18 mayo 2015
El penúltimo
juicio del sanguinario Santi Potros
El histórico etarra ordenó
atentar contra el exfiscal general Burón Barba. Todo estaba listo, faltaba
accionar el mando pero los terroristas se quedaron dormidos
El histórico dirigente etarra Santiago Arrospide,
alias Santi Potros, se enfrenta hoy en la Audiencia Nacional
al que será el penúltimo juicio de su dilatada trayectoria criminal. El
terrorista se enfrenta a 14 años de cárcel por el atentado frustrado con cochebomba
contra el exfiscal general del Estado Luis Antonio Burón Barba en 1986 en
Madrid. El destino –que en esta ocasión jugó a favor de la víctima– quiso que
los etarras que tenían que accionar el mando a distancia se quedaran dormidos,
lo que salvó a Burón de una muerte segura.
Potros vuelve a sentarse así en el banquillo de los
acusados tras gozar de un periodo de libertad de cuarenta días gracias a la
decisión de tres magistrados de la Audiencia Nacional
que hicieron una interpretación errónea de la acumulación de condenas de
etarras. El Supremo revocó aquella decisión, y en el caso de Santi Potros el
criminal volvió a la cárcel tras una detención fulminante por parte de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No hubo la misma suerte con Alberto
Plazaola, que en marzo logró fugarse entre una turba proetarra tras filtrarse
el fallo del Alto Tribunal que le ordenaba volver a prisión. Desde entonces
nada se sabe de él.
El fiscal acusa a Santi Potros de haber entregado en
1986 a
los etarras Antonio Troitiño, Ignacio de Juana Chaos, Idoya López Riaño (La Tigresa ) y Juan Manuel
Soares Gamboa una hoja manuscrita en la que les ordenaba matar al entonces
fiscal general y les detallaba su domicilio y horarios. Los etarras decidieron
atentar contra Burón Barba desde un vehículo pertrechado con tubos
lanzagranadas que explotarían al paso del vehículo oficial.
Durante siete días de abril de ese año los cuatro
terroristas vigilaron a su objetivo y anotaron las coincidencias entre la
información que les había suministrado Santi Potros, entonces jefe del aparato
militar de ETA, y la realidad de los movimientos del fiscal general del Estado.
El día programado, 8 de mayo de 1986, a primera hora de la
mañana Gamboa y Troitiño colocaron el coche con los explosivos en la madrileña
calle Vallehermoso con Cea Bermúdez, por donde iba a pasar el vehículo oficial.
López Riaño, que vivía con De Juana Chaos en un piso en la calle Carranza, era
la encargada de hacer estallar los lanzagranadas a las nueve y media al paso
del coche. Sin embargo, esa mañana ambos se quedaron dormidos y no llegaron a
cometer el atentado, por lo que sus compañeros de «comando», Antonio Troitiño y
Gamboa, acudieron al piso que ocupaban y les reprendieron por su
comportamiento. Los cuatro decidieron entonces atentar ese mismo día contra el
entonces presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder
Judicial, Antonio Hernández Gil, pero la improvisación lo hizo imposible.
Santi Potros todavía tiene pendiente otro juicio: el
de la muerte con coche-bomba de Juan Fructuoso Gómez en 1987 en Barcelona. En
este atentado resultaron heridos dos guardias civiles y otras cinco personas.
Opinión:
¿Penúltimo
juicio? ¿Seguro?
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