28 febrero 2016
Otegi, ante el reto de cambiar a la
izquierda abertzale
El líder soberanista, que abandona el martes la cárcel tras
seis años y medio, cree que Sortu debe entenderse con partidos "diferentes"
"Está con una actitud pragmática. Con una visión de
país más que preocupado sólo por su partido". Quienes están al tanto de la
manera de pensar de Arnaldo Otegi aseguran que el ex líder independentista, que
el próximo martes quedará en libertad tras cumplir seis años y medio de cárcel
por el "caso Bateragune" –el intento de refundar la ilegal Batasuna–,
abandonará la prisión de Logroño con el deseo de impulsar una nueva forma de
hacer política en la izquierda abertzale. Según explican estas fuentes, el dirigente
guipuzcoano aboga por construir un "frente amplio" que supere,
incluso, a los cuatro partidos que en la actualidad integran EH Bildu –la
propia Sortu, EA, Aralar y Alternatiba–. Un cambio de rumbo que, sin perder las
esencias del germen de Herri Batasuna, sí suponga cierto alejamiento de la
estricta ortodoxia y de las formas de actuar en el pasado.
Otegi habría madurado desde su
celda la reflexión que le llevó en 2009 a impulsar junto a dirigentes como Rufi
Etxeberria o Rafa Díez Usabiaga –aún encarcelado en Cantabria por el sumario de
Bateragune– lo que en la izquierda abertzale se llama el "giro del
trasatlántico", la ruptura con ETA y la apuesta por las vías
exclusivamente pacíficas. Según las fuentes consultadas, su voluntad sería la
de profundizar en ese cambio de rumbo y "abrir aún más" la izquierda
aber tzale a la colaboración con otras formaciones. Una idea que no es nueva
para él y que ya ha expresado en ocasiones anteriores, aun estando en prisión.
En febrero de 2014, durante el
congreso constituyente de Sortu que designó a Hasier Arraiz como presidente del
partido, se leyó una carta escrita por el político de Elgoibar en la que ya
marcaba el camino a seguir. Otegi instaba entonces a sus bases a dejar atrás la
"resistencia" y les pedía "hablar, convencer" para labrar
alianzas con el resto del arco parlamentario. "¿Hemos explicado,
interiorizado y compartido suficientemente el profundo calado del cambio
estratégico que hemos puesto en marcha?", advertía en el texto leído en el
centro de congresos Baluarte de Pamplona antes de continuar con otra pregunta:
"¿O creemos que la única diferencia en la estrategia futura es que ha
desaparecido la lucha armada?".
Durante los últimos años han
trascendido algunas críticas del exportavoz de Batasuna a la manera de hacer
política de EH Bildu. Sobre todo cuando ostentaban el poder en la Diputación de Gipuzkoa
y en la mayoría de ayuntamientos de ese territorio, fruto del espectacular
resultado electoral de las municipales y forales de 2011. Unas filtraciones de
conversaciones que Otegi mantenía en el locutorio de la prisión de Logroño –sus
comunicaciones están intervenidas– que la izquierda abertzale achaca a la
voluntad de Instituciones Penitenciarias y del Gobierno del PP de minar la
imagen de Sortu y EH Bildu y de trasladar la sensación de que se trata de un
colectivo muy dividido. En una de esas charlas difundidas a través de
"confidenciales" de internet, por ejemplo, el dirigente
independentista lamentaba la falta de tacto de los gestores de EH Bildu a la
hora de abordar cuestiones como la gestión de las basuras o la prohibición de
los toros en San Sebastián.
Su temor de que esa forma de actuar les pasara factura en
las urnas se hizo realidad el año pasado. En las municipales y forales de 2015,
la coalición aber tzale se vio superada por el PNV, perdió la Diputación de Gipuzkoa
y el Ayuntamiento de San Sebastián, las "joyas de la corona". En las
pasadas generales también Podemos les adelantó en votos y escaños para el
Congreso. Quienes conocen a Otegi aseguran que el político de Elgoibar llegó a
discrepar de la confección de algunas listas para las municipales, convencido
de que en ciertas candidaturas Sortu debería haber dejado un papel más
relevante a miembros de EA y Aralar. Todo con el objetivo de haber logrado un
mejor resultado, aunque eso hubiera supuesto haberse alejado un poco de la
ortodoxia de la izquierda abertzale.
Los dirigentes independentistas
reconocen la profundidad de los pronunciamientos de Otegi y coinciden en muchas
de las cosas que ha dicho desde la cárcel. Aunque advierten de que una cosa es
la reflexión que se puede hacer desde la cárcel y otra muy distinta la
aplicación a la realidad de esas ideas y, sobre todo, hacer que una gran
mayoría de las bases las interiorice tras décadas de un funcionamiento muy
distinto.
Un «revulsivo»
La salida de prisión de Arnaldo
Otegi es vista dentro de la coalición y de la propia Sortu como un
"revulsivo". Ese golpe de efecto necesario para invertir una
tendencia. Para remontar el vuelo tras los dos "traspiés" electorales
de 2015 que han dejado a EH Bildu en una posición inesperada: según el último
Sociómetro del Gobierno vasco, la coalición abertzale parte en tercera posición
en la carrera hacia Ajuria Enea, por detrás de los jeltzales y de Podemos, a
pesar de que la formación morada carece desde hace tres meses de una dirección
en Euskadi. Una encuesta que los dirigentes independentistas asumen como
fotografía "real" de la situación política del País Vasco "en
este preciso momento".
Entienden, en este sentido, que el
partido de Pablo Iglesias ha sabido conectar mejor que ellos con las demandas
de la sociedad y que la necesidad de la izquierda abertzale de estar
continuamente con el retrovisor puesto en la situación de ETA y de sus presos
ha lastrado su actividad política. De ahí que Sortu haya decidido poner en
marcha el proceso Abian, debate interno con el que la formación de Hasier
Arraiz pretende dar un mayor peso a las políticas sociales que, entienden, ha
sido su punto débil en los últimos años y la baza que ha permitido a Podemos
superarles con holgura en las últimas citas electorales.
Dirigentes de EH Bildu recuerdan cómo la coalición no supo
ver en los inicios de Pablo Iglesias que el partido morado podía ser un serio
rival en Euskadi. El análisis que hacían es que el efecto de los círculos se
iba a notar en el resto del país y no en la comunidad autónoma. Dos años
después Podemos se ha convertido en el principal competidor del PNV en el País
Vasco. Y los dirigentes independentistas reconocen lo fácil que Podemos lo
tiene para hacer llegar su discurso a la sociedad. "Ellos hablan casi todo
el tiempo de economía, de trabajo, de la precariedad... y temas como el derecho
a decidir y los presos se lo quitan rápidamente de encima con un par de gestos.
Nosotros en cambio...", explica una fuente de la coalición.
Otegi llega para intentar poner
algo de calma en ese mar agitado. En la coalición se le ve como "un líder
carismático" que "trasciende más allá de Sortu y EH Bildu y que es
bien conocido por toda la sociedad vasca. No obstante, en algunos sectores de
la entente abertzale se tienen dudas sobre el efecto que puede tener el
político de Elgoibar en los votantes. Entiende este grupo que su imagen quedará
siempre ligada al pasado, a la época en la que ETA atentaba, y que le obligará
de forma constante a dar explicaciones. Un flanco en el que el resto de los
partidos golpearán una y otra vez.
Porque Otegi será designado
candidato a la Lehendakaritza
en las próximas semanas. Todo apuntaba que la designación, tras someterla a una
votación de las bases por medio de asambleas locales, se realizaría en el mes
de marzo, pero no se descarta ya que se vaya a posponer al mes siguiente.
Aunque en la próxima semana el exportavoz de Batasuna tendrá una agenda intensa
–salida de prisión el martes, homenaje en Elgoibar ese mismo día y acto en el
velódromo de Anoeta el sábado–, los responsables de la izquierda abertzale
tienen previsto que desaparezca varias semanas del foco informativo para que
pueda pasar tiempo con su mujer y sus dos hijos. Su designación como candidato
le hará acaparar de nuevo titulares. Porque la izquierda abertzale forzará una
vez más a los jueces a pronunciarse durante la precampaña sobre la
inhabilitación para efercer un cargo público que pesa sobre el exportavoz de
Batasuna. Los abogados de Sortu creen que no hay motivo para que no pueda
encabezar la lista porque en su sentencia se cometió el error de no especificar
para qué puestos concretos se le negaba el acceso.
Tras ese periodo de descanso, la
izquierda abertzale quiere que Otegi proyecte una imagen más cercana a EH Bildu
que a la propia Sortu, de la que es secretario general –fue elegido para ese
cargo por la militancia a pesar de que estaba encarcelado y de que no había
sido propuesto para ello–. Se desconoce en este sentido, cuál será su papel en
el congreso que Sortu celebrará en junio y si se le reservará algún cargo
significativo.
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