02 abril 2017
¿Cuántos etarras
siguen en la cárcel?
Fue el 31 de julio de 1959 cuando un grupo de estudiantes
radicales fundó Euskadi Ta Askatasuna (Euskadi
y Libertad). Este grupo, formado por disidentes del colectivo EKIN -nacido en 1952 para reaccionar contra la
pasividad y el acomodo que en su opinión padecía el PNV- fue el que creó la
serpiente que durante más de 50 años ha sembrado la historia de España de sangre y fuego, con casi un millar de
muertos y con no menos de 3.720 integrantes que han militado en sus filas.
Sus
cuatro pilares básicos son: la defensa del euskera, el etnicismo (como fase
superadora del racismo), el antiespañolismo y la independencia de los
territorios que, según reivindican, pertenecen a Euskadi: Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, Navarra (en
España), Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa (en Francia).
Su
primera acción violenta se produjo el 18 de julio de 1961: el intento fallido
de descarrilamiento de un tren ocupado por voluntarios franquistas que se
dirigían a San Sebastián para celebrar el
Alzamiento. Su primer asesinato, julio de 1968, el guardia civil José Jardines,
a tiros, en un control de carretera.
Desde
entonces, se cuentan por miles los que de una u otra manera han formado parte
de su «ejército». Así, según fuentes penitenciarias, desde que comenzaron las
actuaciones contra esta organización terrorista , han pasado por prisión más de
3.300 miembros.
La
cifra no es precisa, pues los archivos de los primeros años no están definidos
claramente porque algunos de los primeros detenidos eran acusados de desórdenes
y no figuran las siglas ETA en sus expedientes. Pero recientes estudios
elaborados en el seno del Ministerio del Interior cuantifican en no menos de estos 3.300
los integrantes de ETA que han pasado por prisiones, que han sido condenados
por perpetrar acciones en nombre de la organización terrorista.
A
esta cifra habría que sumar los integrantes que actualmente están cumpliendo
condenas en prisiones, tanto españolas como en el extranjero, fundamentalmente
de Francia. Según estas estimaciones, habría que sumarles
casi 340 presos. Según datos oficiosos, en las prisiones españolas cumplen pena
a día de hoy 260 internos en España. En Francia, alrededor de 80.
Y
a esa cifra hay que sumar los que están pendientes de detener, como los que aún
están en libertad pero contra los que hay órdenes de busca y captura dictadas
por los diferentes juzgados de la Audiencia Nacional.
Según las estimaciones policiales, en esta situación aún se encuentran
alrededor de 80 integrantes y colaboradores de la trama terrorista.
Así,
según estas cifras, el histórico ejército de ETA estaría integrado por no menos
de 3.720 etarras. Las fuentes consultadas, tanto policiales como judiciales,
aclaran que además siempre queda una cifra ciega de integrantes de ETA -sobre
todo colaboradores- que han logrado sortear las pesquisas policiales y
judiciales. Es por ello que no se atreven a cuantificar ese número de los
colaboradores de ETA que no han podido ser identificados con nombre y
apellidos.
En
los últimos estudios históricos realizados por el Ministerio del Interior se
constata cómo las condenas a los etarras han sido efectivas y cómo el nivel de
reincidencia entre los que han pasado por prisión es mínimo. Los expertos
consultados por este periódico explican que, aunque siguen siendo etarras una
vez cumplidas sus condenas, los que han vuelto a ingresar en centros
penitenciarios apenas superan el 1%, y la gran mayoría de estos reincidentes
son condenados por delitos ajenos al terrorismo, por delitos comunes. ¿Quiere
decir este dato que los condenados se consideran fuera de ETA cuando cumplen la
pena? No, pero sí se alejan de las estructuras operativas de la trama
terrorista y quedan junto a las estructuras de apoyo, en el ámbito político
fundamentalmente.
Opinión:
Pues eso, que cada vez hay menos terroristas cumpliendo
condena en prisión porque la legislación aplicable a los que atentaron ANTES de
1995 les agrupaba la máxima condena en solo 30 años y además les ofrecía una
serie de beneficios penitenciarios.
A los que atentaron después de 1995 y gracias a la labor de
unas pocas víctimas que nos trabajamos durante seis meses lo que ahora se
conocería como ILP, se les aplica el máximo de 30 años pero sin beneficios
penitenciarios. Lo recuerdo para todos esos que ahora se arrogan un trabajo que
jamás hicieron y que van explicando batallitas por ahí…
Ello significa que si
el último atentado en España de la banda terrorista ETA fue en marzo de 2010,
el último etarra podrá salir, como mínimo, el año 2040.
Hemos tenido que acatar esas salidas durante años,
especialmente tras la Ley
de Amnistía de 1977. Por la misma regla de tres….
Quizás habría que ir recordando estos cálculos de vez en
cuando…
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