26 abril 2015
Interior recorta los efectivos
anti-ETA de la Guardia
Civil ante la agonía final de la banda
El Ministerio de Interior ha
acelerado la reestructuración de las plantillas de las Fuerzas de Seguridad del
Estado para adaptarlas al escenario desencadenado por el proceso de disolución
de ETA
El Ministerio del Interior ha acelerado la reestructuración
de las Fuerzas de Seguridad del Estado para adaptarlas al escenario que ha
abierto el final irreversible de
ETA. Según fuentes
cercanas al Instituto Armado, la Dirección General de la Guardia Civil está
acometiendo una profunda reorganización de los servicios de información
dedicados a la lucha contra la banda terrorista para reducir su número de efectivos y reforzar los departamentos que
afrontan en estos momentos la mayor carga de trabajo.
Parte de los agentes de la lucha contra ETA están siendo
trasvasados a los grupos que lideran la lucha contra el terrorismo yihadista. Ese movimiento comenzó tras los
atentados del 11 de marzo de 2004 y se aceleró después de que la banda
anunciara el cese definitivo de su actividad en octubre de 2011. Pero, según
fuentes cercanas al cuerpo, los traslados se han
intensificado en
las últimas semanas ante la percepción de que el final de la organización
terrorista es definitivo, aunque su cúpula siga en la clandestinidad y aún no
haya entregado todo su arsenal.
Cambios en las oficinas
Un portavoz de la Dirección General
de la Guardia Civil
asegura que se trata de un “proceso lógico, que
entra dentro de lo normal” por
el final de la violencia de ETA. Por motivos de seguridad, prefiere no poner
cifras a esos movimientos de personal pero, según ha podido saber El
Confidencial, los cambios han provocado incluso una redistribución de las diferentes unidades en las
dependencias que ocupa el servicio de información del cuerpo, cuya ubicación
también se mantiene en secreto.
La reestructuración no sólo tiene su origen en el declive
de ETA. El proceso coincide con un grave repunte del
fenómeno yihadista en
los países occidentales por la propaganda masiva que irradia el Estado Islámico
desde sus santuarios en Irak y Siria. La mayoría de las últimas grandes
operaciones antiterroristas protagonizadas por la Guardia Civil han
tenido como objetivo la desarticulación de células islamistas. La última de ellas
se produjo hace un mes con la detención
de cuatro miembros de una misma familia de Badalona
(Barcelona) que planeaban unirse al Estado Islámico. Por el contrario, la
última gran redada del Instituto Armado contra miembros de la estructura
operativa de ETA tuvo lugar hace casi dos años, en mayo de 2013, con el arresto
en Francia de seis integrantes del aparato logístico.
Refuerzo de la comandancias
La reducción del número de agentes de la lucha contra ETA
también se está canalizando mediante traslados voluntarios a las comandancias regionales. Según
las fuentes consultadas, se está facilitando el movimiento de agentes desde los
servicios centrales a las unidades de información que la Guardia Civil tiene
en cada una de las comunidades autónomas para abordar las amenazas
desde un enfoque más local.
En la mayoría de los casos, estas salidas están sirviendo
para que guardias que han pasado toda su carrera profesional combatiendo a la
banda terrorista fuera de sus lugares de origen puedan regresar a su
tierra sin dejar
de pertenecer al servicio de información.
La reorganización no cuestiona la presencia del Instituto
Armado en el País Vasco. Aunque el número de guardias en esa demarcación ha
disminuido durante esta legislatura, Interior ya ha advertido de que la salida de la Guardia Civil no
está sobre la mesa en el escenario post-ETA. De hecho, hace unas semanas inició los trámites para realizar
obras de mejora por valor de 705.000 euros en el estratégico cuartel de
Intxaurrondo, situado a las afueras de San Sebastián.
Opinión:
Parece que ya se reconoce que la banda terrorista ETA está en su agonía
final. Vencida. Y no será por la colaboración de ciertos representantes políticos
ni tan siquiera de algunos supuestos “representantes de las” víctimas.
Ha sido por el excelente trabajo de las FCSE y de la inmensa paciencia
y dignidad mostrada por la también inmensa mayoría de la población. Y también
porque los propios terroristas que tanto daño han causado saben que destrozar
la vida y el futuro al resto de ciudadanos no conduce a nada bueno.
Pero quisiera hacer mención a un tema que quizás quede en el olvido. Si
ahora se va a reforzar la lucha antiterrorista contra el yihaidismo… ¿alguien
recordará que existen muchas grabaciones anteriores al 11M que esperan ser
traducidas? ¿Habrá fondos económicos para traductores? ¿los habrá para mejorar
el utillaje y la infraestructura que merece la investigación de este problema
mundial?
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