jueves, 11 de diciembre de 2014

10 diciembre 2014 eldiario.es (opinión)

10 diciembre 2014



Urkullu premia a 41 víctimas de distintas violencias, que son "ejemplo" de que es posible "colaborar y convivir"

Jonan Fernández insta a hacer una revisión crítica del pasado para "construir la plaza pública de la memoria"






El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha galardonado este miércoles con el Premio 'René Cassin' a 41 víctimas de distintas violencias y terrorismos que son "ejemplo" para los políticos y toda la sociedad de que "es posible confluir, colaborar y convivir". Además, ha destacado su "empatía", más allá de "la miopía del sectarismo", y el mensaje que transmiten de que "el sufrimiento" experimentado "no lleva al rencor, el odio y la venganza".

Además, el Secretario de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, ha instado a hacer una revisión crítica del pasado para "construir la plaza pública de la memoria".

En un acto celebrado en la sede de Lehendakaritza, en Vitoria, con motivo del Día de los Derechos Humanos, Urkullu ha entregado el Premio René Cassin de Derechos Humanos 2014 a 41 víctimas de ETA, del GAL y de abusos policiales, a las que se les reconoce su aportación a la convivencia en Euskadi a través de su participación en el módulo Adi-adian --de testimonio en las aulas-- o en anteriores programas de víctimas educadoras, y en la experiencia Glencree, de encuentros entre distintas víctimas.

El presidente del Gobierno vasco ha subrayado que "el mensaje universal de estos programas" en los que han participados las diferentes víctimas, "nos sitúan más allá de la miopía de los sectarismos".

El lehendakari ha asegurado que el René Cassin de este año es "un premio a todas las víctimas, en el que se reconoce "la lucha constante por la vida de cada una", que, pese "al zarpazo destructivo que han sufrido", se enfrentan "a la tarea constructiva de sacar adelante a sus familias, de continuar su trabajo, con sus amigos, con sus ideas y por seguir buscando el sentido de la vida".
Además, ha destacado que éste es "un galardón a la extraordinaria capacidad humana de sobreponerse a situaciones de sufrimiento injusto y extremo como es la pérdida violenta y la ausencia traumática del ser querido".

Iñigo Urkullu considera que, de esta forma, también se premia "la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar del otro, y representa lo mejor de la condición humana, es el alma de los derechos humanos". "Tenemos dignidad humana porque tenemos capacidad de elegir la empatía, que se sitúa en el corazón de los derechos humanos", ha manifestado.

Asimismo, ha afirmado que los premiados han sufrido "las más graves violaciones de derechos humanos" porque les han arrebatado "injustamente a seres queridos", y han sido víctimas de "terrorismos y violencia de diferente signo".

La confluencia

"Y lo importante es que esto no ha sido un factor de alejamiento, sino de confluencia. Habéis visto el dolor reflejado en el resto de la otra persona, habéis sentido la injusticia padecida proyectada en la injusticia sufrida por otra persona; habéis visto y sentido, de forma íntima y personal; habéis compartido sin equiparaciones, sin compensaciones y sin justificaciones; habéis escuchado y entendido en silencio, con palabras cálidas y respetuosas, sintiendo una profunda solidaridad", ha añadido.

Según ha apuntado, "estas palabras, esos silencios y esas lágrimas respetuosas, han nacido de la experiencia vivida en primera persona, en carne viva, a flor de piel; han salido de lo más hondo y auténtico del ser humano".

"Hoy también os escuchamos. Nos estáis diciendo que la vivencia del sufrimiento provocado e injusto no lleva necesariamente al rencor, el odio o la venganza. Nos demostráis que el ser humano es capaz de transformar la vivencia más injusta en una experiencia de solidaridad, humanidad y convivencia", ha apuntado.

A su juicio, estas víctimas son "un ejemplo" porque transmiten un mensaje de profundo calado" porque, "con lo que les ha tocado sufrir y vivir, están demostrando que es posible confluir, colaborar y convivir". "La sociedad y la política estamos siendo interpelados. No hay excusas, nuestra obligación es encontrar los mínimos de acuerdo que nos permitan confluir, colaborar y convivir", ha aseverado.

La Plaza Pública de derechos Humanos”

Por su parte, durante su intervención, Jonan Fernández ha apostado por "la plaza pública de los derechos humanos en la que caben todos" porque "es el encuentro básico para la convivencia social y en lo político", y ha abogado porque Europa "retorne al humanismo de sus orígenes".

A su juicio, "los derechos humanos son el escenario de presente y de futuro", y no se puede prosperar "con una perspectiva contraria a crítica u olvidadiza con los derechos humanos". "En el sistema educativo los derechos humanos y la dignidad humana que lo sustenta son el eje del consenso social", ha destacado.

Fernández se ha referido a la necesidad de la normalización de las relaciones sociales, políticas e institucionales en Euskadi, y la forma en la que ponerse de acuerdo en el Parlamento vasco, en la política penitenciaria, en la reconciliación o en cualquier otro tema".

"El punto de partida está en un compromiso profundo con los derechos humanos; un ideal, una idea que solo tiene sentido si es puesto en práctica. ¿Y cómo abordar el pasado, la tarea más delicada que tenemos por delante?, ¿cómo deslegitimar el terrorismo y la violencia de cualquier signo?. ¿Cómo hacer una revisión crítica del pasado y cómo construir la plaza pública de la memoria?", ha añadido.
En esta línea, ha insistido en que "hay que ser consecuentes en el compromiso con los derechos humanos, no sólo cuando miramos al presente y al futuro, sino también cuando miramos hacia atrás".
"Los derechos humanos son indisponibles, violentarlos es una injusticia los viole quien los viole, y los viole mañana, los viole hoy o los haya violado ayer. La mirada al pasado tiene que incorporar esta componente crítica y autocrítica cuando corresponda", ha añadido.

En su opinión, "la clave está en entender y compartir que siempre hay un proyecto más importante que mi proyecto más importante, y ese proyecto es el respeto y la promoción de la dignidad humana". "Los derechos humanos son la idea que antecede a cualquier construcción ideológica o partidaria. Valen más que cualquier proyecto o aspiración. Hoy es su día, pero exigen compromiso con el pasado, con el presente y con el futuro, un compromiso diario", ha apuntado.

En el acto también han tomado la palabra, en nombre de las víctimas galardonadas, Fernando Garrido Velasco, Lurdes Zabalza Garate, Jaime Arrese Araolaza, José Goikoetxea Velasco, y Pili Zabala Artano. Todos ellos han puesto en valor los programas que han compartido y han llamado a dejar "un legado de paz" a futuras generaciones.

Opinión:

Para empezar, felicitar a las víctimas que han sido galardonadas con el premio otorgado por el lehendakari. Conozco a muchas de las víctimas premiadas y, salvo alguna esporádica, me consta que el resto jamás han buscado prebendas especiales por el hecho de ser víctimas y, por tanto, son un ejemplo para todos.
No voy a publicar el listado porque quizás a alguna le molestaría pero revisando los nombres me ha surgido una duda: algunas pertenecen a asociaciones que están absolutamente en contra de estos encuentros. Aún y así, ¿se sienten representadas por esas entidades que no comparten sus objetivos? ¿Se apuntarán a las movilizaciones que ya se stán preparando en nombre de “las” víctimas? ¿Seguirán en silencio soportando que otros opinen en su nombre?
Ah, una aclaración: en la relación de víctimas premiadas no hay ninguna del atentado en “Hipercor”. Con 21 asesinados ¿no han pensado en ningún familiar como ejemplo de “transformar la vivencia más injusta en una experiencia de solidaridad, humanidad y convivencia”?

Yo les daría ahora muchos nombres y apellidos de víctimas con las que iría al fin del mundo...

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