domingo, 9 de abril de 2017

08 abril 2017 (6) elplural.com (opinión)

08 abril 2017 



ETA quería parecerse al IRA, pero nunca lo consiguió
La banda terrorista protagoniza un desarme unilateral tardío. Es su derrota incondicional y probablemente definitiva

Hay que remontarse a casi veinte años atrás, cuando se firmaron los acuerdos de paz en Irlanda del Norte, para intentar entender un poco mejor el proceso que ha llevado a ETA a un desarme unilateral tardío y a su más que posible disolución en breve plazo sin obtener nada a cambio. Es decir, a su derrota incondicional y probablemente definitiva.
Para una organización armada, la entrega de su arsenal es la señal inequívoca de su final. Este es el motivo de que tanto el IRA como ETA hayan intentado dilatar al máximo ese momento y, al mismo tiempo, obtener algún rédito político a cambio.
El IRA tardó más de siete años en hacer efectiva y creíble la rendición total de sus armas. Unos meses antes de que llegara el momento, en una entrevista que este periodista le hizo en febrero de 2005 a Gerry Adams, el dirigente del Sinn Fein, brazo político del IRA, afirmó que "las armas no son un obstáculo, sino una excusa" para retrasar la paz definitiva. Adams se refería al rechazo de sus adversarios a aceptar este hecho como pieza de intercambio para avanzar en el camino de la paz. El líder proirlandés afirmó en esa entrevista que para el reverendo Paisley, líder de los unionistas probritánicos, no significaba nada la entrega de las armas, porque "incluso si el IRA inutiliza todas sus armas no sería suficiente, porque puede comprar más".
Aquí sucede algo similar, puesto que el Gobierno del PP resta importancia al desarme de ETA mientras pide su disolución definitiva. La única similitud posible con el caso del IRA es que para Gerry Adams  conseguir la paz era, según dijo, una "cuestión de voluntad política, y creo que la voluntad política del IRA está a favor de ese proceso". Si es cierto que la banda vasca se encuentra en esa tesitura, el camino hacia la paz en el país vasco habrá realizado un avance considerable. 
Desde que ETA anunció el alto el fuego definitivo en 2011 habrán pasado menos de seis años, un plazo similar al que empleó el IRA para destruir o entregar sus armas, pero mientras en Irlanda del Norte actuó una Comisión Internacional Independiente que gozaba de la confianza de ambas partes aquí la entrega se hace a la "sociedad civil", una especie de sucedáneo de unos intermediarios inexistentes o irrelevantes  Es decir, pura pantomima con la intención de parecerse al IRA.
Otra enorme diferencia es que, cuando se alcanzó el acuerdo de desarme unos años antes, el Primer Ministro británico lo calificó de "significativo e histórico", algo que aquí es difícil que ocurra.

Los presos

El futuro de los presos del IRA fue uno de los capítulos más duros de las negociaciones de Stormont en abril de 1998. Pero todo quedó aclarado allí mismo y, a pesar de las reticencias de unos, la desconfianza de muchos y el temor de la mayoría ante el paso que se daba, la mayor parte de los encarcelados por delitos de terrorismo salieron de las celdas en unos pocos años. Fue una amnistía encubierta de la que se beneficiaron 447 presos, 116 con delitos de sangre. Cuando se completó la entrega de las armas ya no quedaba ni un solo preso del IRA en prisión.
En las cárceles españolas quedan unos 400 reclusos de ETA y el gobierno mantiene una política de dispersión que apenas ha cambiado desde que la banda anunció su alto el fuego definitivo. 
En conclusión, mientras que la banda vasca siempre intentó buscar similitudes, las diferencias entre los conflictos vasco y norirlandés eran abismales tanto en las causas como en las estrategias y, posteriormente, en la resolución del conflicto. Y una fundamental es que mientras los dirigentes del IRA llegaron en los años 90 a la convicción de que no quedaba otro remedio que negociar la paz con el gobierno Británico, y lo hacían incluso bajo cuerda y a espaldas del sector duro del nacionalismo irlandés, ETA continuó con una irracional carrera de asesinatos indiscriminados que ha concluido en una autodestrucción descontrolada.


Opinión:

El artículo de Jesús Martín aclara uno de los temas que, durante muchos años, ha servido de muletilla a mucha gente que prefería hacer comparaciones antes que entender las diferencias entre ambas bandas terroristas.

Entre otras cuestiones que muchos no querían comentar, una muy importante: cuando el enfrentamiento se origina en relación a la temática religiosa… las soluciones deben ser diferentes.

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