13 septiembre 2017
Más que palabras
Yoyes… todavía
Javier Vizcaíno
Les vengo con una recomendación. Esta noche ETB-2 emite –en
tiempos se decía repone– Yoyes. No me considero lo suficientemente versado como
para decirles si, en lo puramente cinematográfico, la de Helena Taberna es una
película buena, mala o regular. A mí me parece más que digna, pero creo que su
aportación real va más allá de lo formal o lo estético. Reside principalmente
en su valor como testimonio de un episodio de nuestra Historia reciente (el
asesinato de María Dolores González Katarain se produjo hace 31 años y dos
días, apenas anteayer) que nos debemos conjurar para no olvidar jamás. Se me
dirá que como cualquiera de las iniquidades cometidas por estos, aquellos o los
de más de allá en las décadas del terror, y es verdad. Ocurre, en todo caso,
que se trata de un hecho –me consta lo frío de denominarlo así– que reúne un
compendio de circunstancias que explican no solo cómo vivimos todo aquello,
sino cómo lo seguimos viviendo. Eso último es lo singular… y lo preocupante.
Más de tres décadas después de su ejecución por “chivata y traidora”, el
recuerdo de Yoyes sigue siendo muy incómodo, casi un tabú, para muchos de esos
que en otros asuntos siempre van con la Memoria en los labios. Todavía el otro día,
cuando aconsejaba en Twitter echarle un ojo a la cinta, me llovieron
escupitajos verbales de variado pelaje. Me citaban a Lasa y Zabala o a Iñigo
Cabacas –hace falta ser brutos y malnacidos– a modo de contrapeso, como si las
injusticias se compensasen. Ya sé que fue, en el fondo, por decir lo prohibido:
que Kubati, el arrogante asesino de Yoyes, imparte ahora lecciones sobre
Derechos Humanos.
Opinión:
Que un asesino se dedique a hablar de DDHH es imperdonable, que un asesino se dedique a intentar dar lecciones de cualquier cosa es imperdonable. Cuando esta mañana comentaba el tema en una tertulia de radio el interlocutor me decía que este asesino ya había cumplido su condena… y es verdad, eso es legal pero no tiene nada que ver con que alguien se pueda creer que puede dar lecciones sobre DDHH
Que un asesino se dedique a hablar de DDHH es imperdonable, que un asesino se dedique a intentar dar lecciones de cualquier cosa es imperdonable. Cuando esta mañana comentaba el tema en una tertulia de radio el interlocutor me decía que este asesino ya había cumplido su condena… y es verdad, eso es legal pero no tiene nada que ver con que alguien se pueda creer que puede dar lecciones sobre DDHH
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