19 septiembre 2017
Sangriento atentado
fascista contra ‘El Papus’
Un crimen sin
resolver contra la revista satírica ‘radical’ que agitó las bases de la
democracia
‘El Papus’. Revista satírica y neurasténica. Redacción, 11’40 de la mañana del 20 de septiembre de 1977.
Barcelona, calle Tallers número 77.
Rosa Lores, secretaria,
recoge un maletín que entrega a Juan Peñalver, conserje. En ese mismo instante,
éste estalla en sus manos Juan fallece en el acto, su cuerpo queda totalmente
destrozado, Rosa sufre lesiones graves. Diecisiete personas más sufren heridas
de consideración. El maletín es en realidad un paquete bomba que debía ser
entregado en mano al director del semanario, Xavier Echarri.
El objetivo del ataque
es atentar contra el consejo de redacción de la revista, que ocupa toda la
primera planta del edificio junto a las publicaciones El Cuervo y Party, con las que comparte oficinas. Allí se ha
concertado una reunión a la que debe asistir la totalidad del consejo de
dirección junto al de su cabecera hermana, Barrabás fundada
por su director junto al periodista Àlex Botines.
La ultraderechista
triple A (Alianza Apostólica Anticomunista) se atribuye el atentado, imputado en medio del caos tras la muerte del
dictador a la
Hermandad Nacional de la Guardia de Franco y a una más desconocida
Juventud Española en Pie (JEP).
¿Por qué era El Papus, un objetivo deseable?
Semanario de humor satírico
publicado por Ediciones Amaika, cuatro años antes, el 20 de octubre de 1973,
alentado por una sociedad que había encumbrado a revistas humorísticas como Hermano Lobo, la deportivaBarrabás o Por
favor y su álter ego, Muchas gracias. El Papus era el objetivo perfecto para la
entonces candente violencia de la extrema derecha.
Su portada, en cuatricromía,
se centraba en un tema que en su interior abordaba temas de forma casi
monográfica desde diferentes puntos de vista. En sus comienzos, fueron temas
generales como el consumo, la contaminación o los jóvenes, pero con el tiempo
se fue politizando y radicalizando. Hábil, supo aprovechar la sed de erotismo
de la sociedad española impuesta por una censura que monopolizaba el ‘debido
respeto a la moral’ para ridiculizar los símbolos del franquismo. Su óptica era clara y contundente: ‘la del
anarquismo’, subrayaban sus autores que junto
a colaboradores entre los que
figuraban, los escritores Antonio Franco, Joan de Sagarra, Vázquez Montalbán
y Maruja Torres, y los dibujantes , Gin, Ivà, Já, L’Avi, García Lorente, Óscar,
Vives, Fer, Manel, Ventura & Nieto , Rafael Ramos y Carlos Giménez,
que firmaría la historieta protagonista del primer número tras el atentado,
publicado el 8 de octubre, serían los artífices del éxito.
Convertida en un icono de la
contestataria contracultura de los 70, su ‘mala baba contra el sistema’,
constituía la principal razón por la que la adquirían el 65% de sus lectores,
según los resultados de una encuesta de la época.
A día de hoy, todavía nadie
ha sido condenado por el sangriento atentado. El proceso judicial duró seis
años. La justicia ni siquiera consideró el ataque como un acto terrorista y
tanto la muerte del conserje como las heridas graves con resultado de invalidez total de la secretaria
fueron tramitados como accidentes laborales. Ni la Audiencia Nacional
ni el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pasando por el Tribunal Supremo y el Constitucional, quisieron
dictar una sentencia, por temor a que se desestabilizara la recién llegada
democracia. La editorial no recibió indemnización alguna y al no ser reconocido
como acto terrorista la muerte de Juan Peñalber y las heridas de Rosa Lores,
que la dejaron incapacitada se declararon ‘accidente laboral’.
Nadie fue condenado.
El Ayuntamiento de Barcelona celebró el pasado lunes 18 de septiembre un acto de homenaje a Joan Peñalver, víctima del atentado, con ocasión del 40 aniversario del ataque terrorista. Una placa ubicada en la que fue sede de la revista, conmemorará el atentado.
Opinión:
Solo
aprovechar para decir que hasta el año 2000 no pude conseguir, con la
colaboración de mis compañeros de la antigua AVT, que las víctimas localizadas
tras años de búsqueda fueran reconocidas como víctimas del terrorismo. Y
todavía quedan diez por encontrar... aún estamos a tiempo.
Solo espero
que ahora no aparezcan los aprovechados de turno a hacerse las fotos por algo
que jamás hicieron y que incluso están torpedeando. Con estar en la manifestación
del 26 de agosto ya se aprovecharon bastante del dolor ajeno.
Creo que Rosa
Lores lo dejó muy claro ayer en su parlamento.
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