12 diciembre 2014
La fundación de Pablo Iglesias tachó a la AVT de "fascista" ante Chávez
CEPS, dirigida por los hoy
líderes de Podemos, explicó en 2011 al Gobierno venezolano que la asociación
mayoritaria española de víctimas del terrorismo era un mero brazo politico del
PP que instrumentalizaba políticamente el dolor de afectados por la "lucha
armada".
El pasado viernes, Pablo Iglesias, secretario general
de Podemos, lanzaba
con indignación una solemne proclama en TVE: "Que nadie juegue con el dolor de las víctimas [de
ETA]. Nada de enhorabuena". El líder de la formación
radical replicaba así al planteamiento del entrevistador,Sergio Martín, que le
supuso deenhorabuena en una semana en la que se había producido la excarcelación
de varios etarras, hecho que, afirmó el periodista, el secretario general de
Podemos había defendido en el pasado. Sin embargo, los informes que recibió el
Gobierno venezolano de CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales),
fundación dirigida en los últimos años por Iglesias y otros líderes de Podemos,
mostraban nulo respeto por las asociaciones de víctimas del terrorismo etarra
-"lucha armada" para tales asesores- y denunciaban el uso político de
su dolor.
CEPS no dudó en tildar en 2011 a la AVT (Asociación de Víctimas
del Terrorismo) de "potente organización social pseudofascista que
responde a los intereses del PP". A juicio de la fundación vivero de
Podemos, la AVT
fue "creada y auspiciada por esta organización política (PP)" y
"se ha convertido en una fuente de presión fáctica y mediática en la
agenda política española, aprovechando la especial sensibilidad que la cuestión
de la lucha armada en Euskadi genera en la población del resto del Estado".
Tan grave descalificación de la
mayor asociación española de víctimas del terrorismo -emitida por una fundación
que por atribuirse una finalidad social minimiza el pago de impuestos-
intentaba neutralizar un flanco abierto del Gobierno venezolano. "Los medios
opositores continúan con la cobertura sensacionalista de las muertes violentas
(sin distinguir entre decesos por accidentes viales y aquellos por agresiones
por arma), para, a continuación, tratar de relacionar un supuesto repunte de la
violencia en el mes de agosto con las actuaciones realizadas por el ministerio
asumido por Iris Varela
(ministra de Servicios Penitenciarios venezolana)".
Los asesores de CEPS proseguían
con su desarrollo del peligro en ciernes para el régimen chavista: "La
oposición, carente de elementos unitarios que conecten con el pueblo
venezolano, busca en la empatía con las víctimas su baluarte simbólico para
tratar de reconstruir su imagen de defensores de la patria. Efectivamente, el
13 de septiembre anunciaban una suerte de programación para los días 26, 27, y
28 de este mes (septiembre de 2011), que incluye colocar banderas en los
balcones, generar nuevas simbologías: un lazo blanco como elemento cohesionador
unitario, interclasista e interpartidista, así como la presentación de un
anteproyecto de ley de indemnización a las víctimas".
Apropiación de
la simbología patria
Tal clima político venezolano
llevó a los bien retribuidos asesores de Chávez -CEPS facturó al régimen bolivariano
más de 3,7 millones de euros entre 2003 y 2012- a encontrar similitudes con el
escenario español. "Toda esta puesta en escena recuerda demasiado la
instrumentalización de las víctimas del terrorismo efectuada por el Partido
Popular en el estado español, por lo que no sería nada descartable un posible
asesoramiento en este sentido".
Y ya metidos en harina, los
asesores de CEPS, sin aportarle a Chávez
prueba alguna, prosiguen con su teoría conspiratoria contra la AVT como elemento movilizador
de la oposición venezolana: "Siguiendo con las similitudes, entre las
tácticas de la AVT
encontramos el apropiamiento de la simbología patria, la generación de nuevos
símbolos (lazo azul, color de imagen del Partido Popular) y la aprobación de
una ley de solidaridad con las víctimas al terrorismo".
Este diagnóstico se producía en
septiembre de 2011 cuando el cliente de CEPS, el Gobierno de Hugo Chávez, veía
venirse encima una dura campaña electoral. Ahí entraban en juego los asesores
españoles de CEPS sin ánimo de lucro. Y se aprestaron a señalar los enemigos
internos y externos de Chávez con resonancias de discurso franquista de la Plaza de Oriente. "Ayer
el CNE (Consejo Nacional Electoral) anunció la fecha de celebración de las
elecciones presidenciales. La oposición, siguiendo su estrategia, recrudecerá
su calendario de ataques al Proceso (bolivariano), apoyándose como es habitual
en aquellos que le reportan "réditos" no sólo al interior del país,
sino también al exterior".
La fundación vivero de Podemos
ampliaba su análisis con igual tono descalificador de los rivales políticos de
Chávez. Buscaba satisfacer al cliente: "Junto al intento de descrédito del
Estado aparece una oposición (sobre la cual no se mencionan las
responsabilidades en la materia) "salvadora"
y "humanista". Efectivamente, el discurso de la vida
"como objetivo de consenso" y el llamamiento a una suerte de Pacto de
Estado, se enarbola como la gran apuesta conciliadora y salvífica de la
oposición".
Tan grueso análisis de los
asesores de CEPS, paradójicamente una fundación plagada de profesores de
Política curtidos en mil seminarios, venía a sumarse al realizado sobre los
huelguistas de hambre venezolanos. La conclusión de ambos diagnósticos no podía
ser más simple: todo opositor de Chávez que realice una huelga de hambre es un
farsante o un loco (hay que infiltrar policías y médicos para evidenciarlos) y
si clama contra las muertes violentas sin duda es un remedo de la AVT y un instrumento del PP.
CEPS nunca le llevó la contraria al cliente en sus informes. Al contrario, la
letanía era otra: Chávez, no te mereces esta oposición y carece de razón en
todas sus acusaciones.
Este diario reiteró este
miércoles a Podemos, sin éxito, la solicitud de una versión sobre tales
informes de CEPS de algunos de sus lideres que dirigieron dicha fundación
(Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, entre otros) o colaboraron con ella (Juan
Carlos Monedero).
Opinión:
En cuanto
a esta noticia, hay algo que no puede obviarse. Como delegado en Cataluña de la
antigua AVT desde 1990 hasta 2002, podría explicar muchas situaciones en las
que se respetó la evidente pluralidad ideológica consecuente al gran número de
víctimas del terrorismo y, por lógica, las dispares ideologías existentes en el
mundo de víctimas del terrorismo.
Reconocido
esto, tampoco puedo obviar que fui expulsado de la nueva AVT en 2002
precisamente por explicar públicamente que sospechaba que se estaba infiltrando
una ideología partidista concreta en el seno de la nueva asociación. Repito: una ideología partidista concreta. Y
lo sigo pensando.
Las
manifestaciones a mediados de la década de 2000 que, supuestamente, eran “contra
ETA” terminaban siendo manifestaciones con marcado contenido partidista, con
proclamas y gritos políticos. Incluso algunos de los miembros de la AVT reconocieron públicamente
esa situación aparte de representantes políticos.
La
entrada en este blog fechada a 28 julio 2014 en la que publico una carta firmada
por Juan Hernández Quintero es una muestra.
Dicho lo
cual, siempre he tenido, tengo y tendré un enorme respeto por la AVT , porque la AVT no son sus dirigentes,
sino las víctimas que la componen. Otro tema son los que, sin ser víctimas del
terrorismo, se han querido aprovechar (y algunos lo han conseguido), del dolor
ajeno.
Pero eso
ya es otro tema.
También
quiero responder a la creación del lazo azul, el cual fue una iniciativa de la
antigua AVT a raíz del secuestro del empresario Julio Iglesias Zamora en 1993 y
empezó a ser visionado tras el atentado en el Port Olimpic de Barcelona en
agosto de ese mismo año. No recuerdo con exactitud el color, pero me inclino a
pensar que en aquellos lejanos años el Partido Popular marcaba sus siglas en
color rojo. Independientemente de esa cuestión, al ser consultado para la
propuesta del “lazo azul” no recuerdo haber pensado en ningún momento que
pudiera tener relación con el logo del PP. La propia identificación como “delegado
de la AVT ”
mostraba muy claramente que no existía ningún propósito de identificación con
idea partidista alguna.
Sí
coincido en un tema con la información presentada, entre otras cosas porque
mucha gente me lo ha comentado también: la apropiación de los símbolos “patrios”.
Me decía, no hace mucho, un militante socialista que había llegado a la
conclusión de que si alguien llevaba la banderita española en el reloj o en una
carpeta, era tildado inmediatamente de (con todos los respetos, que nadie se
moleste) “pepero”. Y conozco a mucha gente que no está de acuerdo con esa “relación
ideológica”.
Para
terminar, lo de “potente organización social
pseudofascista que responde a los intereses del PP” lo considero muy exagerado
y una muestra de desconocimiento del mundo real y social del colectivo, porque
las pruebas demuestran que hay muchísimas víctimas del terrorismo que son
miembros de la AVT
y que no son ni fascistas ni “pseudonada”. Aunque desgraciadamente no se puede
negar que ciertos símbolos observados en las manifestaciones convocadas por la AVT en los últimos diez años pueden
dar pie a esa interpretación. De hecho, en 2007 68 víctimas residentes en
Cataluña decidieron solicitar la baja en la AVT.
No se la aceptaron.
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