba en espacios pequeños, en
salas alternativas, e incluso en locales de dudosa reputación, en su funeral
contó con un numeroso público que le despidió con sonoros aplausos, bravos y,
para que la cosa fuera completa, con mucha emoción contenida y muchas lágrimas.
Allí estaban representados los diversos mundos en los que
Flavià buceaba a diario. Al frente de ellos, el gran amor de su vida, Lucila
Aguilera, a la que tantas referencias hubo en las intervenciones y a la que
Flavià conoció, a principios de los años ochenta, como esposa de Pepe Rubianes.
Entre los asistentes se pudo ver a Mario Gas, Anna Azcona,
Vicky Peña, Teresa Vallicrosa, Yuta Tiffon, Selvi, el exalcalde de Barcelona
Jordi Hereu, Leslie, cantante de los Sirex, Juanjo Puigcorver, Los Manolos,
Ariadna Gil, Mónica López, Joan Ollé, Bárbara Granados (la pianista que
acompañó a Flavià en su último montaje), Cesca Piñol, Rosa Badía, David Vallés,
Francesc Orella, Mingo Rafols, Joan Estrada, Josep Juvé, así como sus amigos
del Club Natación Barcelona, de La Cova Fumada donde jugaba al dominó los viernes y
de tantos sitios donde acudía a jugar al futbol sala, al póker, a pasear a su
perro, a comprar al Mercat de la
Boqueria …
Opinión:
Hace unos años recibí
una llamada de Carles Flaviá en la que me ofreció conversar “sense maníes
company, el que surti”en una entrevista para BTV. No acepté solo por ser quien
era (que también), sino por el planteamiento que presentó: en directo, sin
guión previo y sin pactos de ningún tipo.
Fue una entrevista en
la que, sinceramente, creo que tuve que ser yo quien le parara a él. A veces,
cuando la reviso, aún me sorprende ver que allí se dijeron muchas cosas que
hubiera sido imposible explicar en muchos otros medios.
Tiempo después
intercambiamos llamadas y hace un par de años nos vimos para hablar sobre
ciertos representantes de algunas siglas relacionadas con las víctimas del
terrorismo. Me mostró información que me sorprendió que estuviera en su poder
e intenté quitarle importancia, aunque era lo que se podría llamar “material
sensible”.
Creo que no hizo
pública aquella información aunque me consta que la pasó a algunos de sus
compañeros.
DEP Carles Flaviá,
amigo. Siento no haberte podido acompañar en este último viaje. Pero seguro que lo
entenderás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario