08 abril 2017
ETA quería parecerse
al IRA, pero nunca lo consiguió
La banda terrorista protagoniza un desarme unilateral
tardío. Es su derrota incondicional y probablemente definitiva
Hay que remontarse a casi
veinte años atrás, cuando se firmaron los acuerdos de paz en Irlanda del Norte,
para intentar entender un poco mejor el proceso que ha llevado a ETA a un
desarme unilateral tardío y a su más que posible disolución en breve plazo sin
obtener nada a cambio. Es decir, a su derrota incondicional y probablemente
definitiva.
Para una organización armada,
la entrega de su arsenal es la señal inequívoca de su final. Este es el motivo
de que tanto el IRA como ETA hayan intentado dilatar al máximo ese momento y,
al mismo tiempo, obtener algún rédito político a cambio.
El IRA tardó más de siete años en hacer efectiva y
creíble la rendición total de sus armas. Unos meses antes de que llegara el
momento, en una entrevista que este periodista le hizo en febrero de 2005 a Gerry Adams, el
dirigente del Sinn Fein, brazo político del IRA, afirmó que "las armas no son un
obstáculo, sino una excusa" para retrasar la paz definitiva. Adams se
refería al rechazo de sus adversarios a aceptar este hecho como pieza de
intercambio para avanzar en el camino de la paz. El líder proirlandés afirmó en esa entrevista que para el
reverendo Paisley, líder de los unionistas probritánicos, no significaba nada
la entrega de las armas, porque "incluso si el IRA inutiliza todas sus
armas no sería suficiente, porque puede comprar más".
Aquí sucede algo similar, puesto que el
Gobierno del PP resta importancia al desarme de ETA mientras pide su disolución
definitiva. La única similitud
posible con el caso del IRA es que para Gerry Adams conseguir la paz era, según dijo, una
"cuestión de voluntad política, y creo que la voluntad política del IRA
está a favor de ese
proceso". Si es cierto que la banda vasca se encuentra en esa tesitura, el
camino hacia la paz en el país vasco habrá realizado
un avance considerable.
Desde que ETA anunció el alto el fuego definitivo en 2011
habrán pasado menos de seis años, un plazo similar al que empleó el IRA para destruir o entregar sus
armas, pero mientras en Irlanda del Norte actuó una Comisión Internacional
Independiente que gozaba de la confianza de ambas partes aquí la entrega se hace a la "sociedad
civil", una especie de sucedáneo de unos intermediarios inexistentes o
irrelevantes Es decir, pura
pantomima con la intención de parecerse al IRA.
Otra enorme diferencia es que,
cuando se alcanzó el acuerdo de
desarme unos años antes, el Primer Ministro británico lo calificó de "significativo e
histórico", algo que aquí es
difícil que ocurra.
Los presos
El futuro de los presos del IRA fue uno de los capítulos
más duros de las negociaciones de Stormont en abril de 1998. Pero todo quedó
aclarado allí mismo y, a pesar de las reticencias de unos, la desconfianza de
muchos y el temor de la mayoría ante el paso que se daba, la mayor parte de los
encarcelados por delitos de terrorismo salieron de las celdas en unos pocos
años. Fue una amnistía encubierta de la que se beneficiaron 447 presos, 116 con
delitos de sangre. Cuando se completó la entrega de las armas ya no quedaba ni
un solo preso del IRA en prisión.
En las cárceles españolas
quedan unos 400 reclusos de ETA y el gobierno mantiene una política de
dispersión que apenas ha cambiado desde que la banda anunció su alto el fuego
definitivo.
En conclusión, mientras que la
banda vasca siempre intentó buscar
similitudes, las diferencias entre los conflictos vasco y norirlandés eran
abismales tanto en las causas como en las estrategias y, posteriormente, en la
resolución del conflicto. Y una fundamental es que mientras los dirigentes del
IRA llegaron en los años 90 a
la convicción de que no quedaba otro remedio que negociar la paz con el
gobierno Británico, y lo hacían incluso bajo cuerda y a espaldas del sector
duro del nacionalismo irlandés, ETA continuó con
una irracional carrera de asesinatos indiscriminados que ha concluido en una
autodestrucción descontrolada.
Opinión:
El artículo de Jesús Martín aclara uno
de los temas que, durante muchos años, ha servido de muletilla a mucha gente
que prefería hacer comparaciones antes que entender las diferencias entre ambas
bandas terroristas.
Entre otras cuestiones que muchos no
querían comentar, una muy importante: cuando el enfrentamiento se origina en relación
a la temática religiosa… las soluciones deben ser diferentes.
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