jueves, 12 de abril de 2018

12 abril 2018 (3) Diario Vasco (opinión)

12 abril 2018 



Zoido promete a las víctimas que ETA no logrará nada por su desaparición

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, prometió ayer ante las víctimas del terrorismo que ETA no logrará nada por desaparecer, al igual que «no consiguió nada cuando dejó de matar», dijo.
Zoido asumió este compromiso durante la entrega de premios de la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), que en esta séptima edición recayeron en las agencias EFE y Europa Press. El ministro avanzó que Interior ya trabaja en una reforma de la Ley integral de protección de las víctimas del terrorismo para, entre otras cuestiones, equiparar las indemnizaciones con o sin sentencia judicial, ofrecer una mayor protección social y psicológica a las víctimas y continuar impulsando las medidas que ayuden a esclarecer los más de 300 atentados de ETA sin resolver.
Asimismo, Interior quiere mejorar con la reforma las ayudas a las víctimas españolas que sufran un atentado en el extranjero y fortalecer las políticas de reconocimiento y de memoria. El ministro agradeció, en este sentido, el papel que las agencias premiadas desempeñan para difundir «la verdad» y «mantener vivo el legado de las víctimas».
Ante la posible disolución de ETA, Zoido dijo que la banda terrorista solo tiene un camino: «Disolverse, desaparecer, pedir perdón y pagar las deudas». Todo ello, sin contraprestaciones, enfatizó el titular de Interior antes de asegurar que el Estado de derecho no parará hasta conseguirlo, «y sin contraprestación alguna porque nada les debemos». «Ni consiguió nada cuando dejó de matar, ni tampoco conseguirá nada que no contemple la Ley cuando desaparezca», apostilló el titular de Interior desde su compromiso de seguir trabajando para que «no quede ni un solo resquicio de protagonismo para el terrorismo».

Opinión:

Demasiado optimista veo al ministro cuando dice que “Interior quiere mejorar con la reforma las ayudas a las víctimas españolas que sufran un atentado en el extranjero y fortalecer las políticas de reconocimiento y de memoria”, especialmente cuando presenté estas propuestas en marzo de 2014 y en la Oficina de Atención a Víctimas del Terrorismo no me hicieron ni puñetero caso.
Tampoco nos lo hicieron cuando presentamos la misma propuesta en la Comisión de Interior en octubre de 2010 mientras desempeñaba mi labor en el SIOVT.

Pero, sinceramente, no me importa lo más mínimo que ahora vengan los recién llegados a “ponerse las medallas” por el trabajo ajeno, mientras ello beneficie a las víctimas que lo merecen. El problema es que no me creo nada de lo que nos cuentan.

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