13
septiembre 2017
Los terroristas de Ripoll tenían
100 kilos de explosivos para atentar en Barcelona
Los yihadistas fabricaron TATP para
llenar unos 20 sacos de 5 kilos con los que cargar 3 furgonetas
Nunca un comando yihadista en
Europa había logrado dotarse de tanta cantidad de ese destructivo material
Más de 100 kilos de la "Madre de Satán". Los terroristas de la célula que atentó en Barcelona y Cambrils el 17 de agosto habían
planificado un ataque sin precedentes en Europa y para ello habían logrado
fabricar por su cuenta esa gran cantidad TATP (triperóxido de triacetona) en la casa que ocupaban en Alcanar, según ha confesado Mohamed Houli Chemlal, el superviviente de la explosión de esa vivienda, en
una declaración que ya está en manos del juez central de Instrucción 4 de la Audiencia Nacional
Fernando Andreu. Otras fuentes cercanas a las pesquisas señalan que la cantidad
que había logrado producir era aún mayor.
Los
dos terroristas que manipulaban los explosivos eran el imán Abdelbaki Esty y
Youseff Aalla. El primer paso era mezclar los ingredientes y enfriarlos
con hielo. Después, cuando el preparado adoptada un estado sólido, parecido a
la estructura del cristal, lo extendían en el suelo para
dejar que se secara, gracias al trabajo de algunos ventiladores.
La fase final se llevaba a cabo en el exterior del jardín trasero del chalé,
dejando que reposara al sol para que se solidificara del todo.
Trabajaban en unas condiciones de máximo riesgo, teniendo en cuenta la
inestabilidad de este producto. Por eso todo salió
mal.
El
suelo de la primera planta estaba completamente ocupado por la sustancia en
fase de secado. Mientras lo manipulaban, explotó. La deflagración destrozó los
cuerpos de Es Satty y de Aalla. Encontraron partes de ambos cuerpos pero la
identificación del imán solo fue posible gracias a los análisis de ADN. Mohamed
Houli, el único superviviente, salvó su vida porque una pared, que le cayó
encima, le protegió.
En 20 sacos de cinco kilos
La
intención era repartir esos 100 kilogramos en 20 sacos de cinco
kilogramos que se iban a dividir en tres cargamentos. Con cada uno de
ellos, se cebaría una furgoneta bomba que
se distribuiría en enclaves estratégicos de la ciudad. La Sagrada Familia era
uno de los monumentos elegidos, según el testimonio del
superviviente.
Pero
no todo el TATP tenía como destino las furgonetas. Los terroristas
habían rellenado cilindros metálicos con explosivos y metralla. Habían
pegado clavos a esos tubos rellenos de explosivos para que estos, al explotar,
se convirtieran en balas que elevaran la mortalidad que pretendían causar a su
alrededor.
Los
investigadores han encontrado por lo menos restos de tres
chalecos explosivos que posiblemente se hubieran armado
con estos cilindros. Tampoco descartan que hubieran terminado utilizando estos
tubos como bombas de mano para ser arrojadas a la multitud.
¿Para qué las bombonas?
La
indagación policial, no obstante, sigue sin tener claro para qué iban a servir
las más de 100 bombonas de butano que se localizaron en el chalé de Alcanar.
Una posibilidad es que -erróneamente- los terroristas creyeran que
pudieran convertirse en un amplificador de la bomba de TATP.
Se
trata de la mayor cantidad de ese explosivo
de la que ha dispuesto un comando terrorista en Europa. Prueba
de ello es que las maletas bomba empleadas en los atentados de Bruselas pesaban
entre 15 y 30 kilos y los cinturones explosivos que llevaban los autores
de klos atentados de París contaban cada uno con 450 gramos de TATP. En
los atentados de Londres del 2005, cada mochila bomba llevaba 4,5 kilos de ese
explosivo.
Los
yihadistas, siguiendo las órdenes del imán Es Satty y de uno de los miembros de
la célula, con conocimientos de química, llevaban semanas elaborando de forma
intensiva el TATP, el explosivo más usado por el Estado Islámico. Es un
compuesto que puede fabricarse con ingredientes fáciles de conseguir: acetona,
agua oxigenada y ácido sulfúrico. La acetona la habían comprado en droguerías
de Vinarós (Comunitat Valenciana).
La
potencia de la gran cantidad de TATP que ya tenían lista quedó patente en las
dos explosiones que se produjeron en la vivienda. La primera bastó para
volatilizar la finca. La segunda, hirió a seis agentes de los Mossos, dos
bomberos y al operario de una retroexcavadora.
Un plan ‘B’ no previsto
Solo
había un plan: hacer estallar las furgonetas bomba y hacerse estallar con
chalecos bomba monumentos y lugares muy concurridos. El atropello de civiles no
había sido considerado ni preparado a conciencia. La hipótesis que barajan es
que, el 16 de agosto, cuando estalla la casa de Alcanar, la célula tenía ya a
punto el explosivo.
El
día 17, horas después de la explosión en Alcanar, dos furgonetas
conducidas por Yuness Abouyaaqoub y Mohamed Hichami bajaban por la AP 7 en dirección a Alcanar, posiblemente para
cargar los vehículos con explosivo. Los investigadores sospechan que ambos
todavía desconocían que la casa de Alcanar había estallado. La noticia les
llegó cuando estaban a mitad de camino y fue entonces cuando Abouyaaqoub tomó
él solo la decisión de salir de la autopista y poner rumbo a Barcelona, para
llevar a cabo el atropello masivo de la Rambla.
Opinión:
Al relatar lo sucedido en el
chalé de Alcanar y la explosión que causó la muerte de dos de los terroristas,
se menciona la frase “por eso todo salió mal”… al leerla se me ha ocurrido una
pequeña ironía… nada salió mal porque con la muerte de esos dos terroristas se
evitó lo que hubiera sido una tremenda masacre con un enorme número aumentado de
víctimas.
Han sido 16 asesinados y
decenas de heridos… no me imagino lo que habría sido si las tres furgonetas
hubieran sido utilizadas.
Tras la ironía, mi felicitación
por el excelente relato de lo ocurrido. Adjunto el link para poder consultar la
también excelente infografía.
http://www.elperiodico.com/es/politica/20170913/100-kilos-de-explosivo-tatp-listos-para-atentar-en-barcelona-6283747
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