10 diciembre 2014
Urkullu
premia a 41 víctimas de distintas violencias, que son "ejemplo" de
que es posible "colaborar y convivir"
Jonan
Fernández insta a hacer una revisión crítica del pasado para "construir la
plaza pública de la memoria"
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha galardonado este
miércoles con el Premio 'René Cassin' a 41 víctimas de distintas violencias y
terrorismos que son "ejemplo" para los políticos y toda la sociedad
de que "es posible confluir, colaborar y convivir". Además, ha
destacado su "empatía", más allá de "la miopía del
sectarismo", y el mensaje que transmiten de que "el sufrimiento"
experimentado "no lleva al rencor, el odio y la venganza".
Además, el Secretario de Paz y
Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, ha instado a hacer una
revisión crítica del pasado para "construir la plaza pública de la
memoria".
En un acto celebrado en la sede de
Lehendakaritza, en Vitoria, con motivo del Día de los Derechos Humanos, Urkullu
ha entregado el Premio René Cassin de Derechos Humanos 2014 a 41 víctimas de ETA,
del GAL y de abusos policiales, a las que se les reconoce su aportación a la
convivencia en Euskadi a través de su participación en el módulo Adi-adian --de
testimonio en las aulas-- o en anteriores programas de víctimas educadoras, y
en la experiencia Glencree, de encuentros entre distintas víctimas.
El presidente del Gobierno vasco ha
subrayado que "el mensaje universal de estos programas" en los que
han participados las diferentes víctimas, "nos sitúan más allá de la
miopía de los sectarismos".
El lehendakari ha asegurado que el
René Cassin de este año es "un premio a todas las víctimas, en el que se
reconoce "la lucha constante por la vida de cada una", que, pese
"al zarpazo destructivo que han sufrido", se enfrentan "a la
tarea constructiva de sacar adelante a sus familias, de continuar su trabajo,
con sus amigos, con sus ideas y por seguir buscando el sentido de la
vida".
Además, ha destacado que éste es
"un galardón a la extraordinaria capacidad humana de sobreponerse a
situaciones de sufrimiento injusto y extremo como es la pérdida violenta y la
ausencia traumática del ser querido".
Iñigo Urkullu considera que, de
esta forma, también se premia "la empatía, la capacidad de ponerse en el
lugar del otro, y representa lo mejor de la condición humana, es el alma de los
derechos humanos". "Tenemos dignidad humana porque tenemos capacidad
de elegir la empatía, que se sitúa en el corazón de los derechos humanos",
ha manifestado.
Asimismo, ha afirmado que los
premiados han sufrido "las más graves violaciones de derechos
humanos" porque les han arrebatado "injustamente a seres
queridos", y han sido víctimas de "terrorismos y violencia de diferente
signo".
La
confluencia
"Y lo importante es que esto no ha sido un
factor de alejamiento, sino de confluencia. Habéis visto el dolor reflejado en
el resto de la otra persona, habéis sentido la injusticia padecida proyectada
en la injusticia sufrida por otra persona; habéis visto y sentido, de forma
íntima y personal; habéis compartido sin equiparaciones, sin compensaciones y
sin justificaciones; habéis escuchado y entendido en silencio, con palabras
cálidas y respetuosas, sintiendo una profunda solidaridad", ha añadido.
Según ha apuntado, "estas
palabras, esos silencios y esas lágrimas respetuosas, han nacido de la
experiencia vivida en primera persona, en carne viva, a flor de piel; han
salido de lo más hondo y auténtico del ser humano".
"Hoy también os escuchamos.
Nos estáis diciendo que la vivencia del sufrimiento provocado e injusto no
lleva necesariamente al rencor, el odio o la venganza. Nos demostráis que el
ser humano es capaz de transformar la vivencia más injusta en una experiencia
de solidaridad, humanidad y convivencia", ha apuntado.
A su juicio, estas víctimas son
"un ejemplo" porque transmiten un mensaje de profundo calado"
porque, "con lo que les ha tocado sufrir y vivir, están demostrando que es
posible confluir, colaborar y convivir". "La sociedad y la política
estamos siendo interpelados. No hay excusas, nuestra obligación es encontrar
los mínimos de acuerdo que nos permitan confluir, colaborar y convivir",
ha aseverado.
Por su parte, durante su intervención, Jonan
Fernández ha apostado por "la plaza pública de los derechos humanos en la
que caben todos" porque "es el encuentro básico para la convivencia
social y en lo político", y ha abogado porque Europa "retorne al
humanismo de sus orígenes".
A su juicio, "los derechos
humanos son el escenario de presente y de futuro", y no se puede prosperar
"con una perspectiva contraria a crítica u olvidadiza con los derechos
humanos". "En el sistema educativo los derechos humanos y la dignidad
humana que lo sustenta son el eje del consenso social", ha destacado.
Fernández se ha referido a la
necesidad de la normalización de las relaciones sociales, políticas e
institucionales en Euskadi, y la forma en la que ponerse de acuerdo en el
Parlamento vasco, en la política penitenciaria, en la reconciliación o en
cualquier otro tema".
"El punto de partida está en
un compromiso profundo con los derechos humanos; un ideal, una idea que solo
tiene sentido si es puesto en práctica. ¿Y cómo abordar el pasado, la tarea más
delicada que tenemos por delante?, ¿cómo deslegitimar el terrorismo y la
violencia de cualquier signo?. ¿Cómo hacer una revisión crítica del pasado y
cómo construir la plaza pública de la memoria?", ha añadido.
En esta línea, ha insistido en que
"hay que ser consecuentes en el compromiso con los derechos humanos, no
sólo cuando miramos al presente y al futuro, sino también cuando miramos hacia
atrás".
"Los derechos humanos son
indisponibles, violentarlos es una injusticia los viole quien los viole, y los
viole mañana, los viole hoy o los haya violado ayer. La mirada al pasado tiene
que incorporar esta componente crítica y autocrítica cuando corresponda",
ha añadido.
En su opinión, "la clave está
en entender y compartir que siempre hay un proyecto más importante que mi
proyecto más importante, y ese proyecto es el respeto y la promoción de la
dignidad humana". "Los derechos humanos son la idea que antecede a
cualquier construcción ideológica o partidaria. Valen más que cualquier
proyecto o aspiración. Hoy es su día, pero exigen compromiso con el pasado, con
el presente y con el futuro, un compromiso diario", ha apuntado.
En el acto también han tomado la
palabra, en nombre de las víctimas galardonadas, Fernando Garrido Velasco,
Lurdes Zabalza Garate, Jaime Arrese Araolaza, José Goikoetxea Velasco, y Pili
Zabala Artano. Todos ellos han puesto en valor los programas que han compartido
y han llamado a dejar "un legado de paz" a futuras generaciones.
Opinión:
Para empezar, felicitar a las víctimas que han sido
galardonadas con el premio otorgado por el lehendakari. Conozco a muchas de las
víctimas premiadas y, salvo alguna esporádica, me consta que el resto jamás han
buscado prebendas especiales por el hecho de ser víctimas y, por tanto, son un
ejemplo para todos.
No voy a publicar el listado porque quizás a alguna
le molestaría pero revisando los nombres me ha surgido una duda: algunas
pertenecen a asociaciones que están absolutamente en contra de estos
encuentros. Aún y así, ¿se sienten representadas por esas entidades que no
comparten sus objetivos? ¿Se apuntarán a las movilizaciones que ya se stán
preparando en nombre de “las” víctimas? ¿Seguirán en silencio soportando que
otros opinen en su nombre?
Ah, una aclaración: en la relación de víctimas
premiadas no hay ninguna del atentado en “Hipercor”. Con 21 asesinados ¿no han
pensado en ningún familiar como ejemplo de “transformar la vivencia más injusta
en una experiencia de solidaridad, humanidad y convivencia”?
Yo les daría ahora muchos nombres y apellidos de víctimas
con las que iría al fin del mundo...
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