17 diciembre 2014
El Tribunal
Supremo permite que “Santi Potros” pase la Navidad en casa
Pese a estar fijado con casi dos semanas de
antelación, el Pleno de la
Sala Segunda del Tribunal Supremo fue incapaz de ponerse de
acuerdo ayer para adoptar un criterio unánime sobre la acumulación de condenas
de presos etarras. Precisamente por este motivo, y para no hacer más ruido del
que ya hizo la
Audiencia Nacional con la fractura en dos de su Sala Penal,
los quince magistrados del Tribunal Supremo adoptaron una decisión salomónica
–por unanimidad, eso sí– que al único al que ha contentado ha sido al histórico
dirigente etarra “Santi Potros”, el inductor de la matanza de Hipercor: podrá
pasar las Navidades en su casa y en una situación de absoluta libertad.
Y es que lejos de estudiar el recurso concreto que
el Tribunal Supremo tenía entre manos, el del etarra Kepa Pikabea, al que la Audiencia Nacional
negó la acumulación de condenas, la Sala Penal ha decidido dar traslado a las partes
(a la Fiscalía
y al abogado del terrorista) para que s e pronuncien sobre los efectos que
tiene en su caso la entrada en vigor de una nueva ley.
Los límites de la nueva ley
Se trata de la norma que aprobó el Congreso el
pasado 12 de noviembre y que traspone la decisión marco europea a la que se
quieren acoger los terroristas para lograr excarcelaciones masivas, como las
que propició la anulación en instancias judiciales europeas de la doctrina
Parot. Esta decisión marco posibilita la acumulación de condenas impuestas en
cualquier país de la UE ,
aunque cuando España la ha plasmado en papel ha limitado sustancialmente su
aplicación: solo permite que se acumulen aquellas condenas impuestas en el
extranjero con posterioridad a agosto de 2010.
La fractura en la Sala Segunda del
Tribunal Supremo era un secreto a voces y ayer se puso de manifiesto desde el
minuto uno. Desde el inicio del Pleno, a las doce de la mañana, ya se vio que las
posturas serían irreconciliables, según reconocieron fuentes del Pleno. A
ello se añadía el malestar que en algunos miembros de la Sala habían provocado las
palabras del ministro de Justicia, Rafael Catalá, al expresar su deseo de que
los jueces devolvieran a “Santi Potros” a prisión. Precisamente ese malestar es
el que aventuraba que lo que estaba en juego ayer era algo más que una cuestión
estrictamente jurídico-técnica.
Tras seis horas reunidos, con pausa para almorzar
incluida, se confirmaba que el único “acuerdo” posible sin estridencias era el
de aplazar la decisión, aunque bien es verdad que los magistrados de perfil más
conservador podrían haber resuelto la cuestión por mayoría.
Sin trámite de audiencia
Sin embargo, el caso de Pikabea generaba un problema
técnico real, según explicaron las fuentes citadas, y es que su recurso contra
la negativa de la
Audiencia Nacional a acumularle las condenas (en su caso,
impuestas en Francia) era anterior a la entrada en vigor de la ley que traspone
esa decisión marco. Es decir, hay un hecho nuevo con el que no contaron las
partes cuando interpusieron su recurso ante el Supremo, por lo que lo oportuno,
para evitar problemas futuros (ante el Tribunal Constitucional o, en su caso,
ante Estrasburgo) lo que procede es acordar un trámite de audiencia en el que
también participará la
Fiscalía.
Con los informes en la mano, el próximo 13 de enero,
el Pleno de la Sala Penal
no podrá aplazar mucho más su decisión, que si bien se referirá exclusivamente
al caso de Pikabea, establecerá el mismo criterio para todos los etarras que se
quieren acoger a esa decisión marco ahora limitada por la propia ley española.
Básicamente es lo que se esperaba del Pleno de ayer, en el que en líneas
generales magistrados de perfil conservador abogaron por desestimar el recurso
del etarra, y los de perfil más progresista, por estimarlo.
Hay quien propuso también la posibilidad de plantear
una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea al
considerar "excesivas" las limitaciones que ha impuesto el legislador español a
la acumulación de condenas. Esta es la postura que comparten los jueces de la Audiencia Nacional
que decidieron dejar en libertad a “Santi Potros” veinticuatro horas antes de
que entrara en vigor esa ley.
Lo cierto es que con su gesto, además de prolongar
el dolor de las víctimas del terrorismo y propiciar que la Sección Primera
resuelva en estos días más excarcelaciones exprés, lo que han hecho los quince
magistrados de la Sala
Penal es pasar la pelota a la Fiscalía , cuyo criterio sobre
este asunto se considera “determinante” para resolver definitivamente la
cuestión, según reconocieron esas fuentes.
El Ministerio Público ya se ha pronunciado al
respecto, aunque no en este procedimiento. Sí lo hizo la semana pasada al
recurrir la decisión de la
Sección Primera de la Audiencia , la que acumuló las condenas de "Santi
Potros" y del también terrorista Alberto Plazaola. Considera que con la ley que
traspone la decisión marco europea de la que se quieren beneficiar los etarras,
lo que hicieron los magistrados de la Audiencia no es posible.
Este recurso todavía no ha sido analizado por el
Tribunal Supremo. Obviamente, se espera que en esta ocasión y con este mismo
argumento, el fiscal pida que se desestime el recurso del etarra Pikabea y avale,
por tanto, la nueva ley.
Un currículo criminal
Kepa Pikabea se integró en ETA en 1980. Sólo en ese
año ya participó en cinco atentados terroristas que se saldaron con la muerte
de ocho guardias civiles y cinco policías nacionales. En mayo de 1982 pasó a
formar parte de un nuevo comando con históricos como José Eciolaza, "Dienteputo"; Goicoechea Elorriaga, "Txapela"; Olaizola Achúcarro, "Antxon", o
Bilbao Beascoechea. En 1991 prosiguió su actividad criminal, con Insausti
Múgica, "Karpov", y Olarra Guridi como compañeros de viaje.
En julio de 1994 fue arrestado en Francia. En aquel
momento ya era una persona destacada en la banda terrorista ETA debido a que
había sido "lugarteniente" del que fuera máximo dirigente de la banda,
Francisco Múgica Garmendia, "Pakito", hasta su detención en 1992.
Opinión:
Como siempre habrá algún imbécil que se inventará
cosas raras, empiezo por aclarar que acataré cualquier decisión que tome el
Tribunal Supremo.
Dicho esto, continúo.
Aunque sea reiterarme en lo que llevo diciendo
durante mucho tiempo, la problemática surgida se habría podido resolver hace
mucho tiempo, si ciertos representantes políticos se hubieran tomado la
molestia de preocuparse por este tema en algún momento de los últimos 27 años.
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