07 septiembre 2017
La célula hispano-marroquí estaba
preparada para «grandes atentados»
Los yihadistas detenidos celebraban
reuniones secretas para ensayar degollamientos masivos.
La
operación conjunta que ayer realizaron la Comisaría General
de Información (CGI) de la
Policía Española y la Dirección General
de Vigilancia del Territorio (DGST) del Reino de Marruecos ha evitado atentados
«a gran escala, tanto en Marruecos como en España», planeados por el Estado
Islámico contra objetivos que no han sido revelados, según fuentes conocedoras
del asunto.
Las
investigaciones realizadas han demostrado que la célula desmantelada, formada
por seis individuos, cinco de los cuales vivían en Marruecos y uno, que era el
jefe, en Melilla, se encontraba plenamente operativa. Este individuo, que
residía habitualmente en la
Ciudad Autónoma española, procedía de la zona de Beni Chiker,
en las afueras de la localidad de Nador.
Los
presuntos terroristas, uno de los cuales había militado en el Partido Popular
de Melilla y trabajaba en un centro de menores, de donde ayer mismo fue
despedido, se dedicaban al reclutamiento de jóvenes para integrarlos en el
Daesh.
A
este respecto, se les exponían imágenes de ejecuciones y atentados como ejemplo
de lo que debían hacer en el futuro.
Se
ha descubierto que celebraban reuniones nocturnas, en las que realizaban
ejercicios físicos para tener la mayor fuerza posible; y ensayaban atentados
mediante la decapitación de seres humanos con cuchillo y armas blancas
similares.
El
desmantelamiento de la célula produce en un momento en que desde el Estado
Islámico se ha hecho un llamamiento a todos sus militantes y simpatizantes en
el extranjero para que cometan el mayor número de atentados posibles.
Se
trata de paliar el efecto mediático que tienen las derrotas militares que sufre
la banda yihadista en Siria.
El
cabecilla de la célula, residente en Melilla y originario de Nador, aprovechaba
su puesto de trabajo como auxiliar educativo en el centro de reeducación de
menores «Fuerte de la
Purísima » para llevar a cabo las labores de captación y
radicalización entre estos jóvenes en una especial situación de vulnerabilidad,
según fuentes del Ministerio del Interior. De hecho, era inminente su
«propósito y disposición de pasar a la yihad (lucha) violenta con un peligroso
nivel de activación».
Según
las citadas fuentes, «esta operación conjunta pone de relevancia la excelente
colaboración existente entre la Policía Nacional y la Dirección General
de Vigilancia del Territorio del Reino de Marruecos que, una vez más, ha
posibilitado la neutralización de una peligrosa amenaza que afectaba a ambos
países. La operación, que continúa abierta, se ha desarrollado bajo la
supervisión del Juzgado Central Instrucción nº5 y la coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Desde
el 26 de junio de 2015, fecha en el que el Ministerio del Interior elevó a 4 el
Nivel de Alerta Antiterrorista (NAA), las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han
detenido a 199 terroristas yihadistas en operaciones realizadas en España y en
el exterior y a un total de 244 desde principios de 2015.
Por
su parte, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha subrayado que la
«operación ha permitido desarticular una célula yihadista con una alta
potencialidad para atentar. La labor de prevención de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado es fundamental para que no vuelvan a suceder hechos como
los ocurridos en Cataluña».
También
destacó «la importancia de la colaboración ciudadana a través de la iniciativa
Stop Radicalismos», que pone a disposición de los ciudadanos una serie de
canales para comunicar, de forma confidencial y segura, posibles de casos de
posible yihadismo en su entorno.
No pagaba las cuotas
El
presidente de la
Ciudad Autónoma , Juan José Imbroda, ha señalado que el jefe
de la célula, un español de 39 años de origen marroquí, «era afiliado del PP
melillense». Sin embargo, no tenían noticias de él «desde hace años», hasta el
punto de señalar que desde entonces «carecía de derechos políticos en la
formación» porque no paga las cuotas.
Era
trabajador del Centro de Acogidas de Menores del «Fuerte de la Purísima » de Melilla,
donde hay acogidos más de 300 menores extranjeros no acompañados (menas), la
práctica totalidad marroquíes, todos menores de 18 años de edad. Este individuo
«se estaba radicalizando» y había «encadenado varias bajas laborales», por lo
que su asistencia al trabajo «era irregular».
Opinión:
Solo agradecer la excelente labor de los CFSE para evitar nuevas
masacres… y también esperar que se depuren las mínimas responsabilidades exigibles
a los que han permitido según qué militancias….
No hay comentarios:
Publicar un comentario