28 marzo 2016
El Papa lamenta la
"ciega y brutal violencia" que no cesa de derramar sangre
Francisco pide en su
mensaje 'Urbi et orbi' que "con la buena voluntad y la cooperación de
todos, se puedan recoger frutos de paz y emprender la construcción una sociedad
fraterna, respetuosa de la dignidad y los derechos de todos".
El papa Francisco se
lamentó de la "forma ciega y brutal de violencia que no cesa de derramar
sangre inocente en diferentes partes del mundo", durante su mensaje de
Pascua tras la misa del Domingo de Resurrección. Desde el balcón central de la
basílica de San Pedro leyó su mensaje de Pascua e impartió la bendición Urbi
et Orbi, para luego
recordar los recientes atentados en Bélgica, Turquía, Nigeria, Chad, Camerún y
Costa de Marfil.
El papa recordó que
las crónicas diarias "están repletas de informes sobre delitos brutales,
que a menudo se cometen en el ámbito doméstico" y también "de
conflictos armados a gran escala que someten a poblaciones enteras a pruebas
indecibles", al pedir paz para Siria, Ucrania y en África. En este mensaje
del Domingo de Resurrección, Francisco afirmó que "Cristo resucitado
indica caminos de esperanza a la querida Siria, un país desgarrado por un largo
conflicto, con su triste rastro de destrucción, muerte, desprecio por el
derecho humanitario y la desintegración de la convivencia civil".
Y encomendó al
"poder del Señor resucitado" las negociaciones en curso, "para
que, con la buena voluntad y la cooperación de todos, se puedan recoger frutos de
paz y emprender la construcción una sociedad fraterna, respetuosa de la
dignidad y los derechos de todos los ciudadanos".
Pidió también que se
ablande "la dureza de nuestro corazón" para que se pueda promover
"un intercambio fecundo entre pueblos y culturas en las zonas de la cuenca
del Mediterráneo y de Medio Oriente, en particular en Iraq, Yemen y
Libia".
Y que se "fomente
la convivencia entre israelíes y palestinos en Tierra Santa, así como la
disponibilidad paciente y el compromiso cotidiano de trabajar en la
construcción de los cimientos de una paz justa y duradera a través de
negociaciones directas y sinceras". "Que el Señor de la vida acompañe
los esfuerzos para alcanzar una solución definitiva de la guerra en Ucrania,
inspirando y apoyando también las iniciativas de ayuda humanitaria, incluida la
de liberar a las personas detenidas", agregó.
También recordó el
drama de la inmigración y deseó que la Cumbre Mundial
Humanitaria del 26 y 27 mayo en Turquía ponga en el centro al ser humano, con
su dignidad, "y desarrollar políticas capaces de asistir y proteger a las
víctimas de conflictos y otras situaciones de emergencia, especialmente a los
más vulnerables y los que son perseguidos por motivos étnicos y
religiosos".
Opinión:
Solo un añadido más a las palabras de Francisco… habría
podido advertir también que los fabricantes de armas podrían también colaborar
en el respeto a los DDHH.
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