09 abril 2015
Interior acusa a CiU de usar Nous
Catalans para tejer un frente antiespañol con Rabat
Tras las declaraciones de Jorge Fernández Díaz contra la
fundación de CDC se oculta una inquietud real de las Fuerzas de Seguridad del
Estado por el acercamiento de la
Generalitat a Marruecos
Las declaraciones de Jorge Fernández Díaz este miércoles
denunciando que CiU coquetea con el yihadismo para conseguir la adhesión al
proyecto independentista de los 500.000 musulmanes que residen en Cataluña han
generado un nuevo intercambio de acusaciones entre los Gobiernos de Mariano Rajoy y Artur
Mas. Pero tras el
cruce dialéctico se oculta una inquietud real de las Fuerzas de
Seguridad del Estado por el acercamiento de la Generalitat a
Marruecos para tratar de torpedear los vínculos de Madrid con Rabat. La Fundación Nous Catalans jugaría un papel
decisivo en esa estrategia, según fuentes de la lucha antiterrorista
consultadas por este diario.
El propio ministro del Interior señaló
directamente en sus declaraciones a Nous Catalans, el organismo creado por Convergència
Democràtica de Catalunya (CDC) para tratar
de incorporar al movimiento secesionista a la población inmigrante. La
fundación corteja a todos los colectivos, pero ha centrado su atención en los
extranjeros musulmanes y, especialmente, en los casi 250.000
marroquíes que residen
actualmente en Cataluña. De hecho, Mas ha colocado al frente de Nous Catalans
al independentista Àngel Colom, un exdirigente de
ERC y actual miembro de la
Ejecutiva de CDC que estuvo hasta 2004 al frente de la
oficina comercial de la
Generalitat en Casablanca. Las relaciones de Colom con las
autoridades alauitas son más que excelentes.
Los vínculos salafistas
Fernández Díaz sólo puso voz a una información que está en
poder de los servicios de la lucha antiterrorista desde hace meses: que Nous
Catalans ha prestado cobertura a imanes radicales a cambio de que difundan entre sus
seguidores las supuestas bondades del proyecto independentista. Según las
fuentes consultadas, la relación de Nous Catalans con el fundamentalismo se
articula a través de la Unión de Centros
Culturales Islámicos de Cataluña (UCCIC), una asociación que
agrupa a mezquitas de perfil integrista. La relación es tan estrecha que la UCCIC utiliza como oficina
la propia sede de Nous Catalans. Incluso han compartido dirigentes.
El hasta hace dos años presidente de la UCCIC , el marroquí Nouredine Ziani, también ocupaba un puesto destacado
en la fundación de CDC. Interior lo expulsó en mayo de 2013 por motivos de
seguridad nacional apoyándose en un informe del CNI que le acusaba de tener
vínculos con el salafismo. Sin embargo, la expatriación de Ziani no ha alterado la estrategia de Nous
Catalans. Su mujer, Atiqa Bouhouria
Moulay, ha heredado el cargo al frente de la UCCIC y también el papel de
enlace con el partido de Artur Mas.
La conexión alauita
Pero los vínculos con el islam radical no son lo que más
preocupa a las Fuerzas de Seguridad. Según fuentes de los servicios de
información, la
Generalitat está utilizando Nous Catalans como correa de
transmisión en su estrategia de acercamiento a Rabat. De hecho, el CNI acusaba
sobre todo a Ziani de ser un agente de los servicios secretos marroquíes desde el año 2000. Su
misión consistía en facilitar los contactos con el partido de Mas.
La labor de Ziani y sus colaboradores se tradujo el pasado
15 de septiembre en la aprobación por parte del Ejecutivo de CiU del Plan Marruecos 2014-2017, una estrategia por la que Cataluña se
compromete con las autoridades alauitas a desarrollar una larga lista de
acciones, que incluye desde proyectos de cooperación para el desarrollo a
incremento de las cumbres bilaterales, pasando por la promoción de la
participación social, el fomento de la actividad empresarial y la movilidad de
jóvenes investigadores marroquíes. En esos aspectos, el plan no supone ningún
tipo de amenaza.
Colaboración policial
Sin embargo, el documento también incluye puntos sensibles
que han provocado malestar en el Ministerio del Interior. Por un lado, el plan
pretende impulsar la cooperación entre los Mossos d´Esquadra y
la policía marroquí para
sentar las bases de “futuras relaciones de cooperación en el marco de la
seguridad ciudadana”. Y en el plano religioso y cultural, se establece un
protocolo de colaboración para formar a los imanes que prestan sus servicios en
mezquitas frecuentadas mayoritariamente por marroquíes, fija fórmulas para
que los inmigrantes residentes en Cataluña puedan conservar su cultura y lengua
originales y defiende que el islam se enseñe en las escuelas públicas.
Ambas partes tenían interés en consolidar sus vínculos con un documento de ese tipo, y Nous Catalans es el nexo que lo ha hecho posible. Los expertos preguntados detallan que, por un lado, CiU consigue que un gobierno extranjero reconozca la autonomía de Cataluña para fijar su propia política exterior. Pero no sólo eso. También se garantiza el voto de la inmigración marroquí y su respaldo al proyecto independentista.
Los cubanos catalanes
La mayor parte de este colectivo aún no tiene la
nacionalidad y, por tanto, carece del derecho al sufragio, pero CiU aspira a
reproducir en su demarcación el escenario del que disfruta el Partido
Republicano de Estados Unidos en Florida, que monopoliza desde hace años y
elección tras elección el voto de la numerosa colonia cubana. El férreo control
que ejerce Rabat sobre sus inmigrantes facilitará que los 250.000 marroquíes de
Cataluña se decanten en masa por CiU cuando llegue el momento.
El acuerdo también es beneficioso para Marruecos. No sólo
consigue un aliado dentro de España con el que poder tensar la relación con su
vecino del norte cuando lo considere oportuno, sino que logra nuevas
herramientas para someter a una vigilancia aún más
estrecha a sus nacionales. Las mezquitas son un
instrumento fundamental de control, y el Plan Marruecos concede a Rabat todos
los poderes para supervisar la selección de los imanes.
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