16 enero 2015
Desde que sufrí el atentado en “Hipercor” en 1987,
ya son 27 años de contactos con los medios de comunicación y jamás me había
encontrado en una situación parecida… Es muy difícil tener que desmarcarse
constantemente sobre lo que está ocurriendo en la que fue mi casa y donde
aprendí todo lo que conozco sobre victimología terrorista. Desde 1989 hasta
2002 fui delegado en Cataluña de mi querida AVT pero mi familia y un servidor
no aceptamos que nos metan en un saco que no es el nuestro. Y ver cómo la
actual AVT es capaz de publicar un comunicado en el que se lee: “LAS víctimas del terrorismo queremos dejar de ser
el instrumento que se utiliza para la obtención de votos y a las que se deja
tiradas sin contemplaciones cuando dejamos de ser rentables”, me
mueve a escribir este artículo.
Aclaración: no son “LAS” víctimas
del terrorismo las que estamos representadas en esa frase, sino las que, en su
pleno derecho, puedan estar en la base de datos de la AVT. Pero me consta que
hay quienes ya no se sienten representadas. Hay numerosas opiniones adversas a
la actual manera de actuar de la
AVT y también cientos de víctimas que siquiera estamos en
esos listados. Los datos oficiales cifran la representatividad de la AVT en el 48%, con lo que es
evidente que usar el artículo “LAS” induce a pensar en una totalidad que no es
real.
Digo todo esto desde el máximo
respeto que me merecen las tres siglas en las que viví duros momentos junto a
otras víctimas que, pese a las presiones políticas que sufríamos, pusimos por
delante el beneficio colectivo frente al aprovechamiento personal. ¿Alguien ha
descubierto que ninguna víctima de aquellos lejanos años 80 y 90 éramos noticia
por realizar declaraciones partidistas? Y no nos faltaron motivos ni razones…
¿Alguien puede darme el nombre de una sola víctima de aquella época que haya
conseguido un puesto político o remotamente haya sonado para dedicarse a la
política? ¿Alguien recuerda que la
AVT en los 80 y 90 organizara alguna manifestación en favor o
en contra de algún gobierno o administración?
El comunicado me dolió por el
cariño que le tengo a cientos de víctimas que pertenecen a la AVT y a las que aprecio
profundamente, por haber compartido con ellas aquellos años de abandono,
sufrimiento y desamparo, porque aún ahora me sigo viendo con ellas para
tramitar documentación, intercambiar información, opiniones y propuestas
tomando un café, por haber estado juntos trabajando para conseguir la
legislación 32/1999, asistiendo a conferencias o pasando frío en unas mesas en
aquel duro invierno de 1994 para recoger firmas “a favor del cumplimiento
íntegro de las condenas impuestas a terroristas”. Por esa razón, si hay quien
admite que quiere “dejar de ser el instrumento que se utiliza para la obtención
de votos” ¿está diciendo que, en algún momento, fue ese instrumento que ahora
quiere “dejar de ser”? ¿Significaría eso que han existido motivaciones
políticas en algunas de las decisiones tomadas? ¿Significaría que las
manifestaciones organizadas durante los últimos años tenían otra finalidad? Cada
cual que extraiga sus conclusiones.
Pero no hay que olvidar la
existencia de cientos de víctimas del terrorismo (repito, del terrorismo y no
“solo” del terrorismo etarra) que no hemos querido entrar en ese juego
defendiendo siempre la pluralidad existente en el colectivo. Y esas víctimas,
muchísimas más de las que algunos se imaginan, tenemos derecho a exigir que no
nos incluyan en actividades con las que no estamos de acuerdo. Y si no nos
gusta esa inclusión no es solo por no pertenecer a la AVT sino porque, como muchas
víctimas me comentan en el día a día, ni siquiera desde su asociación les
consultan la opinión antes de tomar estas decisiones.
Para terminar, reiterando el máximo
respeto y aprecio que me merecen aquellas víctimas que están en la AVT , también espero el mismo
respeto y aprecio para las que decidimos ir por libre.
Pero es necesario dejar una
reflexión en el aire… sabiendo que hay víctimas que pertenecen a diferentes
asociaciones al mismo tiempo ¿qué asociación les representará el sábado 24? ¿Las
que se manifiesten o las que no?
Personalmente creo que el Gobierno
está haciendo lo que jurídica y socialmente es su labor: cumplir la
legislación. Buena o mala, pero es la que es. Y ser víctima inválida del
terrorismo no me da la patente para marcar la política a ningún gobierno, por
eso el sábado 24 nadie me representará en Madrid.
Ah, de la “rentabilidad de “LAS”
víctimas” podemos hablar otro día.
Roberto Manrique es
víctima de ETA y fue presidente de la
AVT en Cataluña y de la Asociación de Víctimas Catalanas de
Organizaciones Terroristas
Su blog es El Trastero
Azul
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