16 febrero 2016
El PP de
Madrid realizó al menos 12 operaciones de blanqueo durante la mañana del 11M
Ingresó en metálico en la sucursal de Génova una docena de
cantidades inferiores a 3.000€ en la cuenta de Fundescam, que servía para
financiar las campañas.
El PP de Madrid blanqueó donativos en negro por
valor de al menos 30.000 euros durante la mañana de los atentados del 11 de
marzo de 2004. Empleados de la formación política realizaron una docena de
ingresos fraccionados en la sucursal de Caja Madrid del número 10 de la calle
Génova con el objetivo de trocear los ingresos para no levantar sospechas.
Los fondos en metálico fueron depositados en una
cuenta corriente de la
Fundación para el Desarrollo Económico y Social de la Comunidad de Madrid
(Fundescam) vinculada al partido y que en ese momento presidía Pío
García-Escudero, actual presidente del Senado. García-Escudero también fue
presidente del PP de Madrid hasta que en noviembre de 2004 se dio paso a la ya
presidenta de la Comunidad ,
Esperanza Aguirre.
EL ESPAÑOL ha tenido acceso a
los resguardos de estos ingresos de dinero en metálico. Esta documentación fue
custodiada tanto en las dependencias de la sede del PP madrileño, ubicada en la
primera plante de las oficinas centrales de Génova, como en la tesorería
nacional del partido en el mismo edificio. En estos momentos, estas pruebas han
sido descubiertas en la investigación judicial que rastrea la financiación
ilegal del PP madrileño.
El partido en Madrid realizó a lo largo del mes de
marzo de 2004 numerosas operaciones de ingresos con dinero negro en la
ventanilla de la sucursal más cercana de Caja Madrid, pero concentró
algunas de las más importantes durante la mañana en la que se produjo la
mayor matanza terrorista de la historia de Europa, que se saldó con 191 muertos
y 1.857 heridos.
El resto de
modalidades de blanqueo
El PP ha utilizado de manera sistemática durante los
últimos años diversos sistemas para lavar donaciones en metálico entregadas por
empresarios que luego eran empleadas para sufragar actividades del partido.
Así, este periódico desveló hace varios días que una de ellas consistió en
repartir dinero negro entre trabajadores de la sede central del partido para
que, a continuación, acudieran al banco con cantidades individuales que
rondaban los 200 euros.
En este sentido, acudían hasta de siete en siete
empleados del Departamento de Auditoría o secretarias de la formación para
ingresar el dinero simulando que se trataba de donaciones particulares. En este
tipo de prácticas, tal y como documentó EL ESPAÑOL, participaron, entre otros,
los antiguos responsables de las finanzas del partido, Luis Bárcenas y Álvaro
Lapuerta. Este último, tal y como acreditó este diario, llegó a realizar esta
operación con 60.000 euros que transfirió primero al partido y, a continuación,
le fueron reintegrados con cargo a la caja B del PP.
Por otra parte, el PP en la Comunidad Valenciana
estableció una mecánica parecida. Consistía en que fueran los ediles del
Ayuntamiento que dirigía Rita Barberá los que hicieran las donaciones con su
dinero. Acto seguido, el partido les reintegraba los fondos, 1.000 euros a cada
uno -en total 50.000- con dinero negro recaudado por el partido con donaciones
de empresarios.
Fundescam
como tapadera
En el caso que desvela hoy este periódico se utilizó
como pantalla Fundescam, una entidad que no es la primera vez que aparece
vinculada a la financiación ilegal del PP. No en vano, la investigación del
denominado caso Gürtel ya ha acreditado que esta fundación sufragó facturas de
las empresas de Francisco Correa por valor de más de 300.000 euros
correspondientes a actos del PP madrileño.
El diario Público desveló
que a lo largo del mes de marzo de 2004 Fundescam llegó a recaudar un total de
154.250 euros de manos de empresas como Iberia o Unión Fenosa y de empresarios
como Gerardo Díaz Ferrán o Arturo Fernández. Estos fondos, al igual que los
desvelados por este periódicos, fueron destinados al pago de fines electorales.
Opinión:
Ya era
sabido que algunos actos “en homenaje a las víctimas” han sido sufragados a
través de extrañas operaciones aritméticas desde algún partido concreto. De
hecho, hasta el máximo representante lo ha reconocido alguna vez. Lo podría
considerar como una manera más de pagar los favores prestados que, además, han
sido muchos.
Ahora bien,
que un día como aquel maldito jueves 11 de marzo de 2004 alguien se dedicara a
realizar esas gestiones bancarias cuando el goteo de víctimas era continuo, me
demuestra la catadura moral de algunos.
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