21 agosto 2019
Las
víctimas de terrorismo viven "los mismos problemas que hace 30 años"
Las asociaciones de apoyo al colectivo reprochan a las
administraciones públicas la falta de ayuda, comunicación y empatía hacia las
personas que han vivido ataques de grupos terroristas
Cataluña fue el escenario del atentado terrorista perpetrado por ETA más mortífero de la
historia de España en 1987. El coche bomba que explosionó en el Hipercor de la avenida Meridiana de
Barcelona se saldó con 66 víctimas entre fallecidas
(21) y heridas (45). Hoy, más de 30 años después, y
coincidiendo con el Día
Internacional en Homenaje a las Víctimas del Terrorismo, las asociaciones en defensa de este colectivo denuncian que siguen
teniendo quejas y problemas muy similares a los que experimentaron en los 80.
Así lo reconoce Robert
Manrique, quien vivió en sus propias carnes el ataque etarra en
la capital catalana y que, desde entonces, lucha por los derechos del
colectivo. "A día de hoy me encuentro con los mismos problemas que
tuve en los ochenta", asegura, "continúo escuchando a víctimas del 17A que me hacen llegar las mismas quejas
que yo tuve hace 30 años". Las diferentes asociaciones en defensa de los
afectados por este tipo de sucesos violentos denuncian que las administraciones
públicas no aportan la información y ayuda suficiente en estos casos, e incluso
les acusan de acordarse solo de las víctimas "para hacerse la foto"
de rigor en días señalados.
"Carencias"
en la atención a víctimas
El impulsor de la
Unidad de Atención y Valoración a Afectados por Terrorismo
(UAVAT) no duda en reconocer que el trato político, médico y social
hacia la persona que vive un atentado ha mejorado --sobre todo en el
terreno de intervención psicológica--, pero no tanto como se pueda pensar.
"En el año 87 tuvimos que buscarnos la vida como pudimos", porque
"no había ni psicólogos ni psiquiatras ni nadie que estuviera
especializado en el tema", recuerda Manrique. También hace referencia a la Ley de
Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo aprobada
en 1999 y a la creación de la Dirección General de Apoyo a Víctimas del
Terrorismo, dos medidas que "están muy bien" pero que no cree
suficientes.
"Me encantaría decir que funciona todo estupendamente,
pero es que no es verdad", declara el asesor de la UAVAT. "¿Han mejorado
la cosa? Sí, pero evidentemente hay muchísimas carencias que solucionar". Manifiesta que
la organización en la que se encuentra actualmente tramita "más de 200
expedientes" de personas afectadas por ataques relacionados con el terrorismo, y argumenta que "si se estuviera atendiendo a las víctimas como debiera,
asociaciones como la UAVAC
no harían falta".
Falta
de "empatía" de los gobiernos
También la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones
Terroristas (ACVOT) ha denunciado la "poca empatía" de los gobiernos
para con las víctimas de ataques terroristas. A pesar de las
evidentes discrepancias entre esta asociación y la UAVAT durante la celebración
del segundo aniversario del 17A --cada
una de las organizaciones celebró un acto diferente--, ambas se muestran de
acuerdo en que el trato que ofrecen los gobiernos central, catalán y
barcelonés a los que sufren las consecuencias de ataques violentos a manos de
los terroristas es deficiente.
El presidente de la ACVOT , José
Vargas, declara que a los diferentes ejecutivos "no les interesan
las víctimas del terrorismo", y asegura que "solo les servimos para
hacerse la foto" en momentos puntuales. Asegura que desde la asociación se
envían las convocatorias de los actos que organizan, pero que en la mayoría de
los casos, "el silencio ha sido la respuesta". Y es más, respecto al
actual Govern denuncia la connivencia con personas que han
pertenecido a organizaciones terroristas. "Cuando Otegi viene a Cataluña es recibido con todos los honores, a Carlos Sastre [exintegrante de Terra Lliure] lo tienen como un referente del
independentismo catalán, incluso es presidente de un sindicato independentista
[la
Intersindical-CSC ]”. Y, sin embargo, "¿a cuántos actos
de las víctimas del terrorismo ha asistido Torra? A ninguno”, asegura.
Atención
psicológica
Una de los déficits que apuntan las organizaciones es la
falta de atención
psicológica a las personas que, sin
ser víctimas directas, han sufrido las consecuencias de atentados. Respecto al ataque yihadista perpetrado en 2017 en Las Ramblas de
Barcelona y en Cambrils, por ejemplo, el Gobierno
solo ha ofrecido este tipo de atención a 48 afectados.
En opinión de Manrique, es “indecente” que denieguen ayudas psicológicas a algunas de las personas que
estuvieron presentes en tales sucesos, a pesar de no haber vivido el momento
preciso de los ataques. "Las explicaciones que ha dado el Ministerio para
denegar algunos de estos tratamientos, clínicamente, no se sustentan por ningún
lado y psicológicamente no tienen ningún tipo de sentido", asegura.
Primar
el bienestar mental
La psicóloga y profesora de la UOC Montse
Lacalle explica que en este tipo de casos es importante
que se interiorice que "el bienestar mental es muy importante", y que
en situaciones extremas es necesario reconocer a cualquiera que haya podido
sufrir efectos psicológicos negativos. "Lo ideal sería que todas las
personas que hayan sido víctimas o testigos oculares de estos hechos tengan la
posibilidad de tener una evaluación psicológica", para que sean los
profesionales los que valoren sus afectaciones, en opinión de la experta.
Destaca, asimismo, que "cada persona es
diferente" y, por ende, los hechos le afectan de forma distinta. Una
razón a la que Manrique se aferra para exigir una mayor asistencia en
el terreno psicológico a los presentes en el doble atentado. "Cada víctima
es un mundo, y tiene una vivencia diferente y personal de los hechos", por
lo que pide a la
Administración que "les asista como merecen".
Opinión:
Solo aclarar un pequeño detalle... en ningún momento dije que el trato ofrecido por el gobierno barcelonés no fuera el correcto. Muy al contrario, el Ajuntament de Barcelona, primero a través de la excelente labor realizada desde de CUESB (Centre Urgencies i Emergències Socials de Barcelona) y después al ayudar a la labor de la UAVAT mediante convenio de colaboración ha ofrecido un trato que debería ser el ejemplo para otras muchas ciudades.
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