10 abril 2015 (09.04.15)
Coincidencias
Mi tendencia a pensar mal me lleva a fijarme en las
coincidencias. Y como una sola coincidencia es anécdota pero dos ya tienden a
categoría, el pensar mal se refuerza. El relato es el siguiente: el empuje
letal del yihadismo y los riesgos que sufrimos, con el inevitable aumento del
miedo ciudadano. Terreno, pues, resbaladizo, que exige la finezza de no pisar
líneas rojas, especialmente la de la demagogia. Los protagonistas son
básicamente tres: el ministro del Interior, el president de Catalunya y Àngel
Colom, que pasaba por el Pisuerga. Y el escenario, un pedregal: el proceso
catalán. La suma de todo, el vodevil que ayer vivimos.
Vodevil o polémica innecesaria o irresponsabilidad política o
desmesura dialéctica, vaya usted a saber. Pero en todo caso un penoso episodio
perfectamente prescindible.
Me refiero a las declaraciones del ministro Fernández Díaz
haciendo una nueva vinculación entre soberanismo y yihadismo, pero con un paso
hacia delante: acusando ala Fundación Nous Catalans de Angel Colom de captar
yihadistas. Cabe añadir que tamaña acusación la ha hecho a bocajarro, como
quien pasaba por el micrófono, y con el mismo nivel de pruebas con que, por
ejemplo, acusó a Xavier Trias de unas cuentas en Suiza que nunca existieron.,
Parece mentira que todo un ministro de interior -1ue es un cargo muy serio en
cualquier democracia solvente- llegue a
tal nivel de frivolidad. Pero, mas allá, del gusto por la polémica estéril, con
el obvio objetivo de disparar contra el proceso por tierra, mar y aire, lo que
llama mas la atención no es el despropósito –por otro lado usual- sino el día
que escoge para lanzarlo. Y aquí se suman dos notables coincidencias: el viaje
del presidente Mas a Estados Unidos, con el dolor de cabeza que provoca en el
Gobierno español, y el extraordinario éxito policial de los Mossos, que después
de un ingente trabajo de meses han conseguido detener una célula yihadista de
Daesh que quería atentar en Catalunya.
No es la primera vez que, ante un éxito de los Mossos, el
Ministerio parece contraprogramar con alguna noticia ruidosa, aunque hoy se ve
más claramente el plumero.
¿Realmente es necesario, para luchar contra el proceso
catalán, que un ministro del Interior se rebaje a estas polémicas de baja estofa?
¿Hace falta que señale con el dedo de la sospecha a una
fundación que trabaja por la integración democrática de los inmigrantes, y que es inequívoca
contra el radicalismo islámico? Y, sobre todo, ¿no habría sido mucho más
sensato y elegante empezar el día felicitando a los Mossos por el éxito
conseguido, en lugar de enredarse en ese juego sucio contra las entidades
soberanistas? ¿Finalmente, es decente utilizar la lacra mortífera del yihadismo
para combatir el soberanismo? Y la pregunta es especialmente pertinente cuando
se trata de un ministro del Interior.
Opinión:
Coincido al cien por cien con lo expuesto por Pilar
Rahola en su artículo. Y añadiría una cuestión que conozco por boca de quien la
vivió. Cuando un miembro de un sindicato lo abandona por considerarlo muy suave
en la defensa de los derechos laborales y acaba integrado en la banda
terrorista ETA…. ¿significa que ese sindicato era un vivero de terroristas?
¿significa que el resto de sindicalistas era proclive a las ideas terroristas
de quien fue su compañero en el sindicato tiempo atrás?
Y en cuanto al ministro, una cosa más: existe una
manera de ver las cosas que se llama “positivismo”… lo cual es absolutamente
contrario a lo que vende… y que algunos desgraciadamente compran. Si hubieran
puesto el mismo interés en 2003 y principios de 2004… ¿o todavía tienen las
cintas de cassette en árabe pendientes de traducción?
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