17 mayo 2015
Una víctima de ETA critica a 'Salvados' por la
entrevista a Iñaki Rekarte
El diario 'El Mundo' publica una carta de Silvia Gómez Ríos dirigida
al arrepentido exetarra que mató a sus padres en la que expresa su dolor
"Ni con tres vidas que vivieras cumplirías tu condena",
asegura la hija del matrimonio asesinado al responsable del atentado
Una semana después de la emisión
el pasado domingo 10 de mayo del último "Salvados" de la temporada donde Jordi Evole entrevistaba a Iñaki Rekarte, Silvia Gómez Ríos, hija del matrimonio fallecido en el
atentado perpetrado hace 23 años (Eutimio Gómez y Julia Ríos)
por el exetarra, ha criticado este fin de semana la emisión tanto por las
formas como por su contenido. En una carta abierta escrita en "El Mundo", Gómez Ríos asegura que "aún
sabiendo el dolor que ello me iba a suponer, no pude evitar el pasado domingo
ver la entrevista que se le hizo al asesino de mis padres".
"Jamás me hubiera imaginado
que un medio de comunicación aupara así a alguien que ha destrozado a tantas
familias", critica Gómez en su misiva, al tiempo que se pregunta:
"qué país, salvo el nuestro, haría semejante barbaridad".
La víctima de ETA se
lamenta de que la emisión del programa de Évole se produjera "sin
avisarnos a los familiares de sus víctimas de que esto iba a ocurrir".
"Así, sin más, nos le hemos tenido que encontrar en la TV contando sus hazañas",
protesta.
Olvido imperdonable
Así, al margen de las duras
críticas a la cadena, Gómez se despacha contra el responsable de la muerte de sus padres. "Se atreve a decir
que se arrepiente, que nos pide perdón, pero a mí este tipo nunca jamás ha
intentado pedirme perdón. Es más fácil escribir un libro y que te lleven las
televisiones como si de un héroe se tratara", critica.
"Cuál es mi sorpresa, 23
años después, cuando escucho que te preguntan por sus nombres y ni los sabes.
Yo tengo el tuyo grabado a fuego desde el 19 de febrero de 1992", continúa
en su carta Gómez. Y asegura que "si yo hubiera matado a tus hijos y
verdaderamente estuviera arrepentida, no solo sabría sus nombres, me habría
interesado por saber qué fue de vuestras vidas y en qué podría ayudar, pero
claro, tú y yo no tenemos nada que ver, yo jamás habría podido arrebatarte lo
que más quieres en la vida, ni a ti, ni a nadie".
Otro arrepentimiento
"¿Y dices que has cumplido
tu condena? Sí claro. Da gracias a que vives en el país que vives. Léete la sentencia. Yo lo he hecho varias veces. Esepero
que la hayas adjuntado en tu libro. Ni con tres vidas que vivieras cumplirías
tu condena", afirma con indignación la hija del matrimonio asesinado para
preguntarse a continuación: "¿Y qué hay de las indemnizaciones que el
Estado pagó por ti?". Una pregunta sin respuesta que convierte en deseo:
"Me gustaría pensar que el dinero que recaudes gracias al relato del
asesinato de mis padres y del resto de tus víctimas vaya íntegro a las arcas
del Estado... Eso sí podría interpretarlo como un gesto cercano al
arrepentimiento", propone.
Exetarra pero asesino
"Serás un exetarra, pero
siempre serás un asesino. Y aún así, yo no te deseo ningún mal. Espero que
vivas todo lo que puedas en compañía de tus seres queridos. Tú, Iñaki, que
puedes disfrutar de esta segunda oportunidad que, como bien dices, te ha dado
la vida. Pero por favor, sólo te pido que nos evites el tener que verte y oírte
más, pues duele demasiado. Si a mí me condenaste a hacerlo en el silencio de mi
casa, hazlo tú en el silencio de la tuya", concluye.
Opinión:
La carta enviada por Silvia Gómez
Ríos con sus opiniones es absolutamente comprensible. El sentimiento que
plantea en la misma es real porque, al mismo tiempo, razona todo
cuanto dice con una educación y un sentido común que engrandece todavía más si
cabe al colectivo de víctimas anónimas.
Pero desde el dolor que habrá
sufrido (y sufre y sufrirá), quisiera enviarle mi empatía a través de unas
reflexiones. Empiezo por aclarar que mi caso personal no incluye la muerte de
ningún ser querido, “simplemente” soy una víctima del terrorismo incapacitada
para mi profesión habitual por las secuelas sufridas a consecuencia de mi atentado.
Tampoco voy a cometer la insensatez de intentar comparar, en ningún momento, mi
dolor y el de mi familia con el de las familias que, desgraciadamente, sí han
sufrido una pérdida (o dos, como es el caso de Silvia). Además, ya existen
ciertos personajes que por tardar tres días (literales) en curar de sus “lesiones”
van por la vida hablando del dolor de aquellos “a los que nos mataron a los
familiares”, inventándose situaciones jamás vividas.
En 27 años he conocido a otras víctimas
con pérdidas familiares y muchas de ellas me han hecho llegar su agradecimiento
por la entrevista realizada por Jordi Evole al etarra, al asesino, Iñaki
Rekarte. Agradecimiento porque en esa conversación queda totalmente manifestada
la estupidez e ignorancia en los supuestos argumentos y en el interior de la
banda terrorista ETA. Y agradecimiento porque somos muchas las que compartimos
el objetivo de utilizar cualquier método permitido por la ley para conseguir
que nadie más sufra lo que ya hemos sufrido otros muchos.
Comprendo perfectamente el enfado
de Silvia al denunciar que "jamás me hubiera imaginado que un medio de
comunicación aupara así a alguien que ha destrozado a tantas familias". Y
digo que la comprendo perfectamente porque hace unos años hubo otra cadena de televisión
que me entrevistó sin decirme, en ningún momento, que también aparecería en el
mismo programa la madre del asesino etarra que intentó matarme y que ya había
causado 24 víctimas mortales y mas de cien heridos. Pero quedó tan clara la
absurda posición ideológica y cultural de la tal Salvadora Arranz que ni la
mejor campaña publicitaria anti-ETA lo habría podido superar. Bajo mi humilde
punto de vista, la misma imbecilidad y falta de argumentación coherente que
muestra Iñaki Rekarte.
Son muchas las décadas que
llevamos exigiendo a los terroristas (de ETA y de otras bandas también) que reconozcan
el dolor causado, que pidan perdón y/o muestren arrepentimiento. Y cuando algunos
empiezan a hacerlo aparecen quejas sobre su conducta (y no digo que Silvia lo
haga, ni mucho menos). Me refiero a otros que ni tan siquiera son víctimas de
la banda terrorista ETA. Y otros mas que ni siquiera son víctimas. Los mismos
que me insultaron cuando accedí, a propuesta del Gobierno, a tener en junio de
2012 un encuentro “reparador” con uno de los autores del atentado en Hipercor.
¡¡¡ qué cínicos e hipócritas pueden llegar a ser algunos que me atacaron mientras
esconden lo que hicieron sus familiares más allegados !!!
Y quiero terminar con una
reflexión que parece pasar inadvertida: la carta en la que Silvia Gómez Ríos nos
explica sus sentimientos, se publica en el diario El Mundo. El mismo periódico
que publicaba el mismo domingo de la emisión de “Salvados” una entrevista a
cuatro páginas con el mismo etarra asesino, el mismo miembro de la banda
terrorista ETA. Una entrevista en la que podíamos leer como Iñaki Rekarte y su
entonces novia “hablaban en el locutorio,
separados por un cristal; él le mandaba flores a través de un familiar de Irún.
Los funcionarios que habían sido sus compañeros la miraron con desprecio la
primera vez que ella, asumido el sacrificio y expulsada de su empleo, cruzó las
puertas de Puerto I para un vis a vis que discurrió en una sala sólo provista
de una cama y una silla. Hicieron el amor en el suelo, sobre una manta limpia
que había llevado el preso. El resto de los encuentros serían
parecidos, siempre con micrófonos en las paredes. Él intentaba restarle
importancia ("¿Qué, os ha gustado el de hoy? ¿Sufriendo ahí dentro con lo
que oís, no?"); ella, intentando tapar los micrófonos con toallas”.
Al menos, Jordi Evole mantuvo las distancias y no
recuerdo que saludara a Iñaki Rekarte estrechándole la mano ni regalándole
libro alguno.
Silvia, muchos ánimos y, por favor, considérate una
víctima más de aquellas que gracias a nuestra paciencia y dignidad, hemos
conseguido acabar con la banda terrorista ETA.
Un abrazo solidario.
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