ETA prevé decretar su «desmovilización» para
desaparecer siguiendo los estándares de la ONU
Planea culminar el debate sobre su
futuro para comienzos de 2018
Aspira a garantizar la reintegración
de sus presos y huidos en la sociedad
ETA
planea culminar el debate sobre su futuro para comienzos de 2018 y baraja
presentar su disolución definitiva, calificándola como ‘desmovilización’,
inspirándose para ello en el modelo DDR de la ONU
La
organización estudia acogerse al modelo de resolución de conflictos ‘DDR’,
homologado por expertos internacionales
El
debate interno de ETA sobre su desaparición sigue adelante. La mayoría de los
miembros de la organización armada, tanto los presos como los que siguen en la
clandestinidad, apuestan por un proceso de «cierre de ciclo» que se ajuste a
los «estándares internacionales de resolución de conflictos homologados por la ONU », según fuentes
conocedoras de la situación. En este esquema, ETA prevé decretar, para su
desaparición, la fórmula de la «desmovilización» que recoge el método
internacional de resolución de conflictos conocido como DDR (desarme,
desmovilización y reintegración). Ese modelo incluye también la aspiración a la
«reintegración» social futura de los reclusos, de los miembros huidos de la
banda y de los deportados, que deberían poder resocializarse en distintos
ámbitos como el laboral, institucional o político. El modelo DDR se ha
utilizado, en este caso parcialmente, en países como Colombia. El debate
interno en ETA continúa con el calendario fijado y prevé su culminación para
inicios del pró- ximo año, 2018, aunque las dificultades logísticas provocan
que pueda retrasarse algunas semanas. La mayoría tiene clara la necesidad de
dejar la sigla «inactiva», lo que supone una disolución de facto, como avanzó
este periódico el pasado 14 de agosto. El ritmo del proceso de reflexión
interna sigue adelante y no se ha visto alterado por las dificultades surgidas
este verano como la muerte del preso Kepa del Hoyo en Badajoz o la convulsión
creada por los atentados yihadistas en Cataluña, que dificultan aún más que el
Gobierno central incluya cuestiones como la de la política penitenciaria en su
agenda inmediata.
Unos
dientes de sierra que en ningún casi influirán en el resultado final del
debate, insisten los medios consultados. La coyuntura política y la evolución
de los acontecimientos externos no alterarán, por lo tanto, los objetivos
marcados. ETA podría aludir al estado de su debate en próximos días, en
vísperas del Gudari Eguna (27 de septiembre), fecha de habituales comunicados.
Su portavoz, el preso en Francia David Pla, desveló en febrero, la existencia
de ese debate sobre el futuro, una vez que culminara el desarme en abril,
aunque desde entonces no han dado más pistas en público.
El
modelo de la DDR
en el que piensa ETA ha cumplido ya su primer paso, o primera ‘d’: la del
desarme materializado el pasado 8 de abril en Baiona bajo verificación
internacional. Una entrega de armas completa y, además, consensuada tácitamente
con las autoridades francesas, que han dado por bueno el resultado, insisten
los medios consultados, pese a algunas dudas extendidas por «sectores
policiales en Francia» sobre la falta de un centenar de armas, que
corresponderían en todo caso a material extraviado en su día.
La
segunda ‘d’ correspondería a la «desmovilización» de la organización armada.
Este paso comprendería dejar la sigla inactiva, al estilo del IRA irlandés. La
mayoría de participantes en el debate se inclinan por ello. Esa
«desmovilización» supone el desmantelamiento de todo tipo de estructuras hasta
dejar la sigla muerta. Esta desmovilización supondría «el cierre del ciclo
histórico de más de 50 años» de ETA, agregan las citadas fuentes. En este punto
sí que se daría una gran diferencia respecto al proceso de Colombia. Y es que
al dejar desactivada la sigla, ETA no seguiría el camino de las FARC,
recientemente convertidas en partido político, con la misma sigla pero
distinta
denominación. La desaparición efectiva de la banda abriría otra fase, a la
espera de la acogida por el Gobierno central, que se ha centrado en la
exigencia de una «disolución» para replantearse cambios en la política
penitenciaria.
Posteriormente,
quedaría la ‘r’ de «reintegración», que sería el paso último. El esquema de ETA
aspira a que sus miembros, tanto los presos como los huidos o deportados,
puedan «reintegrarse» individualmente en los distintos ámbitos de la sociedad
civil. La izquierda abertzale, en este sentido, apuesta por una justicia
transicional como la aplicada en Irlanda del Norte o Sudáfrica, y que se
ajustaría también a este método DDR. Esta fórmula fue aplicada por primera vez
por la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) en Namibia (sur de África) en 1989, y fue actualizada
en 2006 a
través de nuevos documentos oficiales.
Presos
Los
resultados del debate son aguardados con expectación en las cárceles, para
comprobar si permiten allanar el terreno para mejoras en las prisiones. En este
contexto, el colectivo de presos (EPPK) ha comenzado este mes de septiembre ya
a preparar los dosieres personales de cada interno en aras a explorar las vías
legales y tratar de mejorar la situación. La muerte repentina de Kepa del Hoyo,
de un infarto, el pasado 31 de julio ha causado pesar en el colectivo, que
considera que ha reflejado las «consecuencias de la dispersión». Ello llevó al
EPPK a redactar un comunicado anunciando una «lectura más severa de la
situación». De esta manera, el colectivo avanza que los internos apretarán el
mensaje contra el Gobierno por su actual política penitenciaria y elevarían el
tono de algunas protestas si se producen situaciones similares ante la
«gravedad que supone» el fallecimiento de un interno. No obstante, la hoja de
ruta, aprobada el 30 de junio tras más de seis meses de discusión interna,
sigue adelante con el objetivo de «vaciar las cárceles».
En
ese debate del EPPK falta también por cerrar la elección de la nueva dirección
del colectivo. Los resultados de la votación interna se conocerán, probablemente,
hacia finales de octubre. Se prevé que repitan al frente algunos de los
históricos que dirigen la interlocución de los presos, como el exnúmero uno de
la banda, Mikel Albisu Iriarte, ‘Mikel Antza’, Marixol Iparragirre, ‘Anboto’, o
Jon Olarra Guridi, amén de alguna nueva cara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario