20 abril 2015
‘Policías’ del
islam en Cataluña
Los servicios de la Seguridad del
Estado alertan desde hace cinco años del control que las corrientes islamistas
ejercen sobre la población musulmana de la comunidad
Desde hace más de un lustro los servicios de
Información y de Inteligencia han advertido sobre la fuerte implantación del
islamismo radical en Cataluña. Los informes se han multiplicado durante años y
se centraban en esta comunidad autónoma, junto a Ceuta y Melilla, como los focos
más preocupantes de radicalismo incontrolado. Y esa implantación se ha hecho
fuerte, tan fuerte como que hay zonas de la comunidad donde estos islamistas “tratan
de aplicar sus leyes” e, incluso, “han constituido sus policías religiosas”.
Así consta en informes policiales que obran en poder
de este periódico. “Se han organizado en grupos que se dedican a señalar a
otros miembros de su comunidad y a amonestarlos cuando no cumplen con la ley
islámica, la sharia, los preceptos islámicos o cuando, sencillamente, no se
comportan según la ideología que profesan”. “Recurren a la intimidación y a la
violencia cuando así lo consideran para imponer su orden y hacer respetar las
directrices que dan sobre la vestimenta, el aspecto, la barba que deben mostrar
los hombres, la educación que deben recibir los hijos de los demás… Son
frecuentes sus amenazas y los actos de aislamiento hacia aquéllos que no les
obedecen, llegando en ocasiones a protagonizar agresiones físicas”.
Según los analistas de la Seguridad del Estado, “con
el fin último de poder conocer en profundidad las diferentes opiniones de los
miembros de la comunidad, sacan a colación debates sobre temas de actualidad
para así observar las reacciones de éstos y poder catalogar sus ideas”.
En los informes se detalla que los islamistas habían
logrado crear cinco grupos que actúan como “policías religiosas en Cataluña”.
Centran el primer embrión en Lérida. Luego se ha ido extendido en otras zonas
de la comunidad. En estos escritos constatan como el islamismo también está
tratando de tener su “justicia en paralelo”. En una ocasión, en Lérida, se
llegó a detectar la celebración de un juicio islámico contra una mujer marroquí
que había mantenido relaciones sexuales con un individuo occidental. Un grupo
formado por una veintena de radicales le condenó a muerte por lapidación,
intento que quedó desbaratado.
Este episodio “es una clara muestra de cómo varios
musulmanes que habían sido sometidos a un proceso de radicalización terminaron
por omitir las leyes nacionales y actuar de manera segregacionista, según el
propio marco legal amparado por la sharia”. Los dinamizadores imponen procesos
de radicalización con medidas como la “desescolarización de mujeres o niñas en
edad escolar; también la prohibición de libertad para mujeres adultas, que son
obligadas a permanecer en su domicilio mientras el marido no las acompañe”.
Los analistas entienden que los mayores riesgos se
encuentran entre la población musulmana “de segunda generación”. “La primera
generación presenta un nivel bajo de amenaza, al ser su principal preocupación
la solución de sus problemas vitales (trabajo, vivienda, sanidad…)”. Por el contrario,
la segunda generación “sí presenta ciertos riesgos en la medida en que, una vez
superados los problemas a los que se tuvieron que enfrentar sus progenitores,
son más proclives a dejarse llevar por tesis lanzadas en ambientes islamistas
en un giro reivindicativo de su identidad musulmana y propiciando una autoexclusión
del resto de la sociedad”.
Los analistas concluyen que “desde hace años, la
comunidad musulmana catalana ha estado expuesta a la doctrina radical,
difundida desde una red de mezquitas extendidas por las cuatro provincias. La
progresiva aceptación de esta ideología extremista, unida al significativo
aumento de la proporción de población musulmana, están provocando situaciones
de imposición violenta de la ley islámica, tensión y conflictividad que, al
ritmo actual, conducirán a la fractura social e incluso violenta”.
Porque, ¿cuáles son los mensajes que reciben los musulmanes
asentados en Cataluña desde los sectores radicales? Desde los llamamientos a la
yihad hasta el antisemitismo, pasando por el odio a Occidente, la
discriminación de la mujer, el desprecio de los cristianos, la aplicación de la
sharia, la implantación de tribunales islámicos, la prohibición de acudir y
colaborar con la Policía, evitar el sistema judicial infiel.
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