24 agosto 2019
El
número de presos de ETA que cumplen condena en España desciende a menos de la
mitad en ocho años
En 2011, cuando la banda anunció
el cese de la actividad armada había 557 internos en las cárceles. Hoy están
entre rejas 220 etarras
El número de etarras que cumplen penas de cárcel en España
decrece cada año que pasa. Cuando ETA anunció el cese de su actividad
terrorista, el 20 de octubre de 2011, había 557 integrantes de la organización
en prisiones dependientes de la Administración General
del Estado. Tras el anuncio de su disolución definitiva en mayo de 2018, el
mapa era ya muy diferente: solo quedaban entre rejas 245 miembros de la banda.
Es decir, algo menos de la mitad de lo que había cuando decidieron abandonar
las armas. Ahora, su población
reclusa es de 220 presos, según las fuentes de Instituciones
Penitenciarias consultadas por ABC.
Los hechos hablan por sí mismos. En lo que va de 2019, se
han ido a casa un total de diez internos. Precisamente, el pasado 18 de agosto
Rafael Caride Simón, uno de los etarras arrepentidos acogidos a la llamada «vía
Nanclares», salió de la cárcel tras cumplir su condena como uno de los autores
materiales del atentado de Hipercor en Barcelona en 1987. También a finales de
julio se produjeron las excarcelaciones de dos históricos miembros de ETA: José
Javier Zabaleta y Xavier Ugarte (uno de los secuestradores de Ortega Lara). Los
pistoleros fueron recibidos con honores en las localidades guipuzcoanas de
Hernani y Oñate, pese a su cruenta hoja de servicio. Dos casos que, por ser los
más recientes, han vuelto a poner en el candelero la humillación que supone
para las víctimas de terrorismo estos
homenajes conocidos como “ongi etorri”. Además, se trata de una práctica
habitual que, como ya explicó este periódico, desde 2016 no ha terminado en
condena para los organizadores de los actos.
En 2018, la
cifra de etarras puestos en libertad fue superior a la que se tiene registrada
hasta el momento: 26 internos salieron de prisión por vencimiento de su
condena. Un año antes, en 2017, lo hicieron 35, según fuentes de Instituciones
Penitenciarias. Sin embargo, la excarcelación más sustancial tuvo lugar en
2013, cuando la derogación de la «doctrina Parot» obligó a poner en la calle a
54 pistoleros.
La abogada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT),
Carmen Ladrón de Guevara, señala en conversación con este diario que las
liberaciones serán cada vez más frecuentes. A fecha 1 de abril de 2019, su
departamento jurídico preveía las excarcelaciones de 83
etarras en los próximos cinco años. Eso sí, conocer la
fotografía fija es complicado dado que la liquidación de penas de condenados
por terrorismo corresponde a la Audiencia Nacional y, en ocasiones, los reclusos
tienen causas pendientes que retrasan su salida prevista de prisión.
La
mayoría, «extremadamente peligrosos»
Otro dato importante a tener en cuenta es la clasificación
de los presos. Actualmente, fuentes de Instituciones Penitenciarias revelan a
ABC que un 71 por ciento de
ellos se encuentran en el primer grado de tratamiento. Según se
especifica en el Reglamento Penitenciario, se trata de reclusos «extremadamente
peligrosos o manifiestamente inadaptados». Por este motivo, se les aplica un
régimen cerrado -en el que las medidas de control y seguridad son más
restrictivas-, lo que implica pasar la mayor parte del tiempo dentro de la
celda y no disponer de permisos.
El resto de
etarras internos están clasificados en segundo grado (régimen ordinario); los
menos están pendientes de catalogación o son preventivos (a la espera de
juicio). De acuerdo con los datos que maneja la AVT , a fecha 31 de julio, solo dos internos
disfrutan del tercer grado; una modalidad que supone la semilibertad para el
convicto, que puede pasar el día fuera de la cárcel y regresar a ella
únicamente para dormir.
Mapa de
los reclusos
Los condenados de ETA están dispersos en cerca de medio
centenar de cárceles españolas, según fuentes de Instituciones Penitenciarias.
Los más sanguinarios, aquellos que han cometido los crímenes más graves, se
encuentran en las más alejadas al País Vasco. Es una norma no escrita. Por eso, 75 internos de la banda están encerrados en Andalucía.
Es el caso de Francisco Javier García Gaztelu «Txapote», que está en la prisión
de Huelva, a 939
kilómetros de su pueblo natal, por el asesinato de
Miguel Ángel Blanco.
La segunda región con más criminales de la organización
terrorista es Comunidad Valenciana, con 39. En Albocácer (Castellón) está Iñaki Bilbao «Txikito», uno de los referentes del núcleo duro
de la banda y ejecutor de un concejal del PSE. En Murcia, se hallan trece
presos, entre ellos José Javier Arizcuren Ruiz «Kantauri», uno de los máximos
jefes del aparato militar de ETA. Mientras, en el País Vasco solo hay diez.
Otros están en cárceles localizadas en un radio de menos de 300 kilómetros de
este territorio, como Francisco Mujika Garmendia recluido en la de Zuera
(Zaragoza).
En lo que respecta a los traslados de etarras
a cárceles intermedias próximas al País
Vasco, desde que comenzó 2019, Instituciones Penitenciarias
apunta que las juntas de tratamiento han autorizado un total de nueve. La
llegada del juez Fernando Grande-Marlaska al Ministerio del Interior -a favor
de acabar con la política de la dispersión- ha influido en la normalización de
los acercamientos de los internos de la organización terrorista a prisiones
situadas en esta comunidad autónoma.
Las autoridades
españolas anunciaron a las asociaciones de víctimas que solo aplicarían el
beneficio del traslado a quienes no tuvieran delitos de sangre y hubieran
aceptado la legalidad penitenciaria. A lo que la AVT -comenta Ladrón de Guevara- sumó otra
condición: «que colaboren con la justicia» para demostrar una intención sincera
de reinserción social.
Opinión:
Todas estas
cifras están muy bien sobre el papel… perio habría que recordar que la ANTIGUA AVT ya hicimos esos
cálculos allá por el año 1999, cuando estábamos preparando los borradores de lo
que luego llegó a ser la Ley
de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo aprobada en diciembre de 1999.
Lo digo porque
es bonito aportar información pero es más correcto aportar quien preparó esa
información y no arrogarse méritos que ya merecieron otras personas
anteriormente… esta mala costumbre de aprovechar el trabajo ajeno está muy de
moda en algunas asociaciones y sinceramente, moralmente es reprobable.
Pero hay otra
cuestión envuelta que, paradójicamente, nadie explica cuando se habla de la
excarcelación de los miembros de las bandas terroristas, Sí, “LAS” bandas,
porque también han salido miembros del GRAPO y parece que ya nadie se acuerda
de las víctimas que causaron.
Hay que seguir
explicando que los delincuentes (terroristas incluidos) que cometieron su
delito hasta el 31 de diciembre de 1994 fueron juzgados bajo el Código Penal
franquista de 1973, por el que toda condena que superara los 30 años de
reclusión quedaba resumida en 30 años PERO AL DISFRUTAR DE BENEFICIOS
PENITENCIARIOS PERMITÍA LA SALIDA DE
LA PRISIÓN A
LOS 23 O 24 AÑOS DE PERMANENCIA.
En 1994 y
gracias a la labor incansable de unas pocas víctimas pertenecientes a la ANTIGUA
AVT se consiguió modificar el Código Penal para que todo
delincuente que cometiera un delito con una condena superior a 30 años de
reclusión estuviera LOS 30 AÑOS SIN BENEFICIOS PENITENCIARIOS.
¿Se entiende?
Es decir, los
que están saliendo ahora de prisión lo hacen porque la legislación franquista
lo permitía. Por ello, quien no lo quiera entender que no culpe a los jueces…
es mejor que vaya al Valle de los Caídos (todavía) y levante la losa de 1000
kilos para preguntarle al dictador las razones para hacer aquel Código Penal en
1973. He hablado con jueces muy veteranos y la razón para tal Código Penal es
surrealista…
Pero para que
la población conozca las razones reales, lo realmente importante a nivel
informativo sería explicar las cuestiones de los diferentes Códigos Penales por
los que se juzgaba a los terroristas: se aplicaba el Código Penal vigente EN EL
MOMENTO DE LA COMISIÓN
DEL ATENTADO.
Esa es la única
razón por la que están saliendo tantos terroristas en libertad… todo lo demás,
son solo intereses en utilizar la realidad para lanzar ideologías partidistas
jugando con el dolor ajeno…
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