19 mayo 2015
‘Santi
Potros’ vuelve a sentarse en el banquillo
“Pido mi libertad”, dice el ex
dirigente etarra tras su fugaz excarcelación en diciembre
El ex dirigente de ETA Santiago Arróspide Sarasola,
Santi Potros, volvió ayer a sentarse en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional
después de que fuera excarcelado de forma fugaz el pasado diciembre durante
poco más de un mes. «Pido mi libertad y no voy a declarar», fue lo único que
dijo ante el tribunal. El que sí habló fue uno de los miembros del comando
Madrid que en 1986 intentó atentar contra el entonces fiscal general del
Estado, Luis Antonio Burón Barba. El arrepentido José Manuel Soares Gamboa
señaló al acusado como “el responsable militar” de ETA por el que pasaban las
órdenes para asesinar.
Debido a los 29 años transcurridos, Soares Gamboa
dijo no recordar los extremos concretos por los que le preguntó el fiscal, pero
sí dijo estar “seguro” de que “todo venía de Santiago Arróspide”, porque “cualquier
atentado” se debía “comunicar a la dirección en Francia”.
El testigo relató que el comando Madrid–formado por
él, Idoia López Riaño, la
Tigresa , Antonio Troitiño e Iñaki de Juana Chaos– no tenía un
responsable, por lo que todos ellos recibían las órdenes de la cúpula etarra.
Aseguró que a veces los objetivos se marcaban en Francia y otras se elegían a
partir de informaciones del comando, pero se perpetraban con la autorización de
Santi Potros.
A continuación compareció ante el tribunal Inés del
Río Prada, quien logró que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos revocara la
doctrina Parot, lo que provocó su excarcelación y la de otros muchos miembros
de ETA. Del Río mostró sorpresa por haber sido llamada a declarar. “He pasado
muchas vivencias estos años y respecto a esto no encuentro nada en mi cabeza”,
aseguró. Tanto ella como Inmaculada Noble, que cumplió 27 años en prisión,
aseguraron que ellas daban infraestructura al comando y no sabían nada de este
atentado, que no se consumó, porque Burón Barba cambiaba de itinerario por
seguridad, como confirmaron los policías que le protegían.
Uno de ellos, Ramón Lillo, encargado de la seguridad
de la Audiencia
Nacional , recibió el reconocimiento del presidente del
tribunal, Alfonso Guevara. “Jamás pensaba que nos viéramos en una sala de
audiencia. Fue de los primeros que protegieron a mi padre y a mí en esta santa
casa”, le dijo.
En otra ocasión el atentado contra Burón Barba no se
cometió porque la calle por la que pasó su vehículo era demasiado estrecha, y
una tercera, porque los terroristas se durmieron. Entonces decidieron utilizar
los lanzagranadas que habían montado en un coche contra el presidente del
Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Antonio Hernández
Gil, que resultó ileso.
El fiscal Juan Antonio García Jabaloy pidió al
tribunal que condene al ex dirigente etarra a 17 años de cárcel según el Código
Penal de 1973, o a 14, con el de 1995, al entender que había quedado acreditado
que fue el inductor del atentado. La
AVT pidió 20 años.
Su condena en esta causa o en otra que tiene
pendiente por un asesinato en Barcelona no le acarreará en la práctica más años
de cárcel, puesto que sus penas anteriores ya superan los 30 años de
cumplimiento máximo. Estos procedimientos supusieron que volviera a prisión
antes de que el Tribunal Supremo revocara la decisión que en diciembre había
adoptado la Audiencia ,
y por la que Santi Potros quedó en libertad al aplicarle los años que cumplió en
Francia a su condena en España.
Opinión:
Me quedo con el último párrafo de la noticia. Pronto habrán noticias sobre el tema y, auguro, no serán del agrado de algunos. Pero la dignidad de las víctimas anónimas del terrorismo, y concretamente de una familia, merece una respuesta y más de una explicación.
Me quedo con el último párrafo de la noticia. Pronto habrán noticias sobre el tema y, auguro, no serán del agrado de algunos. Pero la dignidad de las víctimas anónimas del terrorismo, y concretamente de una familia, merece una respuesta y más de una explicación.
Tiempo al tiempo.
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